Reprogramar el cerebro



Esta entrada va a ser difícil, así que a ver si .... me centro.

Considero que muchos de los problemas a los que nos enfrentamos tienen su base en una creencia. Las creencias son ideas sin palabras que rigen nuestro comportamiento. Y yo tengo que cambiar alguna. 

Voy a explicaros el escenario y luego analizo y busco la solución:

Imaginaros que soy juez. Mi trabajo ya no es ser alcaldesa de una ciudad imaginada (el blog) sino juez de juicios rápidos. Bien, vais a tener que usar la imaginación porque sino no me vais a entender. Imaginad que yo llego a mi Distrito y tomo el relevo del juez de la mañana. Nada más sentarme en mi silla, tengo demandantes que hacen cola para exigirme y pedirme que mire y revise y decida sobre sus clientes.

A mí me encanta ayudar. Y considero que si puedo rebajar la tensión del demandante, tanto mejor para todos. Es lo que yo aprendí porque yo he sido demandante. Y me preguntaba muchas cosas sobre los jueces de juicios rápidos. Muchísimas. Cuando un juicio llega hasta mi mesa yo procuro hacerme estas preguntas:

¿Qué quiere?
¿Por qué lo demanda?
¿Cuál es la situación?

Me refiero a la situación global. Mi modo de aprender es desestructurado porque yo necesito comprender la globalidad de lo que estudio antes de ver el detalle. No aprendo de modo secuencial, así que la pregunta "situación" atañe a: míralo desde fuera. Tú, él, el representado, y la Ley.

Hace dos semanas me ocurrió esto: un demandante llegó hasta mi mesa muy apurado. Decía que uno de sus compañeros había  perdido al cliente. Y me pedía que reabriera un caso. Yo vi el caso, vi al cliente, vi al demandante y dije: "Hombre, es buen cliente, pero no. Si se perdió, se perdió". Huelga decir que a mi Tribunal no le gusta perder clientes. 

- Por favor -contestó-, ¡se va a llevar 3 casos más a otro buffete!! ¡No es mi juicio! ¡Es de un compañero, por favor, de verdad, sino no te lo pediría!.

Revisé el caso. Reaperturé el caso. Y siendo de los mejores clientes del Tribunal, me hice a mi misma la siguiente pregunta: "¿Se puede hacer excepción?" (perfil del cliente: sí) Sí, se podía. 

Bien, atentos a esto que es lo importante: al irse el demandante, pensé,  "voy a documentar bien el caso, porque considero que esta acción es algo puntual". Para eso estoy, por otro lado. Pero documenté bien el caso: "hago esto, por esto y por esto y por aquello". 


Nueve días después se presenta ante mi el Jefe del abogado. El jefe del abogado es un "muso". Solo que no es mí Muso. Jueces de Juicios Rápidos y Jefes de Abogados estamos en el mismo nivel en este Tribunal.

Y va y me pregunta: - "¿Por qué hicisteis esto en este caso?"

Miro al jefe de abogados y pienso: "(¿de qué habla?=) 705 casos vistos desde entonces, es el caso de la excepción". Afortunadamente, mi memoria me falla muchísimo pero otras veces el conocimiento sube a la superficie de un modo que yo agradezco mucho y ... que resulta tremendamente natural. Es como si hubiera un instinto dentro que te dice: "es este" Hombre, muchas gracias.

- Sí -contesto al jefe de abogados-. Sí, sí. Lo recuerdo. Dejé un buen informe de la decisión porque el abogado estaba desesperado por salvar al cliente. 

Os podéis imaginar... que hasta yo pensaba que venía a darme las gracias.

Cual no es mi sorpresa, cuando me dice:

- ¡¡Ah, es que lo han hecho a propósito para fastidiar a mi abogado!! ¡Háblame del demandante que te vino a pedir que revisaras el caso!

(¿qué?)
(¿Quéee??? ¿lo has oído? ¿qué???)
(observa)

Ese fue el primer incidente.
Me dio qué pensar. No porque el jefe de abogados tuviera razón. Me dio que pensar el nivel de paranoia mental que se alcanza. "Recuérdame la escena" pedí a mi memoria. Respiración agitada, súplicas.... ¿¿de verdad eso se finge para fastidiar a un compañero?? ¿¿?? "No es mío el caso pero es que el cliente se va, quiero salvarlo"
No había mentira.

Pero... ¿cómo traslado yo eso que no han vivido... al jefe de abogados y al abogado que quería perder el juicio porque le iba mejor a su situación personal?

Lo expliqué, me olvidé.


Ahora vamos al caso número dos, que ha provocado la crisis y la reestructuración mental. 

