Mensajes del 2013...


El plan de hoy es sencillo. Ver la segunda parte de It + tomar cañas.
Antes no tomaría alcohol, por aquello de parecerme a quien quería parecerme y todo eso, pero... como os podéis imaginar, eso ya no importa demasiado.

Esta mañana al abrir los ojos supe que había estado soñando con una casa nueva. No tengo ni idea de lo que significa y de hecho preguntaba a alguien en el sueño:

- ¿Y qué hago ahora?
- Lo que tú quieras. Escribir. Vas a pasar mucho tiempo aquí.

Era una casa nueva, grande y cuadrada. Bueno, me encogí de hombros. Desde luego era amplia. Y diáfana. Muy sólida. Limpia.
Y me desperté.

Conecté los datos del móvil y pensé en el libro "La Soledad de los Números Primos". Luego miré a ver si una persona de otro templo budista me había contestado. En estos lares virtuales se le conoce como el Viajero. Por ser eufemística, la verdad. Me tapé con la manta pensando: "Tienes un radar muy malo para dar con la gente".
Yo quería preguntarle cosas de budismo pero sé que entre cosa y cosa él va a intentar algo que no es ni lícito, ni desde luego moral.


... entonces, "¿para qué puñetas esperas que te conteste? ¿Crees que te va a enseñar él?"

Busqué el modo de bloquearlo. Y al hacerlo... me di cuenta de que tenía como unos treinta mensajes sin leer. 
Algunos eran de amigos.
Al ver la fecha (¡2015! ¡2018! ¡2016!) me quedé un poco estupefacta. Me preguntaban por talleres, me preguntaban por posibles entrevistas... y uno de ellos, comenzaba por:

-"Hola Nelly, he visto tu página, tu Twitter, ... pero no sabía cómo contactar. No me atrevo a dejar un mensaje en tu blog. Por cierto, me encantan tus entradas de positivismo".

(Anda que si me lee ahora... pensé). Le conozco de un foro literario, era el usuario más joven.

Lo que me hizo gracia es lo de no sabía cómo contactar.
Tengo un blog personal donde vuelco mi vida para intentar ordenarla... y alguien no sabe cómo contactar conmigo. Esto empieza a ser muy irónico.

Cuatro años de mensajes sin atender.

Porque yo instalé el messenger sólo por el Viajero.

Al pasar el dedo por la pantalla me di cuenta de que salía una papelera opcional. "¿Cómo? ¿Se pueden borrar?". No hacía falta bloquearle... ¡basta con borrarle! Bloquear a alguien supone que ese alguien te importa. Aunque sea sólo porque te cae mal. Ignorar a alguien es verdadero poder. Eso significa: "me da igual que estés ahí". Salvo que tengas que bloquearle por motivos de seguridad. Entonces no le bloqueas porque te importe que vea tu estado o tu foto, le bloqueas porque sientes que esa persona es hostil. 

Soy buena "borrando cosas". Así que le di a la papelera... y adiós "Viajero".

Suspiré. 

Me levanté y pensé que menos mal que tenía el libro de meditaciones para niños. Me queda eso, al menos. Y me vestí con intención de ir al super la primera, mientras discutía conmigo misma, sobre lo de aprender.

"Te queda el libro y esa práctica..."

"Sí, sí... ya lo sé, te pierdes cosas. Pero es que... no se dan las condiciones adecuadas. ¿¿¿Qué quieres que haga??? ¡Ya lo he intentado todo!"

Una parte de mi ser (sin palabras) me vino a argumentar que la verdad estaba ahí, al alcance de mi mano, ¿y como pasar por este mundo sin descubrirla? ¡Dios mío, qué afán de aprendizaje tengo!

Pero eso se llama obsesión.

Le recordé a esa parte de mi ser la etapa de mi vida en la que estuve obsesionada por los actores de doblaje. Y mira tú, fue útil. Por fin le encuentro utilidad a mi recorrido.

Hace muchos años me obsesioné por los actores de doblaje, lo que me llevó a varios estudios de grabación, a conocer a gente famosa y a que una de esas "personas famosas" intentara algo que no debería haber intentado. Y que encima yo no supe ver. 

El resultado fue un poco catastrófico. Ahora miro hacia atrás y pienso: "¿qué te pensabas? ¿que no eran seres humanos?"

También hice amigos. Y estuve en los entresijos del cine (al grabar la voz). Y de la publicidad. Y conocí a actores y a directores (al elfo de Harry Potter, al actor del Director Skinner, etc.)

Pero eso no es lo importante o útil para mi argumento sobre las obsesiones. Veréis, con los años, paso siempre de una obsesión a otra (igual no debería llamarlo así) y resultó que quince años después, tras un taller literario (yo estaba muy cansada) y una presentación del libro de un amigo, cenamos con actores de doblaje muy famosos. ¿Y acaso yo me di cuenta? Bueno, vagamente. Alguien dijo: "Nelly, ¿sabes quiénes son estos?" y curiosamente mi otra compañera organizadora -actriz de renombre- (fijáos qué casualidad) me presentó a gente... de la cuál yo no recuerdo mucho, salvo uno de ellos que me miraba todo el rato con una sonrisa como si le cayera muy bien. Y yo pensaba: "Con el aspecto horrible que debo de tener, ¿por qué me sonríe tanto?".

Pero la gran diferencia fue de estar con nervios, ansiosa y deseando conocer todo el mundillo a quince años después cenar con actores y tener una compañera (tres, de hecho) actriz super famosa en España y que te de lo mismo y estés tranquila.

Traje ese ejemplo al presente. "Ahora no es el momento, pero ¿quién te dice a ti que tanto esfuerzo no hace que un día conozcas a... gente verdaderamente importante en el mundo espiritual?"

¿Y sabéis lo que pasó?
Pues... que algún extraño convencimiento interior (jajaj! lo siento, me da la risa con la sensación, es que se sienten cosas muy raras) acalló tanto afán y tanto estrés por aprenderlo todo de golpe. Las cosas no se pueden tomar así. Eso solo conlleva a que te engañen, a que te equivoques y a perder lo que quieres.

Es sólo mi opinión.
Saludos!!! 


0 comentarios:

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises