Nellycidades


Mi compañero sabe muchas cosas. Le cuento algo que me atribula, me da una respuesta. Por la tarde, desbocada mi ansiedad, le cuento a mi madre lo que me atribula... Me da la misma respuesta que el compañero.

Y añade: Deja de sufrir. Se nota que quieres ayudarlos a todos, pero no está en tu mano.

Alzamiento de cejas.

Porque sí, de hecho, soy una testaruda y esa es mi intención. En cuanto a lo anterior, es realmente maravilloso que ambos usaran la palabra mundo para responder casi la misma frase.

Mundo, juventud, absurdo...

Ambos, mi madre y el compañero, sin decirles nada (el primero porque acudí a él en primer lugar, la segunda sin saber la respuesta del primero) me contestaron lo mismo.

Tiempo, acostumbrada,...

Y, claro, con mi madre hablé casi dos horas.

Luego me sobrevino un ataque de gratitud.

Así que empecé el día meditando.

Puse una vela de color rosa, olor a geranio, que encontré por casualidad en una tienda escondida que no se acababa nunca. Entramos un amigo y yo, en busca de un pela-patatas (¡Jajajaja!) y resulta que tras un pasillo había otro y lo que parecía una pequeña tienda, en realidad era el bajo de toda una manzana en pleno barrio de Salamanca.

Casi no salimos.

Y yo me llevé unas velas "de geranio".

La historia del geranio tiene que ver con que un vecino de dos edificios más abajo vive en un "bajo" y tiene unas plantas en su alfeizar. Cualquiera podría pensar: "¡Bah, ¿quién quiere vivir en un bajo?!" (yo he vivido) cuando pasas junto al edificio,... de no ser porque esos geranios rojos llenaban de olor la calle. Y es una calle muy grande.

Así que al pasar miré los geranios y pensé ¡Qué envidia! seguido de:

"¿Ves? ¿Por qué no compras geranios? ¿No ves cómo huele toda la calle? Si compraras geranios" le dije a Coso "pues toda la calle olería y tus vecinos serían muy felices porque en lugar de apestar a humo y coches, ... huele a flores".

Yo me paso (a veces) el día hablando con Coso y Coso rara vez contesta.

Cuando lo hace, da miedo.

Porque contesta cosas que son.

Así que... mucho cuidado con eso.

De hecho, me paso la existencia contándole cosas. Las expongo ante él, igual que hablo con mi compañero. Aunque Coso y mi compañero de trabajo que sabe de Dharma, no son lo mismo. 

Creo.

Coso es como si estuviera siempre "expectante". Yo le cuento y él escucha. Pero bueno, no tengo muy claro lo que es...

El caso es que me compré unas velas en una tienda escondida porque mi vecino tiene geranios (y jamás sabrá que sus geranios son famosos en toda la blogosfera, lo que me hace mucha gracia porque es la conexión del mundo).

Me senté a meditar, puse una vela y comprendí que necesitaba un plato. Esta vela no tiene nada que la "sujete".

Me puse a trabajar y de repente...

-----¡¡¡¡AY DIOS, LA VELA!!!!!!

Con cara de pánico me imagino toda la vela derretida (y un incendio) y empiezo a flagelarme mentalmente por ser tan idiota. Cuando asomo la cabeza y miro la vela veo con estupor que no gotea y está felizmente brillante frente a Budha.

Alzo las cejas.

"¿Pero qué?"

¿Es una vela mágica?

Señoras y señores, tengo la única vela que se derrite (y se consume) sin derretirse.

Y tengo 8 más para repetir el proceso.

Son esas cosas mágicas como decirle a Coso el otro día:

-¡Venga, vamos a jugar!

Anunciando los números de lotería ganadores, suelto minutos antes del sorteo:

-¡Un cuarenta y cuatro, un cuarenta y cinco y un cincuenta!

(Cuarenta y cuatro, cuarenta y cinco y cincuenta)

Eso dije, jugando con Coso, pues lo dice él, en verdad. Y le dije, además, que qué mas daba si yo no había participado en el sorteo. Y le dije, nada más saber los números en mi mente o corazón o como lo queráis llamar, esto:

"¿Un cincuenta??? ¡JAJAJAJAJ! ¡Qué necio! No hay cincuentas en ese sorteo!"

Totalmente convencida de que la primitiva llega solo hasta el 49.

El 9 de junio de 2024, tras pensar esto y ver que la tele empezaba el anuncio de los premios, me reí de Coso y me dije que semejante cosedad (dícese de verdades que pueden sentirse, sin razón lógica, sin explicación científica, sin causa aparente) era prueba de que Coso es un invento y que es algo subjetivo y que nada existe...

Y entonces va la tele y anuncia lo siguiente: (os pongo un pantallazo porque no le hice foto al televisor, pero quiero que tengáis la información y veáis que no me lo estoy inventando).


44, 45 y...

50.

Un cincuenta.

¿Sabéis la cara que se me quedó?

La misma que unos días antes cuando, llegando a casa, pensé: "O me zampo todo lo que haya en la nevera para sentirme mejor y me doy una ducha..."

Y tras dejar las cosas sobre un sillón el grifo de la ducha se abrió solo.

-¡Jajajajaja!

Yo, sinceramente, quizás me habría decantado por la nevera. Zampar sin control como una oca... Pero si pasan este tipo de cosas pues optas por la opción más saludable.

Puede ser casualidad. 

O puede que encender la tele en ese instante y que lo que veas sea un capítulo de una serie en la que un médico asegura que Dios no existe y un hombre de fe le contesta ¿y si los milagros te parecen casualidades pero son milagros en verdad?

Pues así, todo el tiempo.

"Coso" está en todas partes. Y, quién sabe, en ninguna.

Existe pero no sé lo que es.

Lo sabe el compañero.

Pero el compañero no me lo cuenta, se dedica a jugar al escondite conmigo como hace esa cosa. A lo mejor están ambos esperando a que descubra algo.

En fin, son Nellycidades.

¡Feliz día! 



2 comentarios:

Davidel dijo...

El día 9 de junio tuve un sueño muy particular e incluso , como en otras ocasiones, puede estar relacionado con la lotería de hoy. !Y vas tú y hablas hoy de descubrir números! Jajaja. Hace dos semanas pude haber ganado 30 mileuros!! . Sí, estás a punto de descubrir algo muy importante...

Nelly dijo...

No sé, no sé ...

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