Me siento en mi butaca de juez de juicios rápidos. Nada más sentarme, tengo una cola de tres demandantes pidiendo. "Vamos a ayudar!".
El segundo de ellos me pide:

- ¡Nelly, por favor, han cobrado un juicio por adelantdo! ¡El señor está muy disgustado! ¡Le han dejado la cuenta en números rojos! ¡Nelly, quiere reclamar al compañero! Pero sé que si no han pasado 24 horas, tú lo puedes enmendar.

Reviso el caso. Abro el expediente. Lo primero que hago es ver la fecha de comienzo del caso. Efectivamente, es un mes posterior al mes actual.

- Dile al cliente que nuestro abogado le hizo un precio especial por pagar por adelantado -digo.

- ¡¡No, no quiere!! Ya se lo he dicho. Dice que el quiere pagar, ¡en su fecha debida!

(es lógico)

Reviso jurisprudencia: hay muchos casos parecidos al cabo del día. Muchos. Se consultó a mi Tribunal Superior de Justicia al respecto y la respuesta fue: "sí, lo solventáis. Lo devolvéis". 

(Parece un cobro adelantado, ¿no se lo habrá dicho el abogado? A veces pasa)
(indicios)
(Revisaré los comentarios del expediente).

No vi nada referente a: da su consentimiento a cobro por adelantado.

- ¡¡Nelly, por favor, tenemos prisa!! -gruñen los abogados de detrás.

Reviso ley, reviso norma, reviso caso. Fallo a favor del cliente.

Y aquí viene el tema. Aquí viene el error: pensé "yo he sido abogado, voy a avisar al que lleva el caso para que pueda rellamar al cliente y cobrarle en fecha debida".

El jefe de dicho abogado era el Muso. 

Y ese fue el error. Avisar

"Siempre según versión del cliente..." indico en el asunto.

Unos días después el abogado en cuestión viene a decirme que no es justo, que patatín, que patatán. 

- Te va a pasar más veces -contesto- Déjame algún comentario en el expediente que diga que acepta el pago por adelantado. Sino, por operativa (no por mí, por operativa) tengo que fallar a su favor.

Obviamente, esto un abogado no lo acepta. Pero ... el cómo traslado yo lo de la tarde a la mañana es un problema sin solución. Ese abogado de la mañana y ese abogado de la tarde jamás van a coincidir en un tiempo que ya es pasado. Luego... ¿para qué intentar explicárselo? No se les explica. No es el foro para explicar una situación global. A él ni siquiera le interesa (¿te interesaba a ti de demandante? ¡no!) Bueno... sí que me ha fascinado siempre lo que ocurre en el Tribunal. Su funcionamiento, eso sí... pero también entiendo al abogado.

Luego llegó el Muso y cuestionó la ley. Cuestionó mi decisión. Y aquí vino la crisis.
Consulté al Tribunal Superior de Justicia: la operativa no había cambiado.

"Estoy entre dos aguas" le dije más tarde a mi pensamiento. Y es la segunda vez que me pasa.

Si algo te provoca sufrimiento, aunque tu intención sea ayudar, es que algo estás haciendo mal.

Yo no puedo fallar en contra de lo que me dice mi instinto. Puedo equivocarme, pero no puedo llevarle la contraria a "eso", que voy a llamar "mi corazón". Suena cursí, pero es cuestionar mi propio ser y es absurdo. Sé lo correcto bajo mi criterio. Puedo equivocarme o no, pero no puedo decir: "decidí esto" si decidí otra cosa. ¿A quién le miento? ¿A ellos o a mi misma?
El cuestionar la toma de decisiones propia es algo... problemático. Más... al tratarse del Muso porque eso cambia cambia tu decisión. Existía un ... vamos a llamarlo canal de confianza plena. De "todo lo que me digas va a ser considerado como cierto". Una especie de "a priori, no siento la necesidad de defenderme de ti". Pero no es correcto. Meto la pata muchas veces. 

- "Llama en fechas al cliente" -dije, ojo, al abogado. 

- El cliente me da igual.

Tal respuesta, todavía más... asombrosa, me hace darme cuenta hasta que punto estoy equivocada. 
Le da igual.

A ese abogado "el cliente le da igual".

¿Lo habrá dicho porque estaba enfadado? ¿O de verdad les importa todo tres pimientos?

Soy un marciano aprendiendo a vivir entre hombres que de verdad tenemos una lógica extraña. 
Y en esas estoy.

Sé que no puedo evitar ayudar, sé que me encanta trabajar mucho pero hay cosas que tengo que cambiar. Si tú intentas ayudar a una persona y recibes un escupitajo (jajajaj, qué exagerada soy) bueno, entonces es que tu ayuda no se está interpretando como ayuda.

Lo tengo que pensar. Durante todo el día de hoy, lo tengo que pensar.

Saludos!!!

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