En el que igual escribo varias entradas... (o quizás edite esta)

 La entrada con más resultados (respuestas) de este blog (no la más leída, la más leída es "ética y moral") tiene 70 comentarios y se llama Lo que aprendí con el secret cat forest.

Me acuerdo que, una vez escrita, (seguramente, filosófica) llego una respuesta tipo: "¿dónde habéis encontrado el gato marrón?" Me hizo reír. Yo hablaba de la calma y los juegos y alguien preguntó algo práctico. Lo sorprende es... ¡que llegaron más! Y mientras daba al botón de "publicar" me di cuenta de algo:

"Has creado un espacio de encuentro para los jugadores".

Todos anónimos, claro.

Lo que no deja de ser simpático porque es como si creas una entrada que dice: La causa trascendental que subyace al invento de los Centros Comerciales y la gente empieza a preguntar: "¿este tiene escaleras?" "¿dónde está el parking?" "¿hay cafetería en la planta dos?"

jajajajajaj

Y dices: "Bueno, no es de lo que iba la entrada pero..." 70 comentarios. Gente ayudándose una a otra.

"Adelante, adelante...", pienso.

Mi compañero de trabajo, esta semana, estaba guapísimo. Pero no consigo explicaros por qué es tan guapo porque va más allá de lo ordinario. Me explico: es algo que se siente pero no se ve. Sé lo que me vais a decir: "Ay, Nelly, pues estarás enamorada". Seguramente. Una vez, mi querido actor, me abrió la puerta en ropa de casa muy informal. Si lo veis. diréis: "Un señor que se acaba de despertar", "un actor en pijama". Yo no vi eso. Yo vi intimidad, cercanía, estaba trabajando. Vi trabajo porque, de hecho, es lo que estaba haciendo, trabajar. Igual que su casa, llena de libros, no estaban ahí de florero. No tiene los libros "colocados", ni "en escaparate"... como los tengo yo. Yo los tengo hasta ordenados por colores y en posición de fenshui con respecto a la estrella Nigel (de la que luego hablaremos), entrar en su casa era como entrar en la casa de un doctor. Libros = herramientas.

Y aquel doctor... aquella imagen... me impactó tanto.... Mira que le he visto en traje, con guitarra, sin guitarra, con americana, con vaqueros, en camisa, (sin camisa...) Pero nada supera aquella cara de despistado un lunes cualquiera, en ropa de dormir. Tras abrir la puerta. Libros. Energía creadora.

Belleza. Perfección.

¿Cómo le explicas eso a una marca para que le ponga un packaging y lo venda? No puedes. Bien, pues lo de mi compañero de curro es parecido solo que no tiene que ver con los libros. Es más... algo que no se ve. Está debajo. Debajo de todo. Más allá de su ombligo. Os diría que es resonancia. Eso es. Me chifla. Y cada día cambia.

Es "eso" que rodea a una persona. No sabes por qué sabes si es feliz, si está bien, si está mal... lo sabes. Bueno, no siempre, obviamente. Bien, pues... mi compi tiene (esta semana) un.... algo. Un  no se qué.

Y unos ojos... cómo puede tener ojos que cambian de color.

A veces le pregunto a mi "yo interior" mientras lo obervo:

(-Mira, son azules brillantes, celestes... le entusiasma algo, divertido)

(-Mira, están grises... está concentrado)

Yo los tengo azules también, pero me escondo tras unas gafas.

Continuará...

... y continuamos:

Ayer por la noche a mi vecino le dio por tocar el tambor con un martillo a las 12:45 de la madrugada. Lo que me desveló por completo fue pensar: "¿Pero qué puede llevar a una persona a martillear a la una de la madrugada?" En serio, ¿qué mecanismo mental te conduce a eso?. Pero da igual cuál sea... ya que, como no, a las seis suena ese despertador que siempre se olvida de apagar. Qué mes de agosto, sin ellos en casa, me tiré escuchando el despertador a las seis y pico, día sí, día también, esperando que pase ese minuto y medio que tarda en moverse la aguja grande. No deja de tener gracia y ser irónico, dado que convive con una vecina que revisa tres veces su despertador.... Ains. ¿No es un poco raro que yo revise como una loca no vaya a ser que suene... y al de al lado se le queda encendido siempre? .... ¿Será que el Universo trata de enseñarme algo? ¿¿??

