En el que escribo.
Tres páginas en media hora y el resto es darle vueltas a las nubes. Qué lentísima voy. Me pasa siempre con los libros. Yo no sé ni cómo logro escribirlos. Veo tres escenas, las plasmo... me doy una vuelta por el Blog. Remoloneo, divago, reflexiono... vuelvo a la novela y escribo dos líneas más pero pienso: "¿esto último está bien?"
Algunos días escribo hasta que ya no tengo más por escribir ese día. Esa sensación es genial, es como si llevaras interno un reloj de trabajo. Un tintero. Tú escribes y cuando se acaba la tinta, dices: "Ah, pues hoy es solo hasta aquí".
Lo cuál está genial pero... ¡eternizo! ¡Yo quiero terminar ya!
(30.450 palabras // 80 páginas)
Me queda un consuelo: a ver, si mi editor me ha dicho que "¡adelante!" al libro de la otra temática... y he quedado con un amigo en Toledo para documentarme... (y no es que la historia tenga que ver con Toledo, jejejejej), lo que puedo hacer es, en lugar de vagabundear por el blog... vagabundear por la otra historia.
Yo no suelo escribir dos libros a la vez. Pero el de la otra historia son escenas (Tú Eliges la Aventura).
Bien, a ver si me puedo organizar: ¿Podría escribir una hora diaria? (trabajando)
Ese es el reto.
No es mucho, pero tampoco es poco. Si lo pienso bien, mi tiempo de escritura de hoy han sido 32 minutos, el resto es mirar el techo y escribir el bl...ggg, ¡jajajaja!
¡Vale, por hoy ya he terminado!
¡Saludos!
Nelly.
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