En el que quizás soy "medium"
Encontré la novela El Tercer Hombre por casualidad, junto a Alicia en el País de las Maravillas, entre la colección de libros de mi tía. Y pensé: "Genial, dos libros cortos para leerse en un par de noches".
Abrí El tercer hombre y en el prólogo ponía: "Esta historia está hecha para ser vista en la pantalla, no leída".
-Hum...¿es una película?
Empecé a leer la novela: Escritor de novelas del oeste viaja a Viena. La ciudad pertenece a tres países...
-Humm.... así que estamos en "entreguerras" -pensé.
Porque si pertenece a tres países... y está todo medio derruido...
El escritor llega a la ciudad y resulta que su amigo no está. Se ha muerto. Lo atropelló un coche. Va al funeral y conoce a un policía, el policía le invita a unas copas... se pelea. No tiene dinero. El policía le invita a irse de la ciudad de Viena. Le paga el avión.
Paro de leer.
"Uff. No me estoy enterando mucho". "Será mejor que pruebe con Alicia y luego siga leyendo esto".
Abro el libro de Alicia.
Poema en cursiva.
Cuéntanos un cuento pero que sea sin sentido.
Alicia crece y decrece.
Bébeme.
Paro de leer.
-Hum... remando en un bote las niñas le piden un cuento -pienso-. Es que es como si viera la escena. Este Lewis Carroll.. tiene cosas curiosas este libro. Pero está claro que lo escribió para esas niñas. Bueno, voy a intentarlo de nuevo con el Tercer Hombre.
El escritor .... ciudad Viena... tres países... funeral... invita a copas,... pelea.
Paro de leer.
-No acabo de ver a los personajes. No me aclaro.
Tres días más tarde enciendo el televisor y busco una película de acción.
El Tercer Hombre.
-¿Cómo? -pienso sorprendida-, ¡pero si está aquí!
Doy al botón de play.
El escritor .... ciudad Viena... tres países... funeral... invita a copas,... pelea. El comisario.
-¡Ah! ¡Ahora sí!
La trama avanza. No sigas leyendo si vas a ver la película. ¡Ojo, alerta, spoilers!
Veo al escritor... quiere mucho a su amigo y viaja a Viena a verlo, pero su amigo murió. Varios testigos dicen cosas contradictorias. La policía que era una mala persona, la chica del funeral, que lo quería. El escritor no tiene ni un duro. Camina por aquí, camina por allá. Dejo la película a medias y cinco días después (o diez) continuo donde lo dejé.
La chica dice: "oh, él venía a verme justo a esta hora".
-Lo añora -pienso.
El escritor defiende la inocencia de su amigo, del cuál el comisario o policía (no me fijo mucho) insiste en que era contrabandista. De repente, en una escena en la que están hablando el escritor y el policía, mi "yo interior" pregunta:
((¿sabes cómo acaba?))
Como experta en adivinar finales, tengo un breve segundo de conciencia en la que me respondo a mi misma, en pensamiento:
-Eh... bueno -titubeando-, yo... no sé... no me fío del policía. Supongo que...
Y es en ese punto.
En ese instante...
En ese micro-segundo en el que me pongo a comparar el esquema con todos los esquemas que conozco. Con todas las posibles sorpresas, giros de guion, pistas... esos esquemas harto conocidos. A base de ver películas y más películas. Y de construir historias.
Y no hay "caso anterior".
-El policía le miente... -pienso.
No, no.... no, no. No cuadra.
-El escritor.... ¿le engañan?
No, no... tampoco.
-¿Los amigos del muerto son los malos?
No, no...
¿¿¿????
Ese segundo de vacío. De no saber. De silencio.
-Cielo Santo -pienso-, ¿soy capaz de adivinar "El bosque" sin nada que lo justifique... y no esto?
¿Sabía dónde estaba el objeto que buscaban todos en Walter Mity... y no el final de esta película?
Fruncimiento de ceño.
¿Y las pistas? ¿Dónde están las pistas?
Puestos a jugar, le pregunto a mi yo interior:
-¿Tú sabes cómo acaba la película? ¿Eh? ¿Lo sabes?
(Sí)
-¿En serio? -le pregunto mentalmente-, ¿y cómo acaba?
(Con un muerto. Un disparo y un muerto, ese es el final)
Esto tiene mucha gracia.
¿Quién es el muerto? ¿El escritor? ¿La chica?... ¿el policía?
-¿Y como sabes cómo acaba? -le pregunto a mi "yo interior". Esa corriente de pensamiento intuitivo que rara vez se articula con palabras.