Tras volver a dormirme y a despertarme, me levanté y miré el teléfono.

"Tengo que ir a jugar al tenis". Pero en vez de eso, puse Instagram.

Y veo a Superman.

Veréis, mi compi de curro es Superman. (No os riais, es que... bueno, da igual) El caso es que ahora hay un estúpido trailer de una estúpida nueva película y me daría lo mismo de no ser por la imagen en la que protege a la niña. No me hagáis esas cosas, Hollywood. Tres veces un reel que no me gusta de una pelí que no me gustará, pero da igual porque protege a la niña.

Suspiro.

El siguiente reel es el superman que yo conozco de niña, y Lois Lane. La de los ochenta. Lois se tira al agua. Y dice a Clark: "Como tú eres superman, me vas a salvar".

Y pensé: "Anda, mira, ¿será que Lois se entera así de quién es Clark?". Seguro que vi esa pelí en el cine. Me acuerdo de algo de una cascada...

El caso es que Lois grita. Lois pide más ayuda. Veo que se ahoga y Superman le dice: "Nada, tú nada..." pero no se muestra. Frunzo el ceño.

-¿¿¿La va a dejar morir??? ¿¿¿Qué pelí es esta????

Nada. Que no la salva. 

Acaba el vídeo.

"Seguro que al final la salva", me levanto y me preparo para salir. Hago la cama pensando en que las relaciones laborales son falsas. Iba a decir supérfluas pero mi yo interior y yo entramos en un debate que yo finalizo con este aplastante argumento: "Si pierdes tu empleo en 7 días todos te han olvidado". Y repaso mentalmente ejemplos de relaciones que parecían cercanas... y no lo son.

Tal pensamiento me pone triste.

Cuando entro de nuevo en el baño, mohína, me miro al espejo pensando: "Y por eso al compi no le importas... Si le importaras, sería... bueno, no sé... si fuera de tu familia otro gallo cantaría. Pero lo que quieres tú no existe, porque, ¿no ves que le estorbas cuando vas a verle? Oh, cielos, ¿y si le caigo mal? Le caigo fatal. Si le cayera bien, entonces sería cercano y seríamos amigos y sería de otra manera. ¿Entiendes?" le digo al silencio, "mira las pruebas, ¿quieres? La conducta. Se mostraría..."

Dejo de mirarme al espejo, y mientras cruzo el salón os juro que un eco extraño me aparece en la mente.

"Se mostraría..."

"sí, como Superman...."

Como superman con Lois.

¡JAJAJAJAJAJAJJAJ!

Se me enciende una bombilla.

"Anda, leche, ya entiendo el vídeo" jajajajajajjaja. ¡Jajajajajajjajajajaja!

Os lo juro, de verdad, el universo habla.

Habla, en serio. A su manera.

¿¿Por qué? ¿cómo... pero cómo acaba ese vídeo? ¡Es verdad, casi la deja morir ahogada!

No, no... pero es casualidad.

Suspiro.

Salgo para el tenis. Música.

Pasamos un buen partido, luego tomamos un café con una amplia discusión con el periodista sobre el devenir de la sociedad occidental, la situación política, la precariedad de los becarios y la diferencia entre las expectativas de la generación del baby boom, lo que le toca vivir a los Millenials y el mercado laboral que nos espera en 2025.

Lo que viene siendo una de mis conversaciones "ligeritas".

Mi amigo me presta un libro.

Vuelta a casa. (El libro es conductual, irreverente... y explica cómo motivar a los empleados)

Por si no lo sabéis, el estudio conductual es fascinante. Las palabras, mienten. La conducta no. Podríamos volver al debate que tuve con mi yo interior sobre las relaciones superfluas pero no lo voy a hacer. En lugar de eso, vuelvo a casa muy despierta.

Y entonces, ocurre una cosa. El Mundo es un Libro.

Cada casa da pistas.

"Dos bicis y monopatín de niño en la terraza..."

"Uniforme laboral colgado...."

"Geranios... de todas las plantas ha decidido plantar geranios"

"Ese piso tiene un problema con el sol... ¿te los imaginas comprando esas telas para tapar la terraza"

Es como si el mundo fuera un cuadro. Un cuadro de información. Un avión, un transeúnte, un perro, el tendero de la tienda de alimentación de nacionalidad china, los dos hombres conversando a las puertas de un garaje. La mujer con el carrito de la compra, las tres plantas de colores junto al farolillo con la marca de un centro comercial. Pistas. Y luz. 

