En el que os cuento mi día y veo al compañero.
Érase una vez que la Alcaldesa de la Ciudad Imaginada tenía que ir a trabajar... Y pensó...
"¿Qué me voy a poner?"
Y así inicia esta bella historia, narrada en primera persona:
"¿Qué me voy a poner?" pensé y acto seguido fui al armario. Lo abrí, miré lo que tenía y me dije:
-Mira, ponte esto -pensando.
(Ya te lo han visto) contestó mi "yo interior", sin palabras.
-Sí, ¿y qué? Así vas en pack... la ropa y yo, todo junto.
(Creí que querías ponerte deslumbrante)
-Ya pero... te voy a contar un secreto, Coso. Verás... ¿sabes esas fotos de modelos y esos reels de Instagram que veo y que (da igual lo que lleven) están hermosas igual? Vale, pues aquí va el secreto: esas chicas están guapas hasta con un saco... ¡ergo no es la ropa!
Coso, divertido, pregunta que entonces "qué es la belleza"
-Pues no es que me ponga tacón y medias -contesto, pensando-, esto ya te lo aseguro yo. La belleza es otra cosa. Si me pongo tacón y medias seré yo en tacones y medias... y si digo que quiero llevar esto y el pañuelo multicolor pues llevo esto y se acabó. Porque da igual... voy a ser la misma, ¿entiendes?
Mi yo interior, señala, "entonces, ¿de dónde viene la belleza?"
Ay, señor. Es que no entiende las cosas el pobre.
-La belleza es... no sé, algo interno -contesto-, una persona es guapa cuando está feliz. Supongo que tiene que ver con eso.
Día siguiente. Madrugo, me levanto, me voy a trabajar.
Trabajo y visito a mi compañero a las 8.
Volviendo de su módulo, hay algo que le digo yo a Coso.
"Sí pero tan temprano..."
Porque Coso, o esa cosa interior indefinible, ha dicho algo sobre la mascarilla.
-Tan temprano, ponérsela... -pienso para mis adentros-, pues no sé.
Llego al sitio, me siento. Trabajo. Viene un cliente. Trabajo. La chica que está a mi lado no para de toser. Me comenta algo sobre "que en el módulo están la mitad malos". Tose y tose y tose y tose y tose más. Empieza a ser exagerado.
-Un momento -pienso-, ¿dónde he oído antes esa tos? Ese tipo de tos.
(Cine Doré. Abril. Ya sabes cuando)
-¡Es la tos de...!
(La misma)
-¡¡Pero entonces ella tiene...!!
La compañera me mira y dice:
-¿Sabes? En mi casa se han puesto malos todos. Todos.. qué curioso, y no dejamos de toser.
Sin que se me note en la cara, claro, porque ella no tiene la culpa, pienso:
-¡¡¡ARGH!!! ¡No puedo ponerme mala ahora! ¡Tengo un compromiso!
Mi yo interior dice algo. Paso una hora peleandome con él, argumentando cosas como:
"No puedo, nadie más la lleva", "no puedo, no puedo quedar como una paranoica", "no puedo, no puedo"
Y entonces acude a mi mente la imagen del compañero, poniéndose la mascarilla.
Ay, sí. Sí puedo.
Me la pongo.
Igual es un poco tarde porque llevo ya media mañana codo con codo con ella. Y, sí... sí, internautas, la duda no es opcional. Yo estuve en ese cine, no me puse mala en años, años conviviendo con un positivo de cuando en cuando y sin caer. Personas a mi lado enfermas y no me puse mala. Hasta besé a un positivo.
Pero esa tos, no.
Esa tos. La tos de la chica de la fila de delante, toda la película, toda. Y yo le dije a mi yo interior: "Hombre, si fuera Codvid, ella y su novio estarían alarmados, ¿no? No van a venir a ver una película... estando malos... ¿no? A una sala llena de gente".
Ains. Suspiros.
Empezó con un dolor de cabeza.
Así que, ahora, debo estar muy atenta. Porque el codvid para cada cuál es distinto. Y yo, menos de tres días después de ese cine, tuve una subida de fiebre rapidísima, seguida de calambres, seguida de incredulidad, seguida de una bajada de fiebre (del sistema nervioso mejor no hablamos), seguida de un día de "Vaya, ya no me pasa nada", seguida de otro día de rabioso positivo rojo en el test y tos.
En fin.
Así que me puse la mascarilla.
Antes de eso, mucho antes... casi cuando fui a ver a mi compañero, tuve que ir también a ver a algunas personas a las que quería mostrar gratitud. Y cuando volví a mi sitio me encontré este mensaje:
"Eva, vienes guapísima hoy. ¡Me han dado ganas de invitarte a algo!"
Sorprendida, miro mi atuendo.
"¿En serio?"
-¿Qué secreto tienes? -me dice este compañero-, ¡de verdad, estas guapísima!
El secreto puede ser que me ha visto cuando iba a dar las gracias a alguien. O quizás, lo que yo le dije a Coso por la noche anterior.
"¿Ves?" "En ropa cómoda, siendo tú misma, y te dice que estás guapísima. ¿Ves como la belleza no tiene que ver con las marcas?"
Mi yo interior no contesta.
Debe estar ocupado.
Charlo con un cliente y me dice que hablar conmigo le ha alegrado la vida y le ha hecho muy feliz.
