De cómo descubrí Spotify


He tenido un sueño muy raro esta noche.

Comenzaba como cualquier otro sueño, en una casa que era mezcla de la del actor y de la casa de una amiga de otra amiga, a la que yo iba con mi mejor amigo a ver películas hace algunos años. Allí vi Rocky, Rambo, -pelís que yo jamás habría elegido-, La Mosca (que me dio pesadillas). Acompañadas a veces de un bol de palomitas en el que una de las chicas se empeñaba en echar pimienta. Mi mejor amigo se quedaba allí a dormir algunas veces. Yo no. Mi amiga decía que era un piso como el camarote de los Hermanos Marx. Siempre había gente y rara vez los conocías a todos.

Era una forma de vivir extraña.

Tenía un ascensor antiguo, y un montón de posibilidades. Si el piso hubiese sido realmente de alguien de los que habitaban allí, le habría dado ideas a ese alguien para una reforma. Me gustaba imaginármelo reformado. Aunque tener un proyector en el salón y ver las películas en una pantalla blanca le daba un algo que no he encontrado en ningún otro lugar. Era como un caos hermoso. Cada uno de los habitantes de la casa tenía su estilo particular. Me recordaba a una novela de Anna Gavalda.

En este sueño que os cuento yo tenía una libreta donde podía apuntar cosas y había una historia, una trama. Algo tipo Cluedo. Intentaba apuntar dónde había estado cada uno de los personajes, y quién era el malo y quién era el bueno. Cuál era el misterio. Cómo resolverlo. Por supuesto, yo sería la heroína incontestable. 

Hasta de de repente y sin venir a cuento sentí algo muy raro. Normalmente, en el día a día, podemos sentir muchas cosas. En una escala del 1 al 10, supongo que todos más o menos trabajamos del 0 al 3. Sientes hambre, frío, enfado, desenfado, alegría, tristeza... pequeñas decepciones. No les haces mucho caso porque hay que hacer algunas cosas y si te parases en cada emoción, pues sería contraproducente. No puedes decir: "perdona, ahora te mando esa factura, pero es que primero voy a prestarle atención a lo que siento en un pie que me hormiguea...".

Sentí algo muy raro y en esa escala de 0 a 10, esto era un siete.

-¿Pero qué?

Me paré un segundo. Me apoyé en un mueble de madera.

Otro personaje que había por allí y al que no llegué a ver, me dijo:

-Te estás equivocando.

-¿Qué? ¿Con qué?

-El sueño no va de lo que crees.

-¿Cómo que no? Hay una historia, y malos y buenos...

De repente, otra vez, esa sensación. Fijaros que él había dicho la palabra "sueño" y no me desperté. Estaba tan metida en la historia y en esquematizarla que lo pasé por alto. 
Pero era demasiado fuerte.
Me tropecé y me caí al suelo. Seré torpe. Bueno, un pequeño traspiés.

-¿De qué va el sueño sino? -dije.

-De la confianza.

Recuperé mi bolígrafo, mi cuaderno. Me puse en pie. Me puse el pelo detrás de la oreja.

Y de nuevo esa sensación. Otra vez.

-¡Ya vale!

Y otra vez.

-He dicho que ¡BASTA! -grité.

Y rompí el sueño.
Jamás me había pasado algo así. Las paredes se resquebrajaron. Se llenaron de grietas de un lugar a otro. Todo el sueño se hizo añicos delante de mis ojos, se rompió. Detrás solo había espacio en blanco. Me desperté.

El sueño no estaba, la sensación sí.
Otra vez.

Me levanté, bebí un baso de agua. Era demasiado temprano pero no miré el reloj. Y a los diez minutos, estaba completamente despierta. Pero ya no estaba mareada. Bien. Fuera lo que fuera, se esfumó.

Amaneció.

Preparé el desayuno, y me puse los cascos. Quería salir a correr. Y tras escuchar unas cien mil veces Let´s play, salí a caminar.

Intentaba averiguar cómo es que dejé comida en el plato ayer cuando en los restaurantes yo normalmente como muchísimo y luego en el café pues se vuelve a hablar pero de entrada, pues comes. Y allí quedó comida. Una tontería, lo sé. Intentaba comprender por qué me había perdido en calles céntricas. Trataba de analizar una y otra vez la conversación de elegir un restaurante. Y le daba vueltas a cuando me habló de los patrones, o de al cerebro hay que hablarle en cerebrés.
Del lenguaje corporal, del método, de proyectar, de formas de trabajo, de cine... y de todo lo que vino después.
Dichoso actor.

Sí, necesitaba ir a correr.

Pero hacía demasiado frío.

Pero daba igual. 

"Vas a agotar los 3 gigas gratis a base de oír Let´s Play cien millones de veces" pensé.

Caminé cinco manzanas a paso rápido y con mi ropa deportiva.

Hasta que me detuve en un portal. Con tanto sol como daba en la calle que bajaba en ese momento, o me paraba o me caía. Busqué torpemente la manera de no necesitar estar en conexión para tener esa estúpida canción. Llegué a una página pirata. Los emoticonos me parecieron amenazadores. Mmhhh. Mejor no pincho en ese botón.
Llegué al programa que me mandó un amigo hace meses. Pedía introducir el enlace de la canción en Youtube. Lo intenté pero ... soy un poco desastre, así que le di a todos los botones de Youtube hasta que topé con uno que decía: descargar.

"Pero si hasta Youtube te deja bajarte la canción... " me dije. 

Al pulsar, me redirigía a otra página con varios logos. Uno era de Amazon, otros dos, de programas desconocidos y otro de Spotify. Si ponía "comprar" en Amazon, aunque en lo demás sólo dijera "escuchar", no me fíaba demasiado.

Decidí acudir a la fuente. ¿Qué era Spotify? Abri Google Play y lo descargué. No me pidió ningún tipo de pago. La pantalla inicial me preguntó qué tres músicos me gustaban.

"Uffff! pues vamos bien... " No sabía qué poner. Me es más fácil decir qué música no, que qué música sí.

Al final puse Roxette, Sia y otro que ya ni recuerdo.

La pantalla del móvil se iluminó con un aviso: "Esta es la lista aleatoria que hemos preparado para ti"

Pero yo necesitaba la canción de la banda sonora de la dichosa película. 

Así que volví a Youtube y vi que ponía Rob Simonsen, junto al título de la canción.

Ni puñetera idea de quién es.

Lo escribí en Spotify.

Allí estaba.

Deslicé la mirada pantalla abajo hasta la foto de la película pero algo me hizo detenerme y subir.

Adaline Bowman


¿¿??

... y La Vida de Pi. 


¿¿?? ¿¿¿¿¿???

Y llevo una hora enganchada a las canciones instrumentales de La Vida de Pi. 

Sí, debajo estaba Nerve. ¿Qué tiene que ver Rob Simonsen con la Vida de Pi?

Y con Adaline...

^_^ Ya tengo música para escribir.

Y casualmente, he descubierto un compositor.
!!! 

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