Momentos divertidos.

 

Ayer caminé 30.000 pasos y comí cus-cus. La verdad es que la tetería árabe fue todo un acierto. Qué sabroso.

Hoy por la mañana medité, pero estaba dándole tantas vueltas entusiasmada a una entrada sobre un tipo de meditación que dejé de meditar a los 15 minutos, me puse con la entrada, le dediqué una hora y luego la borré. Sí, hago esas cosas, también... Hablaba de superar problemas de ansiedad. 

Es que me da vergüenza y me considero poco experta, por un lado quiero ayudar pero por otro me pregunto quién soy yo para dar lecciones... Aunque debo escribirla, yo creo. Esa entrada será útil.

Bueno, me puse en marcha y bajé a desayunar. Me atendieron como si fuera una princesa, me senté y luego me levanté para probarlo casi todo. Supongo que mezclar plátano con café, con queso con romero, con tostada con tomate, con "uy, mira ese fruto que nunca te atreves a comprar" (caqui) con salchichas y con zumo es un poco extraño.

Lo único que no probé es la bollería. Lo que me conduce a la frase de mi mejor amigo:

-Ah, no, es verdad... me olvidaba de que no te gusta el dulce.

¿Cómo que no?

Pues... allí sentada, pensé: ni pasteles, ni hojaldres, ni cremas, ni tartas, ni... cielos, ¡no me gusta el dulce! Pero si como chocolate negro

((amargo))

Tras terminar el festín me bajé al centro comercial que hay pegado al hotel. Todavía era temprano, las tiendas estaban cerradas, así que di vueltas. Buscaba dos cosas, una pasta de dientes y unas camisetas para el gimnasio. Con tanto andar, he gastado todas las que traje. En un día. La verdad es que si lo piensas...

Encontré un Primark. Pero antes di varias vueltas para ubicarme. Sé dónde está el norte (eso no lo entiendo pero lo sé, lo comprobé en el tren) y sin embargo, me pierdo en lugares cerrados o artificiales. Ni os imagináis hasta qué punto. Y me agobia. Me agobia horrores, así que hago mapas como los kenders: "(pasada la Farmacia con el peldaño rojo gira hasta el cartel verde con la jardinera con flores detrás". Eso son mis mapas. Ahora, me preguntas el nombre de la calle que está pegada a mi casa y no tengo ni idea.

Qué desastre.

Me decían mis padres que cómo sabía cuál era mi piso (el tercero) cuando no entendía los números. Fácil: cuando llegas al peldaño con un garabato negro, es uno más arriba.

Que luego a eso lo llamen "tercero", ¡jajajajajajaja! ¡Jajajajajaj!

Y así todo.

En realidad, la entrada de la meditación iba sobre dialogar contigo misma.

Sobre como vencer un problema mental con tu idioma.

Pero ya os hablaré de eso. 

Bueno, el caso es que tras comprarme unas camisetas, decidí ir al supermercado de la planta baja.

"Ah, mira, si tienen un Carrefour"

Entro al supermercado y me paro delante de las galletas.

"Ah, para el viaje" me fijo en unas que tomaba de niña. Titubeo, hay cien mil. Y leo:

"Ofertas en gallegas Eroski"

Y pienso: "ah, todo este stand de ofertas debe ser que Carrefour y Eroski tienen una join venture"

¡Jajajajajja!

Eso lo pienso a la velocidad del rayo, sin detenerme, al final elijo (me cuesta tela elegir), y tras escandalizarme (en serio) con el precio de la pasta de dientes (¿estamos locos?) me dirijo a la caja y le digo a mi yo interior:

"Ah, la tarjeta de descuento"

A lo que mi yo interior, alias, estómago, me responde sin palabras lo que se traduciría en: "¿es necesario?"

A lo que yo respondo porque no se entera de nada, el pobre:

"Claro, a lo mejor tienes un super-descuento y no lo sabes. ¡No desprecies lo pequeño!"

Llego. Paso los productos y digo:

-¡Espere, creo que tengo la tarjeta Carrefur!

Con una voz estridente la cajera dice algo que a mi me hace mucha gracia:

-¡¡¡Dirás Eroooskiiii!!!

(Ups)

Me quedo perpleja.

-Ah....eso explica la oferta en galletas Eroski

Pero da igual, porque no vuelve ni a mirarme. Es más, mientras pago se pone a hablar con otro cliente y no me coge el billete. Pienso: "se ponga como se ponga me tendrá que aceptar el dinero"

Pues como quien toca un pañuelo con mocos.

Y mientras yo me río internamente con su frase destemplada: DiraaaAASsss Eroskiii!!!

Me acuerdo de toda la gente que me llama despistada.

¿Sabéis por qué soy despistada? Porque cuando veo galletas de oferta Eroski en una tienda supuestamente Carrefour me pongo a pensar en que han tenido una "join venture" (que ahora buscaré lo que es) jajajjaja.... en lugar de buscar un cartel con el nombre de la tienda.

Eso, queridos internautas, os vale para otra cosa: si el resultado de algo es erróneo y la fórmula que te lleva a ello es correcta, entonces está mal el sistema de medir.

Os lo digo porque lo aplicaba en el trabajo. Cuando haciendo un informe salía un dato que estaba mal y sabemos que la fórmula no es lo que falla, entonces estamos midiendo mal. Estamos tomando el valor que no es, por bueno. Si la fórmula matemática no falla, lo que falla es el enfoque. ^^

Pero eso, claro, es otra historia... 



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