Meditar en la respiración.

"El día tiene 24 horas", dijo mi compañero.

 -El día tiene 24 horas -me repito yo, levantándome temprano, pues hoy sábado trabajo.

En realidad me he despertado mucho antes con una angustia pasajera que solo ha servido para despertarme. El cómo, el por qué, el qué fue... nada. Si alguien hubiera venido solamente a con una punzadita de miedo para luego desaparecer ése habría sido el despertar. Tras remolonear un poco, me levanté.

"El día tiene 24 horas..."

-Está bien -pensé.

Y tras varias cosas (fijaos si era temprano que hasta pude poner una lavadora), me senté a meditar.

Han pasado dos cosas que no sabéis desde que seguí las instrucciones o sugerencias del compañero al que admiro. La primera...  he perdido un kilo. Teniendo en cuenta que solo fue por comer menos pan insano y más de ese pan sano durante 72 horas... es un logro. 

Segunda, los sabores me saben más. Esto me ha sorprendido una barbaridad, porque me hice dos platos sencillos... los combiné con ese pan y... Vamos a ver cómo os explico esto. Imaginad que la intensidad de la comida es al gusto, lo que las colonias al olfato. ¿De acuerdo? Más o menos... bueno, pues si comer era algo relativo en intensidad a una fragancia del tipo colonia resulta que estos dos días me he sorprendido con probar un plato y ser una explosión de perfume. Como todos podréis suponer... nadie se echa cinco litros de perfume encima porque no hace falta. Con comer un poco... vale y además te sacias.

Si alguien puede explicármelo, se lo agradezco. Yo no he hecho nada. Os lo aseguro.

La segunda cosa que no sabéis: lo de meditar en la respiración me cuesta. Porque... normalmente, no lo notas. Uno no va notando la respiración. Se me va la mente para todos lados, pienso mil cosas y es un desastre.

Hoy al levantarme y prepararme para meditar, mi yo interior dijo algo sobre poner sonidos de agua y pajarillos...

Para aprovechar el esplendor de... no se qué.

Esplendor.... ¿de estar despierta y activa?

Esplendor... ¿¿???

Y yo pensé: "Eso no es la meditación de sentir la respiración en el ombligo que dijo mi compañero"

Pero le hice caso.

Puedo hacer ambas cosas.

Y he aquí que pasó algo muy extraño. Veréis... y esto o lo experimenta cada uno o... no vale. Porque igual a vosotros os pasa otra cosa.

¿por dónde entra el sonido?

Curiosamente...

Muy curiosamente...

El sonido....

... vale, sí, entra por las orejas pero....

¿y a dónde va?

Pues curiosamente...

-Va a la nariz.

Y a la garganta.

Igual que la respiración.

Entonces, resultó que todo lo de arriba estaba conectado (sonido, orejas, nariz, garganta) con un... punto.

Un punto que no es mi ombligo.

Un punto determinado de mi cuerpo que está como a medio camino entre la garganta y el centro del pecho. En dicho tremendo punto se unía el sonido, el aire, la respiración.

Y al poner la mano en ese punto, cosa que hice varias veces, meditando, todo se volvió curiosísimo.

Para empezar, notas el corazón

Pero es que notas también el latido del cuerpo.

¡¡Vuestro cuerpo hace pom pom pom!! Sí, levemente.

No lo notamos. Porque lo hace desde críos.

Así que desde ese punto sí puedo notar la respiración. Es verdad que se infla la tripa. Sobre todo si tienes respiración abdominal. Que yo la tengo bastante pronunciada, ya lo vi con amigas hace años... Creo que hay dos tipos de respiraciones. Pero, en verdad, es más interesante y efectivo notar todo el circuito. Más fácil.

Lo extraño es empezar por el sonido.

La meditación del sonido es la que me resulta más sencilla, ahora sé unir sonido con el pecho. Con ese punto tan concreto que, en fin, es increíble. Es que si tocáis ese punto con la mano lo vais a sentir todo. Yo no sé si es que está conectado con los pulmones o qué... tampoco sé mucho de anatomía. 

Pero está muy bien, practicaré así, a ver qué pasa.



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