En el que leo a Dickens y divago sobre varios temas.



Yo sé el final de Shogun. Lo recuerdo cuando lo leí de niña, recuerdo lo que sentí al terminar esta novela. Y estoy disfrutando mucho la serie.

He empezado a leer a Dickens y me he encontrado con que inicia los capítulos así: "En el que Oliver descubre...", "En el que aparece un nuevo...", "En el que..." Cosa curiosa, pues creía que mi blog copiaba la novela juvenil "La Brujita Gari", donde los capítulos empiezan por: En el que aprendo a volar. Y así escribía yo entradas de Foro y del blog y pensé: "Pues esto viene de Gari".... Y entonces descubres que Dickens, ¡qué copiota!, lo hacía hace tres siglos...

No sé si os habéis dado cuenta pero, Urano gira como si le hubieran dado una patada. Yo que vosotros, me lo plantearía. Empezad por saber que el día en la Tierra no es de 24 horas, sino de 23 y 56 minutos, más o menos.

Si viajas a Marte, dura 24 horas y media hora. Algo más.

Plantéate que, cuando te dicen: "lo haré dentro de dos días", no es exacto. Ni siquiera son dos días de verdad. Así que si un día en la Tierra no es un día en la Tierra, puede que todo lo demás no sea todo lo demás. Me refiero a que dicha imperfección o inexactitud podría impregnarlo todo. Nada es lo que nada es. Por eso saber y vivir no son la misma cosa. Si no somos capaces de catalogar algo tan sencillo como un periodo temporal y llamamos días a cosas que no lo son...

Ahora deberías saber también que en Júpiter un día dura once horas, teniendo en cuenta su tamaño,... ahora ya sabes por qué tiene esos colores tan bonitos en la atmósfera... va a toda velocidad. Tiene gracia, visto desde fuera. Pero desde dentro, no, a no ser que tu idea de un día de paz sea estar en medio de un tornado... No deja de ser gracioso que desde fuera sea tan bonito... pero si entras en la atmósfera (pongamos un símil con la Tierra) tus pies llegan al ecuador de África mientras tu cabeza sigue en Japón...

Otra de las cosas interesantes en las que fijarte es por qué el remolino de una bañera y la forma de La Vía Láctea son similares. Yo no digo nada pero... ¿nadie lo ve un poquito raro?

No sé, remolinos girando como locos en el espacio... a punto de irse por el fregadero, jajajaja. 

¡Jajajaja! Me pregunto qué habrá debajo, jajajaj.

Oye, tiene gracia... hoy voy al Observatorio Nacional del Retiro (o algo así) a ver una cosa llamada péndulo de Fucault? ¿Fucoult? ¿Fu.. Fac... Fou... ¡bueno, ese!

Mi compañero de trabajo, brilla.

Ya sé que sabéis que es un ser absolutamente maravilloso, pero es que el otro día, en su presencia, mientras hablaba con Coso sobre: "¿será verdad? ¿entonces por qué lo pasé tan mal hace tres años...?" Y no sé qué contestó Coso y yo le pregunté otra cosa y Coso dijo algo y yo dije: "Pues no lo entiendo"

Y me quedé mirando la camiseta del chico que estaba sentado junto a mi compañero de trabajo.

En medio estaba el sol.

A su alrededor, planetas.

La distancia justa.

Eso fue lo único que entendí a Coso en ese instante pero me llegó al corazón porque, de eso se trata. Si mi compañero fuera mi amigo, o estuviéramos donde estábamos hace tres años (otro departamento) pues todo es caos. Y enfado y enojo. Pero al igual que aquella camiseta que reflejaba el equilibrio perfecto, allí estábamos tres personas en equilibrio pefecto:

-Qué chula tu camiseta -dije al chico.

-¿Te gustan los vinilos?

La pregunta me pilló totalmente por sorpresa. Sabía que era un disco como en un toca-discos. Pero habló de vinilos y música con tanto convencimiento que llegué a pensar que me había imaginado el Sistema Solar.

((¿Es de Vinilos??)

Pensé que me había vuelto loca. Yo veo el Sol. Y el equilibrio del Cosmos. La Casualidad del Mundo. Veo el Universo en esta camiseta, veo mi vida, y al compañero... ¿¿¿dónde están los vinilos???

Tímidamente, pregunté:

-E--eso es el Sol, ¿no?

-¡Sí! -dijo el chico, riendo-, es el Sol y el Sistema Solar... pero también es un tocadiscos.

(Aaaaaah)

Y pensé: "Será mejor que me marche antes de que mi otro compañero se de cuenta de que no entiendo las camisetas".

Desaparecí. Me esfumé. Regresé a mi sitio. Y pensé que sí había pillado la camiseta, es sólo que yo debatía con Coso sobre la coincidencia universal, sobre como el Sol y Urano están a la distancia justa. Que si coges a Urano por banda pues le importa un comino el Sol. Y al Sol parece no importarle Urano. No sé si me entendéis. Que yo miro Júpiter y pienso qué hermoso y eso es un infierno tremendo... pero qué bonito desde fuera, qué pacífico. Hasta que lo ves girar. Míralo girar y luego me lo cuentas...

Pues a eso voy. A que las cosas no son lo que son. O lo son pero no lo son. 

Son más complejas de lo que parecen.



Pero están en equilibro.

Aunque, la palabra no es equilibrio, en realidad es coincidencia. Están entrelazadas, entrecruzadas. ¿Por qué? Pues porque esa es nuestra existencia.

Y ahora viene la gran pregunta: ¿Hay algo más? En esa coincidencia, es meramente "aleatoria". ¿Creéis que sí? Yo no.

No digo que no sea científica, digo que no es aleatoria. Me explico: hay cien mil lugares en los que golpear un puente y uno solo en el que acertar para derrumbarlo por completo. Es la ciencia (leyes naturales) la que derrumba el puente,... no hablo de que no exista causalidad.

Sólo digo que hay algo más que no vemos.

Será eso que estudiaban los cuánticos sobre la desviación del azar de forma ilógica en un experimento con partículas. Hay algo más. Si las evoluciones en las especies fueran aleatorias, tendríamos osos pandas rosas... Y no los tenemos. Algo guía la evolución.

Pero quién sabe qué es.

¡Saludos! 


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