En el que me enamoro de la novela.
Dado que me levanto antes que el Sol y eso en estas latitudes del hemisferio norte es realmente temprano...pensé: "Ya que llegas tan pronto al trabajo, ¡no sea que el tráfico de la hora punta te estrese! aprovecha para escribir".
Así que busqué las páginas que tenía impresas, además de otros documentos, (Transparencia) que son realmente bonitos si bien no sé yo si funcionan...y me preparé para salir de casa.
"Me voy a ir justo a esta hora"
Y Justo a esa hora, ... se abrió solo el grifo del cuarto de baño.
Yo, de verdad, vivo con espíritus. Son seres fantasmales que me esconden cosas, dejan caer otras situándose en sentido de equilibrio (porque... la extrañísima posición del rosario de cuentas que utilizo para meditar y contar respiraciones, es realmente rara) y lanzan muñecos de los que usan para tomar referencias los dibujantes de las estanterías cuando piensas frases que contradicen al compañero.
"¡Bah! Pienso zamparme dos postres en vez de uno.. ¡total, el compañero no va a enterarse!" Y he aquí que el cuadro de Van Gogh... ese que lleva meses en su lugar sale literalmente volando y aterriza en medio del salón.
Tiré ese cuadro, ya lo sabéis... Y cuando se lo conté a mi compañero, ¿¿¿sabéis qué me dijo???
-¿Ya te has cansado de que te hablara?
¿Quién? ¿El cuadro?
¡Los cuadros no hablan...!
¿Se piensa que yo voy por ahí, hablando con el Universo, como si fuera algo que realmente puede contestarte?
¡No!
Obviamente, no puedo tirar la ducha. Eso es algo "un poquito" más complicado.
Mirando gotear el grifo, me dije: "Nah... se estará duchando algún vecino".
Algo me tenía que decir, vivo en el último y no hay vecinos que valgan para semejante excusa... Ains. Es un desastre. Hace años había luces en el salón. Era una cosa enervante. Se encendían... las veías... te quedabas en la cama... te quedabas, te quedabas... hasta que decías: ¡¡¡pero será posible!!!
Ibas al salón y las luces se apagaban.
"¡¡¡Arrghadñl ashfasñgah s!!"
Así que mirabas, buscabas, indagabas y luego pensabas: "Ya te pillaré", refiriéndote al motivo, claro, de esas luces.
La siguiente vez "cronometré" las luces. "Ok, ok... duran como... quince segundos". Pues, no. Duran quince segundos si yo espero catorce a levantarme. Si espero un minuto entero, ¡un minuto! Las luces siguen ahí. Pero en cuanto te levantas y entras en el salón... se van.
Es luz eléctrica.
Pertenece al televisor. Si bien desde que la ducha se abre sola la tele ha dejado de parecer algo vivo. Si queréis una explicación científica: se actualizaba. No está conectada a internet pero de vez en cuando le daba como un "flus" la pantalla se iluminaba y decía buscando... no se qué actualización que jamás va a encontrar porque mi tele tiene veinte años y no se conecta sola a internet. Así que yo miraba la pantalla, un día que le pasó estando yo delante y la tele volvió a quedarse muda. Sin embargo, eso no explica las luces. Porque eran bastante más luminosas que esa pequeña... gestión del televisor.
Diréis, ¿y Nelly, no te da miedo?
¡Oh, no! Un fantasma que lanza cuadros cuando tú le dices que vas a comer mal, y que el compañero al que Admiro no va a enterarse, no es un fantasma peligroso. En fin, está de parte del compañero. Y el compañero me enseña amor y compasión y budismo. No parece un fantasma peligroso.
Igual debería dejarle una pizarra para que no juegue con los grifos (más que nada porque los fontaneros van muy caros) pero aquí tendríamos otro problema: si un día llego a casa y veo Hola escrito en esa pizarra os aseguro que no queda Madrid suficiente para correr....
No, no, no. Ni de broma.
¿Y por qué os cuento todo esto? En realidad está bastante relacionado con la protagonista de mi libro. He llegado a la oficina, me he puesto a leer y me he quedado enganchada, riéndome muchísimo, porque es "Nelly" pero al 100% y por eso está escrita en primer persona.
Es misterio.
Y es como ... el blog. Nunca había hecho una novela así. Ya me he enamorado del chico, de ella, del padre de ella, del ambiente, del tiempo social de la novela, de todo.
Ayer me dije: "Jo, qué pena de proyecto. Lo tienes abandonado nada más empezarlo..."
Resulta, miré el archivo ojiplática, que había escrito 80 páginas. Es casi el tamaño de las novelas de Tú Decides la Aventura y apenas voy por el primer acto. Diréis, "es poco". Pues me temo que no. 80 páginas de folios normales vienen siendo unas 120 de novela... y debéis saber que no debo escribir algo de 500.
Es juvenil.
Con 300 vamos de maravilla y llevo 80 y todavía voy por el primer tercio, hay que acortar.
Mi compañero dijo: Ya tienes best-seller, saga y ...
Uy, no me veo yo con un best-seller. Soy tímida.
Un amigo mío saca libro con Grijalbo porque conoce a su nuevo editor... ¡y se lo han encargado! Jamás ha logrado publicar con gran editorial (sabéis que yo estuve con Planeta, lo que da mucho caché) y ahora él va a sacar libro EN LA RANDOM. Porque sabe hacer contactos... ir a cenas, promocionarse.
Y, por si no lo sabéis, la Random House son para mí los Oscars. Me chifla esa editorial. ¿Por qué? No lo sé. El formato... el nombre.
Grijalbo es Random House.
Vamos a repetirlo:
Random House Mondadori.
¡¡¡Solo el sonido ya me alucina!!!!
Penguin Random House.
Ains... voy a seguir escribiendo...
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