Estoy fascinada.

Puedo deducir cientos de cosas solo mirando los detalles. Y hay un mar de detalles. Miles. A la vista.

Es lo que mi compañero llama "ser cotilla". Lo último que le pedí, me miró y me dijo: 

-No -sonrisa-, yo no me exhibo...

Era algo tan simple. Algo que cualquier otro ser humano, orgulloso, habría realizado y me habría contentado. Pero NO. Él tiene que ser una Enciclopedia Cerrada. Solo de vez en cuando ves cosas y dices: "Halaaaa". ¿Por qué, de todos los hombres sabios tuve que quedarme encauzada por él?

**(Disculpad, la palabra "Encauzada" es para ríos, no para seres... Dadme un momento.... Debo consultar la RAE porque mi "yo interior" la da por válida y no es correcta. Veamos, "encauzar" ah, "guiada", jajajajjajajajajajajjajajaja)

Guiada.

Hum. Yo no diría que sea guiada. ¿Encauzada en este contexto? Los ríos se encauzan. Las personas, no. Bueno... a ver, sí se encauzan pero cuando están descarriladas. Pero... en tal caso encauzar sería relativo a mentor. 

¿Qué tal "obsesionada"?

Mi yo interior señala que eso es parte de mi vida. Todo escritor es un poco obsesivo. Y mis obsesiones rara vez me enseñan algo. Sólo están ahí. 

Bueno, pues eso. 

Para acabar la entrada os contaré algo que me pasó ayer. Estaba recogiendo la cocina cuando vi dos estrellas que, por su brillo, tenían que ser planetas. Eran tan exageradas que fui a por la aplicación que muestra un mapa del cosmos. Es genial, si podéis, bajárosla. Es una pasada. En serio. Superpone la Vía Láctea a lo que tú ves. Me encanta. Es como el planetario en la mano. Y claro, resulta que los puntos coinciden. Lo que te hace mucha ilusión.

Marte.

"Aaaah, es marte" pensé. Sí, claro, Marte. Como no.

"bueno pues la otra será...."

Rigel.

Ahí vino el traspiés.

-¿¿¿Rigel????? ¿¿¿¿Cómo que Rigel???? ¡pero qué dices, Trasto! -pensé.

Rigel es una estrella. Vuelvo a enfocarlo al cielo.

Betelgeuse.

-¿¿¿¿Qué???

Miré el móvil pensando: "Ya, ¡venga! ¡Y qué más! ¡Rigel en este lado de la casa! ¡Me da la risa!"

Rigel y Betelgeuse es Orión. 

Orión NO se ve por mi cocina. Orión pertenece a la visual de las tres ventanas de los dormitorios.

Cocina, no. Dormitorios.

Frunzo el ceño.

Vuelvo a colocar el móvil contra el espacio exterior.

Marte, Rigel, Betelegeuse.

-Este trasto está chalado -pienso.

Asomo la cabeza por la ventana de la cocina.

¡Ostris!

Es Orión.

Pero.. ¿¿¿Pero... pero.....???

Helo ahí, Orión. Su cinturón... la cafetera entera, con asa y todo. 

Imagino el estupor de los antiguos con estas cosas.

Orión.

¿? ¿Qué hace ahí Orión?

Diréis: "Nelly, las estrellas se mueven".

Ya.

¿Seguro?

Es decir... ¿tanto?

Casi me quedé como... suspendida en la incertidumbre.

No tengo ni idea de órbitas. Pero mi constelación favorita ha decidido darse una vuelta por la otra cara de la casa... ¡Así, sin más!

¡Jajajajaja!

En fin.

No digo que esté mal. Si quiere ver el tejado de los vecinos... lo comprendo. Pero agradecería que no me diera estos sustos. Es decir, Marte y Orión, ¿juntos? Qué diría Júpiter.

Pero bueno, yo no mando. Pero... cuando ves algo brillar mucho, esperas que sea Júpiter, ¿no?

O Venús.

Pero, ¿¿Rigel??

Bueno, de todos modos, da igual. 

Está bien y me hace feliz llevarme estas sorpresas con la naturaleza. :) Ya sea del Cosmos o las cosas que aprendo con mi compañero.





 

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