La fábula zen.

 Me dio por poner, durante el desayuno, una conferencia de una monja que habla de la importancia de los pensamientos. Me pareció correcto todo lo que decía. Pero como soy mente inquieta, al poco la quité y abrí la sección de noticias de Google.
Allí me fijé en una fábula zen. 

Esta soy yo leyendo


Y me entró la risa. Básicamente, el maestro zen Le da (¿por qué la L me sale en mayúscula? Este teclado está loco) una bofetada al discípulo y acto seguido le pregunta que si el ruido lo genera la mano o su mejilla.

Mientras me rodean compañeros de trabajo yo me río sola en una mesa y casi escupo el café. 

Recuerdo ese internauta anónimo que expuso su experiencia preguntando al vacío qué rayos pasa con los maestros orientales... 

Qué parecían masoquistas. 

Y venga a reír y venga a reír. 
El discípulo jajajajja (no puedo, lloro) contesta que el ruido se origina en su mente. Y el maestro responde que es discípulo que tanto había esperado.

Ahora voy a ver si cesa mi ataque de risa y logro por fin aprender algo. 

Se lo dije a una psicóloga en su día. ¿No hay modo más sencillo de aprender? (ella me enseñaba cosas y decía que era la mujer más testaruda del mundo y que toda mi inteligencia jugaba en mi contra en cuanto a lo de ayudarme se refería ..)

Ains, la gente no me entiende. 
😜 Me vuelvo a una luna de Júpiter 

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