De lo que he aprendido.


Voy a ordenar las cosas mientras me pregunto en qué momento pedí tener una "crisis" absurda para cambiar percepciones. Yo no pedí eso. Ese puñetero cartero de mis cuentos y yo vamos a tener que hablar muy seriamente.

Esto es lo que he aprendido últimamente:

* Que ser amable (profesional, si es en el trabajo) y tener un trato cortés, es muy importante.

* Que el sentido de la vida no vienen después.

He visto docenas de películas, he escuchado historias de hombres Buenos, he leído tropecientos libros. Todos tenían algo en común: nadie se salía de su contexto. Nadie. Ningún personaje dijo: "¡Ey, esperad, que quiero investigar el sentido de todo!". Ningún hombre sabio de la antigüedad dijo: "¡Ey, al César lo que es del César... ¿sabéis que en 2018 inventarán un nuevo teléfono móvil?!" No. Tampoco. Vivían su contexto. Todos. Yo tampoco he encontrado un libro que diga: "haz esto que verás que entonces entiendes el fin último". De hecho, he ido a cursos y cada "loco" nos explicaba su tema. Unos, que si tiene conexión astral con extraterrestres, jajajaj!!!, otros que hay que cumplir tal y tal norma.... otros que si la mente. Que a mi corazón le guste este último camino no implica que mi mente racional no lo miré diciendo: "ojo! usa la ciencia como herramienta".
El budismo y el cristianismo tienen muchas cosas del mensaje en común. Muchas. Incluso, yo creo que ciencia, y diferentes religiones hablan de lo mismo con distinto lenguaje. 
Una noche me acosté y pensé: "¿y si nadie lo sabe? ¿Y si de verdad nadie lo sabe? Lo que somos, por qué estamos, qué es la vida. "
Entonces me empecé a fijar en los contextos.
Algunas personas murieron (abuelos, padres de amigas, madres de compis de curro), lo que me hizo que me fijara todavía más. Murieron ricos, pobres, con familia... murieron en situaciones felices y sin esperarlo, y murieron de enfermedad, sabiéndolo de antemano. Se fueron sin más.
Ninguno, ni sus seres cercanos, me dieron ... nada que diera sentido a la muerte.

¿Y si la clave es el presente?

Me refiero a... (y no consideremos esto como abandonar una búsqueda): si nadie sale de su contexto (porque no pueden), y cada supuesto conocedor de la verdad me contaba una diferente... y al final todos morían. ¿Y si no importa el final,  solo importa el ahora?
Muchos me diréis: ¡hombre, Nelly, eso lo sabe todo el mundo! No, no. Yo también lo sé. Una cosa es "lo sé" y otra "lo veo". Saberlo, ya lo sabía que lo había oído. Pero entenderlo... desde hace bien poco. 
Y, no hace falta que os diga, lo que pasa cuando te sientes desconectado de todo. Eso ya lo he comprobado hace 48 horas. Así que "salirse del contexto" tampoco es la solución. Estoy atada a él.

Así que tenemos una prisión de realidad. En la que nos toca ser ignorantes de todo, que se puede sentir.
¡Bienvenidos a nuestra particular aventura de la existencia! No sabemos qué somos, no sabemos por qué estamos, vas a encontrar mucha gente con posibles explicaciones pero nadie, nadie sabe las cosas con seguridad. 
En dicha prisión, el presente es lo único que tienes.


* Humildad.
Ayer no puse esta palabra pero hay que ponerla. Siempre intento ser perfecta. Hasta el punto de ...no saber quién soy. Lo cuál a esta edad es un poco vergonzoso. He intentado copiar a quien admiro y ¡ojo! seguiré inspirándome en él. Eso no lo dudo. Pero tras 7 (para casi 8 años) de estudio (conste que los primeros meses no cuentan. Él antes sólo era un ser humano, antes de ser... lo que sea que es ahora), veo el fallo: es que yo no soy él. De hecho, nos parecemos lo que un huevo a un castaña. 
Si a mí me gusta investigarlo todo y cotillear hasta debajo de las piedras (pero no con humanos, los cotilleos me ponen nerviosa), él tiene mucha más habilidad social, autocontrol y no pocas veces me ha dicho: que no le importan las causas. Que no necesita ir por ahí destripándolo todo.
No nos parecemos. Su carácter no es mi carácter. 
Y no se trata de ser él, se trata de no ceder en ser yo. Que es bien distinto. 
Yo tiendo a hundirme y os diría que soy "friolera". Es decir, mi ritmo cardíaco en estado normal son 58-56 pulsaciones por minuto (algún doctor bromeaba diciéndome: ¿seguro que estás viva?) Él no es así. Él...es todo energía. Es como si la luna intenta ser el sol, somos distintos. Por otro lado... yo soy risueña, soy dulce. Y él no es dulce. Hombre, sabe serlo, claro, pero... lo suyo es más...no sé. Tiene mucha presencia. Yo le siento. Pero otras veces ni le veo. Son energías distintas. 
¿¿?? Aquí esta pasando algo muy raro.
¿Sabéis a qué me recordaba El viajero? A la madera. Quiero decir que el viajero era sólido, como muy asentado. Curiosamente, cuando pienso en el Muso no pienso en madera, pienso en algo mucho más volátil. 
Menos mal que sé que son solo impresiones mías. ¡JAJAJAJ!


Así que, resumiendo: tenemos que ser amables, el presente es lo único que tienes, conviene (para tu propia salud mental, no por otra cosa) ser humilde en vez de ser perfecto y me falta una. 
¿Tenía que ver con la dieta?
¿O con el enfado?

No estoy segura, así que la cuarta enseñanza la dejo sin escribir porque se me ha borrado de la mente.

FELIZ FINDE!!!!






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