Caray.
No paro de trabajar y finalmente, me piden que vaya a suplir a mi compañero (al que admiro) y que me cambie de módulo. Cuando llego miro dónde sentarme:
-Allí -pienso.
Coso dice algo pero no le entiendo.
De hecho, ese puesto no me gusta, me voy a sentar algo alejada y a un lado.
"Coso" no sé qué dice sobre que ese no es mi puesto.
No le entiendo nada, más que la palabra humanos.
"MMmmmmmmh, ...."
¿Qué le puedo contestar?
A ver, soy un ser humano y me voy a sentar donde se sientan los seres humanos, porque soy un ser humano supliendo a otro. ¿Hasta aquí, bien?
Me siento.
No va la pantalla.
"Hum".
Mi compañero, sereno, en su sitio.
Me levanto.
"Hala, venga, mueve la silla y te pones allí"
Además, pienso usar la izquierda (la mano izquierda) "porque yo soy fuerte"
Nada más agarrar la silla esta se va al suelo.
Cielo santo.
-¡Eva, te ayudo! -dice una compi.
A ver, mi plan de Entrada Glamourosa por el Módulo + Selección de puesto se está yendo al garete.
La silla rueda. Mi mano no puede levantarla.
¿¿??
Me siento.
"Aquí no debería estar. ¡Le tengo justo detrás y me ve toda!"
Ese no era mi sitio.
Refunfuño.
Yo quería sentarme en diagonal. Una diagonal perfecta. Así él me ve a mí y yo no le veo a él. ¡Coso, no entiendo una palabra de lo que me dices!
Entonces conecto mi equipo y... la pantalla sigue negra.
-¿¿¿????
Desconecto el equipo.
"Vale pues sin pantalla"
Trabajo solo con la pequeña.
Coso dice algo.
"Ainssss"
No le entiendo una palabra. Miro atrás. Mi compañero. Miro adelante. La pantalla en negro.
Pienso:
-Oye, en serio... una cosa es una broma y otra esto.
El archivo en el que llevo trabajando TODA la mañana con TODOS los casos GRABADOS EN PERFECTOS REGISTROS no estaba guardado. No lo estaba porque un cambio de sitio no vuelve inoperativo el Equipo. El ordenador es un portatil. La red es la misma.
Mi equipo no se conecta.
Coso no sé qué dice.
Miro a mi compañero.
¿¿¿¿Qué quieres que haga???? ¿¿¿¿Ir a verlo???? ¡¡¡¡¡Pero si está ahí!!!!!
Mi compi sentado cual si tal cosa.
Coso dice que si quiero que el equipo arranque no se qué cosa de no se qué porque yo no le entiendo.
Me digo a mi misma que Coso no existe y que el ordenador va a funcionar porque la vida es ciencia y lo demás son tonterías.
Doy a CONTROL + ALT + SUPRIMIR y prepárate porque esto se soluciona fácilmente.
Pulso las teclas, el ordenador pasa a pantalla negra con el cursor marcado sobre la pantalla y no responde.
No obedece.
Una cosa es la conexión, otra que no funcione la pantalla grande, y otra es el "bloqueo".
Ahora ya, sí, puede cundir el pánico.
-¡¿QUÉ?! -en voz alta-, ¡¡¡¡funciona!!!!
Ni caso.
Miro a mi compañero. Él, como si nada.
¿Por qué creo que sabe algo que yo no sé?
Deben ser imaginaciones mías.
Me doy la vuelta y pienso: "¿Y cómo va a estar? ¿Crees que tiene algo que ver con que tú tires sillas y se te funda el portátil?"
Eso me digo y pruebo otra vez.
Nada.
Desesperada, aviso a mis compañeros.
"En el peor momento" "¡La tarea por grabar!" "¡ARGH!"
Reinicio a botonazo.
A botonazo.
"Y ahora no arrancará" "oh, me muero" "¡Tendré que pedir otro!"
((soy un poco dramas))
Mi compi que se va.
El ordenador que se abre. Se conecta. "AH, POR FIN"
Revisemos los daños.
Mis archivos han viajado en el tiempo. ¡Menos mal! Puedo recuperarlos.
Todos mis cuadrados, planes, fórmulas, archivos, registros, expedientes... ¡¡¡¡¡todos mis cuadraditos pasaron a un fundido a negro!!!!
Y no, no...la presencia de mi compañero no tiene nada que ver.
¡Eso, presencia! Eso fue otra de las cosas que le entendí a mi "Yo interior". Algo sobre humanos y no se qué de su presencia.
¿Sabéis qué? Es mejor que esa cosa interior no use palabras porque de haberme dicho una frase coherente, lo mismo era: "Nelly, no te sientes ahí, primero ve a saludar a tu compi, porque también es de Saturno, como tú...."
¡Jajajajajajaja!
Tengo una explicación más sencilla. Todos sabéis que las máquinas "petan" cuando me pongo nerviosa. Y eso no es algo nuevo. Una vez me acerqué a un portatil, dejó de funcionar, alguien preguntó: "¿qué ha pasado?" y la respuesta del informático fue: "Nada, que Eva se ha acercado. Eva, porfa, aléjate un poco" y chis pum! funcionaba.
¡Jajajajaja!
Ains, creo que me voy a pasar la tarde leyendo.
¡feliz día!
0 comentarios:
Publicar un comentario