(Porque ya la he visto)
Silencio.
-¿Cómo vas a haber visto la película si "tú" eres "yo" y yo no la he visto? ¿eh? -pregunto mentalmente al silencio.
Y la respuesta es más silencio.
La película avanza. Yo perpleja, la sigo viendo. No tengo ni idea del final pero la trama está muy bien, e incluso si la pasáramos a una película actual sería bastante oscura. Cuando llega la parte del gato me sorprendo mucho. Y durante varias escenas más, sigo pensando que el desaparecido amigo del escritor, es bueno. Luego me sorprende lo bien que han captado la situación de la chica y su fidelidad a un tipo que no movería un dedo por ayudarla.
Y llegamos al final.
Sin explosiones. Sin nada más que túneles y trabajo actoral... yo estaba pegada a la pantalla.
Y fin.
-Qué gran película -pienso.
Y luego, claro, me pregunto como ... es decir... "mi yo interior"... esa "cosa" ... ese...
"¿¿¿¿Cómo sabía cómo iba a terminar la película????"
-Bah, no importa -me digo.
Venga, a estas alturas, ¿acaso me va a preocupar que... no sé, pueda hablar con los fantasmas o algo así? ¡Jajajajaj!
Antes de dormir veo vídeos en Instagram y uno me parece un "fake" (¿se dice fake?) terrible. Sale un tipo diciendo que hay por ahí gente que se dedica a "despertar energías" y que ellos no tienen ni idea que y mucho cuidado con despertarlas porque si no estás preparado puedes enfermar.
-¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!
"A ver" pienso, "le está diciendo a la gente: uuuuuh, todo el mundo es un fake porque si te despierto la energía interior del ki y no estas preparado enfermas, juuuuuuh" jajajajajjajajajajaja.
-Menudo fraude.
Mi "yo interior" (que se siente aunque no hable) interroga sobre el asunto. Le respondo en pensamiento:
"Mira, todo esto es una patraña. La energía... es una patraña. No está demostrada. Y desde luego salir en los medios a decir los demás lo hacen mal pero yo no...eso es una super patraña. En serio, no puedo con la gente que vende elixires milagrosos pero empieza sus discursos arremetiendo contra la medicina que no es oficial. Pues hijo mío, ¿y tú qué vendes? Ten al menos la humildad de decir: mira, todos vendemos la misma patraña pero yo creo que... y me vendes tu discurso."
Tras este brillante argumento, paso al siguiente vídeo.
Mi yo interior, (quizás divertido) me pregunta si tengo pruebas en contra de ese vídeo. No en contra del tipo, sino de lo que el tipo habla.
Pobre "yo interior", no sabe cómo va el mundo.
-Mira -doy para atrás al reel-, ¿en serio te parece a ti que los chakras son de colorines y están donde este vídeo dicen que están? ¿Y que por dentro somos como "tuberías"?
Mi yo interior no contesta.
Me duermo.
Mis queridos internautas, jajajjaja... No sé cómo contaros esto. He soñado muchas cosas, claro, pero una de ellas era... con un señor.
Un señor... cuyo rostro no recuerdo bien. Pero estábamos hablando. Tranquilamente. Iba vestido de blanco, con ropa blanca y... quizás oriental, lo digo porque su pelo era liso y moreno y corto y tenía los ojos (me pareció) con rasgos asiáticos. Y de repente va y me dice:
-No son esos puntos, son estos.
Y... ¿cómo explicar semejante cura de humildad?
Ese "señor" del sueño con su dedo me tocó cuatro puntos... del tronco. Todos tenemos un tronco, ¿no? Costillas, pecho, corazón, ombligo, ... más bien, encima del ombligo. Mirad, yo no lo sé. Pero... ¡Jajajajajaj!
Jamás en la vida había sentido algo así.
Y me desperté, tras seguir el sueño un rato a otra cosa, pero es que fue tan... no hay palabras. No existe una palabra. Es como si te digo mira esta otra dimensión y trato de explicarte un mundo diferente con palabras de este. No puedes.
Así que a mí no me preguntéis por energías. Que luego sueño estas cosas y... no sé. O tengo una mente hipercreativa (yo, sinceramente, me inclino por eso) o soy una antena abierta a hablar con vete tú a saber qué seres que pululan por ahí.
Claro, me he levantado y me puse a hacer taichi y ahora soy fan del taichi. ¿Por qué? Ni idea. Id a preguntárselo al amable señor de sabiduría inmensa.
Saludos.
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