Hamnent

 Por extrañas casualidades me llegó primero el libro de Retrato de una mujer casada y menos mal, porque mi afán de descubrir a esta escritora tiene más que ver con Lucrezia, que con esta otra obra. 


-¡Aaah! -me dijo el actor mientras yo titubeaba el nombre del protagonista del otro libro-, Cosímo.. Cósimo... de Medici, sí.

Huelga decir que yo llevaba casi cien páginas leídas y trataba de explicar algo de "ficción", hasta que le oí verbalizar el nombre como si ya lo conociera. Nombre que, dicho sea de paso, me preguntaba interiormente por su pronunciación.

-¿Lo conoces?

(pregunta tras la pregunta: "Espera, ¿¿esto es real??")

-Hombre, claro, son los Medici...

Así que ese momento en el que yo le decía a mi yo interior: "Mira, esto se pronuncia co-si-mo y se lo acaban de inventar) se convirtió en: "Ah, claro, la historia de Cósimo...de Medici"

Como quien dice: "Sí, claro, el hijo del panadero"

Esos momentos en los que mi cerebro une A y C me resultan fascinantes y me dan alegría. Es como cuando doblé la esquina de la calle donde vive un amigo y me encontré El Auditorio Nacional. Mi cerebro sabe llegar al Auditorio Nacional en metro. Solo... en metro. De pronto, un escenario "totalmente aislado" del resto del cosmos (Dos es Dos y no se relaciona con Tres) resulta que están unidos. "Medici" no era un apellido al azar que la autora hubiera puesto, Medici eran los Medici de mi libro de historia del colegio. 

(3 = 2 + 1) 

Y, veréis, el asunto importante del ejemplo del Auditorio es que no uní solo La Plaza de Prosperidad con el Auditorio. El asunto es que uní mi casa con el Auditorio. Porque yo sé llegar andando a Prosperidad. 

Esto, que os parece una tontería, a mí me da una alegría inmensa. Porque un mundo desconocido y peligroso de repente se vuelve afable y lógico. 

El problema, claro, son "las uniones".

Volvamos a la escena:

-¿Lo conoces?... Pero, espera, ¿entonces estoy leyendo histórica?

Mi querido actor, como ya sabréis, es un poco "mi maestro". No tanto como el compañero pero un poquito, sí... Y nuestra relación fue, además, bastante más íntima.

-¡Claro! Es Lucrezia de Medici. Igual que Hamnet es Hamlet.

Alzamiento de cejas sorprendidas, al otro lado del teléfono.

Se llama "ficción histórica". Es interesante. Atrevido, la verdad. Me puse en el lugar de la autora.

Y, claro... aguanté lo que pude para no buscar en la wikipedia quién o qué le pasó a Lucrezia. No quise destripar pero vi fecha de la muerte.  ¿Os acordáis de 3 = 2 + 1). Bien. (¡Jajajajajaj!) No hace falta decir más. Igual que "Te lo dicen todo al principio" unido a la frase: "En ocasiones veo muertos" ya te desvela, en la escena en la que surge el niño prodigio, todo el argumento de una película. Cosa que no os recomiendo que os ocurra porque os vais a perder un peliculón.

El Mundo es un lenguaje. La música. Las matemáticas (puajjj, las odio), la cocina, el liderazgo, la literatura, conducir, todo. Para mí, todo es un lenguaje. 

Y cuando aprendo cosas me emociono. Además, me da serenidad/tranquilidad.

Volvamos a Hamnet.

El problema de Hamnet empezó con algo del narrador que aún no he logrado concretar. No sé qué es, pero me hacía la novela cuesta arriba. Ese fue el primer problema. Pero no sé "ubicarlo". Y, el segundo problema, es el tiempo.

Sí,.... a ver, las primeras 89 páginas es (la peste entra en mi casa y no hay adultos para avisarlos). Es indefensión. 

Indefensión de dos menores + ignorancia = ansiedad. Ya sé que es un poco fuerte decir que la trama me genera ansiedad pero es que ya bien entrada la trama comprendí que la autora juega con la desprotección de los niños y eso no me gusta nada. Es más, llegué a pensar que moría el personaje sin adultos a su lado.

Entrelazado con esto, nos cuentan la "historia de Shakespeare", pero a diferencia de Lucrecia (Nací+Crecí+Soñé con esto+Ocurrió lo otro...) aquí vamos a "saltos". Pasado, presente, pasado, presente, ... 

No me gusta.

Así que avanzo en el presente porque yo quiero saber lo de los niños. Y ya sé lo que pasa pero... tampoco me gusta. 

Así que dejé de leer y me puse a pensar. 

"El lapso temporal de la obra en el presente es muy corto pero lo dilata a propósito para poner nervioso al lector. No sé si estoy de acuerdo con esta estrategia... en realidad, ¿qué hechos narra la trama? Es algo plano y breve ".

Entonces abrí la Wikipedia para buscar a Shakespeare. Y me cuenta que él y su mujer, Anne Hathaway...

-¿¿????

Anne-Hathaway

-¿¿Espera, qué??

Pienso que la Wikipedia me toma el pelo. ¿El nombre (supongo) artístico de Anne Hathaway es el de la esposa real de Shakespeare?

¿¿????

(2= 3-1) ¡Jajajajaj!

Vamos a unir Hollywood con el año 1596...

????¿¿¿?????¿¿¿?????

Diréis: "bueno, es una tontería".

Sí y no.

¿Cuántas conexiones nos perdemos?

Me puse a leer la Wiki porque pensé: "Nah, venga ya, ¿¿¿de verdad su hijo se llamaba Hamnet??? ¿Eso que cuenta ocurrió?"

Pues sí.

Escribió Hamnlet y su hijo se llamaba Hamnet. Mucha genialidad pero el mecanismo de asociación es el mismo. Vosotros y yo lo compartimos.

No sé cómo explicaros esto. Yo no soy Shakespeare... pero todos sabemos unir Hamlet y Hamnet. Lo que viene siendo: ninguno de nosotros es Einstein. Pero, ¿os imagináis lo bello que sería comprender la lógica de sus hallazgos?

Tengo una teoría respecto al cosmos y es (no sé por qué) que las respuestas son sencillas.

Sí, tú ves Hamlet como nosotros vemos Hamlet, es decir: terminado. Ves El Auditorio Nacional y lo ves aislado. Es un escenario al que tu cerebro solo sabe llegar en metro. Sin embargo, resulta que solo hay que avanzar cien metros más desde la Plaza de Prosperidad para llegar a él. 

La clave de todo es que no vemos el lenguaje completo. Está oculto.

Puñetas.
¡Jajajaja! ¡La de cosas que seríamos capaces de hacer aprendiendo los lenguajes que quisiéramos! 


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