Sueños que son historias: ¡Vaya!



Absolutamente convencida de que nuestro cerebro es un ordenador y algo raro pasa con los sueños.

Este comenzaba en una ciudad. Y un compañero de trabajo me decía: "¿Te apetece un café?". Pero yo tenía otros planes y contesté:

- No, es que no puedo.


Estaba en una casa en la que viví de pequeña (en el comienzo o lo que yo considero comienzo). Lo normal, ante esta situación social es que yo hubiera dicho a esa persona: "He quedado, vente si quieres".

Pero no lo dije. 

Primero, porque había quedado ya. Y segundo, porque no me apetecía a mí. Y noté algo en mi ombligo (debe de ser mi conciencia) y me pensé: "en vez de decirle algo que no te apetece de manera compulsiva, piensa por un momento que posiblemente él ya tenga planes. Y a lo mejor no le apetece venirse contigo y con más gente. Y tú lo dices por compromiso, ¿y si él acepta por compromiso? Entonces tenemos que yo estaré mal y él también. Así que, no digas algo que no te apetece solo porque crees que sabes lo que quiere él. A lo mejor no lo quiere".

Y me quedé callada.
Esto es nuevo.

Y nos despedimos.

Entonces escuché un gran jaelo y me asomé a la ventana. Unos niños estaban jugando en una terraza. Conozco esa terraza, esa casa y la vía del tren.

Los niños se cayeron, tiraron cosas por el suelo, y alguien grito algo y por la vía del tren pasaron un montón de personas y luego... yo creo que vi un caballito joven. 

Con los niños me entró la risa (la que estaban armando) pero con lo de la vía del tren me volví algo loca. Había amigos en mi habitación así que me giré hacia ellos y dije:

- ¡¡¿¿Lo habéis visto??!! ¡¿Lo habéis visto?! ¡Lo de la vía!

A nadie parecía importarle.
¡Oh, venga ya! Por las vías pasan trenes, NO GENTE! corriendo y riendo.

Se encogieron de hombros. Les parecía tan normal que pensé: "bueno, igual es una carrera benéfica".

Salimos a la calle. Topé con una señora y un músico. Yo llevaba un catálogo de moda en las manos. Entonces vi otro compañero de curro. Me dijo que se iba... espera, qué lugar dijo. "Me voy a..." Era un país. Yo le dije: "¿Y allí llueve?" y contestó: "Oh, no, no... es el desierto. ¿Te vienes?" Me enseñó fotos. 
Era horrible.
"¿Te vas ahí, en serio?" "¿A qué?".
Entonces vi un viaje.
Por mar.
Vi unas olas increíbles. Ahí no tenía mucho sentido el sueño, es como si yo fuera otra persona. Vi un mar muy oscuro, de noche, con unas olas de las que solo hay en alta mar. Y vi dos embarcaciones. Supongo que en la primera iba yo (me impactó mucho, lo vi todo en primera persona) y le daba las gracias a alguien que iba en otra pero no sé qué estaban haciendo. ¿Era un rescate? Es como si estuviera arreglando la hélice de otro barco.

De nuevo estaba en la ciudad. Y pasó una chica a mi lado y vio el catálogo de moda.
- Para qué irse al desierto. ¿Por qué no irse... a Irlanda?
Mi amiga miró el catálogo y la señora que pasaba por detrás, se paró.
- Oh, sí, qué bello -dijo la señora desconocida.
- ¿¿Verdad?? -contesté yo.
Le mostré las fotos. En realidad eran modelos pelirrojas, muy elegantes. No sé, veías ese catálogo y daba la sensación de que vivían tranquilas y felices. Y muy sofisticadas.
-Sí, desde luego es bello.

¿Para que irte tan lejos? Entonces me acerqué al músico que caminaba por la calle. Iba con cascos, sumido en sus pensamientos. Y vino una amiga. El músico me dijo algo, yo le seguí pero mi amiga no podía.

Al cabo de un rato, esa amiga volvió. Dio un salto y siguió al músico andando en el vacío.

Es como si caminas por Madrid Río y de pronto saltas la pasarela y en vez de caerte al agua sigues caminando.

- Has aprendido algo, ¿eh? -le dije.

Esa ciudad no tenía mucha lógica. 

-Claro -me contestó.

Había que tomársela sin lógica. Y así llegamos a otra parte de la urbe donde se puso a nevar. Sin más. Y yo quería seguir al músico. Porque él sabía dónde había un refugio. Pero resulta que en esa parte todos hablaban inglés.

Y aquí viene lo raro (más) del sueño.

Me acerqué y le dije algo a alguien. Que me contestó y yo le contesté. Y entonces pensé o dije (a mi amiga):

- ¡Vaya! hoy es uno de esos días en los que puedo hablar inglés.

Lo debí decir porque mi amiga contestó:

- ¿Qué?

Veréis, no hablo inglés salvo que esté perdida en Liverpool. Entonces, no sé porqué, jajaja, me apaño muy bien con el idioma.

- Mira -contesté a mi amiga.

Me acerqué a una señora, muy elegante. Mientras nevaba. Todo era precioso. Y dije:

- Excuse me, we are looking for refuge.

(Disculpe, buscamos refugio)

Señalé el cielo, puse las manos como un cuenco y atrapé copos de nieve, y añadí:

- Beacuse of...  the weather, you know....

La señora sonrío.

Y yo pensé: "Tengo todas las palabras aquí, a mi alcance. En mi cabeza". 

Entonces la señora señaló calle arriba. Y señaló al músico.

Era algo así como seguidle.

Y me desperté.

Me ha encantado este sueño!!!! 


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