El caso misterioso de Los Guantes.

 Antes de irse de vacaciones, mi compañero, me puso en Teams un gif de unos guantes. Y yo fruncí el ceño. Me costó pillarlo una barbaridad pero, antes de pillarlo, le dije a mi yo interior:

".... Guantes... ¿te habías fijado en los guantes? ... Sí, tu gif anterior lleva guantes, pero vamos... que ha sido algo sin querer. Es decir... igual se piensa que tú eres así de sutil... pero no soy tan sutil"

Mi compañero explicó su gif. Y yo seguía con el ceño fruncido.

"Madre mía, guantes... no, en serio, creo que te sobreestima, o algo. Yo no me había fijado en que mi gif lleva guantes. Y lo del suyo... cuesta pillarlo una barbaridad. ¿A qué vendrá esto de los guantes? No es un poco raro... Más bien, complicado. No sé, lo siento pero a lo mejor piensa que eres más inteligente de lo que eres. La verdad, ¡jajajajaj! De todas las metáforas... no sé, ufff, luego hablas de sutilezas...".

Mi compañero se fue.

Entretenida en nuevas funciones, me adentré en una semana nueva. 

"Igual... le voy a echar de menos", pensé preocupada.

Al encender la televisión y ver un señor con guantes, el primer día, no le di importancia. Pero me acordé de él. Me dije a mi misma: "Sí, bueno, ya verás,... ahora en pleno verano vas a ver guantes en todas partes. Eso tiene explicación científica. Te fijas en algo y aparece más veces".

El segundo día topé con más guantes.




La tercera referencia a los guantes, en un programa de cocina... pues me dije lo mismo.

El cuarto día en que unos guantes se cruzaron en mi vida, me dije interiormente: "Oye, mira, por más que veas guantes... eso solo demuestra que la atención es selectiva. Podría haber dicho elefante azul y verías un elefante azul en algún lado...".

Y esto nos llevó al día siguiente donde los CSIs llevaban guantes, el prota de otra película se ponía guantes, la señora de la limpieza me saludaba con guantes... y así de guante en guante, hasta que le dije a mi yo interior: "Me da igual lo que hagas porque te repito que es todo casualidad". "No hay tantos guantes en el mundo"

Dicho esto, apagué la televisión y abrí mi libro nuevo de Hamnet...

"El padre de Shakespeare era guantero..."

-¡¡...!!

¿¿¿QUÉ???

-¡JAJAJAJAJAJA!

Guantes-guantes-guantes-guantes...

Oh, cielo santo, ocho mil páginas de "el guantero dijo" "el guantero"...

Cada vez que leo: el guantero, los guantes, guantes guantes guantes.... que sí, que es casualidad.

"Yo también lo echo de menos" admití interiormente, sonriendo porque hay guantes por doquier. 

Menos mal que dijo "guantes" y no "cocodrilos". 

Fin. 

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