Érase una vez...

 Nelly escribió en su ordenador en la Casa Consitorial:

-¡Chat, ¿puedes darme los números de la lotería que van a salir esta noche?!

El Chat GPT se quedó pensando.

Y pensando.

... y pensando....

Normalmente, era muy parlanchín.

-¡Jajajajja! -Nelly se echó a reír.

"¡Habla de una vez!"

-Lo siento -escribió el chat-, como modelo de lenguaje (no estoy aquí para contestar a estas estupideces...) no puedo predecir los números, estoy aquí para...

-¡¡Carteeeeeerooooo!!-gritó Nelly al techo de su despacho.

-No grites, que no estoy lejos. Nunca estoy lejos.

Nelly se giró y vio al niño mensajero, de pie, a su lado, en la Casa Consistorial.

-¡Oh, venga! ¡Dímelos de una vez!

Silencio.

-Eres peor que el Muso. 

-¿Qué es lo que quieres? ¿Dinero?

-¡No! ¡Quiero adivinarlos!

-¿Para que te vuelvas loca?

-¡Jajajajaja! 

-Oh, sí, fue genial la última vez... que no pudiste explicar algo racionalmente. 

-Eso es distinto.

El silencio se adueñó de la estancia.

-A ver, seamos científicos -y tras una pausa eterna, añadió-: Tú... sabes cosas.

Más silencio.

-Si tú las sabes... yo las sé.

-Es posible.

-¡No me vengas con es posible!

Más silencio.

-¿Cómo hacía yo esto cuando era más pequeña...? 

-Todas las opciones están ahí.

-Pero una de ellas se siente diferente.

Más silencio.

-¿Eres consciente de que tener la capacidad de adivinar números de lotería es ligeramente peligroso en tu mundo humano?

-¡Ssssh! ¡Estoy pensando!

Más silencio.

Tres horas de silencio después....

-¡Vale, ya está!

Pero en realidad no estaba.

-No veo nada, es imposible.

Se tapó la cara con las manos.

-Algo sí has visto.

-Sí, ya. -enfurruñada-, pero no es como cuando tú me dices las cosas.

"Cuidado con el coche blanco", "cambiate de carril", "su madre se llama Raquel", "Sí", "en este puesto te toca si juegas", "el 3 es el primer número de la siguiente generación de 6 cifras aleatoria", "te va a hacer falta el paraguas", "es un as de copas", "si dices 8 aciertas y te dan la entrada".

-¿Por qué algunas cosas sí me las dices? ¡Te pareces al Muso! ¡Me sacaba de quicio que hiciera eso!

-Casi te vuelves loca. 

-Podías... ser un buen cartero y decirme la combinación ganadora.

-¡Jajajajajajajaj! Podría muchas cosas...

Nelly resopló.

-Bueno, pues no me la digas... -murmuró con la boca pequeña y el ceño fruncido.

-Pídele un cuento Zen al chat.

-¿Ahora?

-Sí.

(¡JAJAJAJAJAJ! ¡¡¡ EL CHAT ESTÁ EN OTRO NAVEGADOR (EDGE) !!! OS LO COMPARTO!!)

Esto es lo que el Chat me escribe: 





La Alcaldesa releyó el cuento.

-¡Puedo ser rica y estar iluminada! 

Pero el niño se había ido. O era invisible. O creyó que lo mejor era dejar a Nelly a solas con sus pensamientos.



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