Nell y el capítulo 11 de Sandman.



Érase una vez que la Alcaldesa de la Ciudad Imaginada estaba encerrada en su despacho, escribiendo. Escribía y escribía sin parar, luego releía lo que había escrito y lo borraba. Y así una vez y otra vez y otra vez... y una vez más.

De pronto llamaron a la puerta, era el cartero.

-¡¡Vete!! -gritó Nelly.

La llamada se repitió.

Tras resoplar, ella exclamó:

-¡Está abierto!

El niño giró el picaporte y entró en el despacho. Nelly giró su sillón para encararse con él.

-¡¿Por qué no hay forma de escribir sobre Sandman?! -refunfuño.

-Por qué será...

-¡Porque lo borras!

-¿Yo?

-Sí, tú. ¡Así no puedo! ¡No hay manera de hacer una reseña!

-Así que es "culpa" mía que no puedas o quieras escribir sobre algo.

-Es la séptima vez que rehago la entrada. Y me pasó con otras de la misma serie.

El cartero se asomó al ordenador, justo cuando ella daba al botón "Delete". 

-Quería poner algo del capítulo once... Pero no puedo.

El niño ladeó la cabeza con aire reflexivo, a la par que observaba la pantalla en blanco.

-Quizá no logras expresarte porque la serie se comunica muy bien contigo.

-No te entiendo.

-La comunicación perfecta "une" las cosas. Si hay unión, lo demás es innecesario.

Nelly frunció más el ceño. Tanto, que parecía estar leyendo un manual en mandarín.

-¿De qué trata el capítulo once, Nell? -preguntó el cartero.

-Tiene dos historias. ¡Una de gatos y otra de Calíope! Una Musa.

-La de gatos... ¿va de gatos, en realidad?

-¡No! ¡No va de gatos! ¡Ese es el problema! Cómo presentan al personaje... como cambia su posicionamiento en la trama a través del comportamiento de los otros gatos... y esa frase de "ya me gustaría a mí ver a 1000 gatos haciendo algo a la vez". ¡O poniéndose de acuerdo para hacer lo mismo! Eso no son felinos... ¡Eso es hablar de humanos! 

-Sin embargo, no te molesta realmente que vaya de algo más profundo. Lo que te molesta realmente es que el mensaje lo has oído antes, ¿puede ser?

-Sí. "Lo que crees, creas". Y es mentira. Sabes que eso es mentira. 

-Ah... te refieres a "el Mundo Despierto está formado por sueños"

-¡Sí!

-Entiendo. ¿Ves? Ya has hablado de la primera historia, ¿te das cuenta? No ha sido tan difícil. Veamos a continuación de qué trata la segunda.

-¡¡Un escritor!!

Nelly apretó el puño, arrugando entre los dedos unas viejas facturas del Consistorio.

-¡Jajajajja! ¡Jajajaj! ¡No sigas! sólo con verte...

-Un escritor, como yo, pero más agobiado. Tú sabes lo que es escribir por plazos, ¡lo sabes! 

-¿Bromeas? ¿A quién pides las historias?

-¡Vale! Pues ese escritor... ¡hereda una Musa cautiva! Y la Musa le dice: "¡Libérame, y pídeme de nuevo inspiración cuando sea libre!..." ¿Y crees que lo hace? 

-¿Tú lo harías?

-¡¡¿QUÉ?!! ¡¡Pues...!!! ¡¡¡Yo....!!!! Es decir....

-Una Musa encerrada, Nelly... ¿lo harías? ¿Temes que no lo harías?

-¿Sabes lo que cuesta un best-seller?

-Contesta a la pregunta. La estás evitando. 

Nelly no contestó. Al cabo de un rato, el niño dijo:

-Yo sí lo sé.

-¿Seguro?

-Depende del sufrimiento que vieras en ella. Tranquila,... no actuarías como él. Sobre todo tras el primer libro, ¿verdad? Veías la serie pensado "quizá para un solo libro", ¿no?...¿Qué ocurre entonces? Cuando consigue su libro de éxito...

-Que cambia su nombre por Ric y se vuelve "idiota". ¡Menuda arrogancia! ¡Que las historias no son suyas! ¡Da vergüenza!

-Sigue, me interesa el final.

-Pues ella, la Musa Calíope, pide ayuda a Morfeo. Y Morfeo aparece... un poco frío, ¿sabes? Menudo témpano. Dicen que es orgulloso pero...

-Confundes templanza con insensibilidad. Podría arrollar el mundo en ese instante.

-¡Lo que sea! Total, que se venga del escritor y lo castiga... ¡Mucha sangre! Demasiada sangre...

-Pero te gustaron sus ideas, ¿eh? Conoces bien ese proceso... una detrás de otra.

Nelly se miró la punta de sus calcetines. Le gustaba andar descalza por la Casa Consistorial. Y asintió en silencio. La idea de la lectura y el cataclismo fuera del edificio era sensacional.

-El caso es que la sangre sobra un poco... pero él libera a Calíope. 

-Así que tenemos "la ambición", "la falta de humildad", "el proceso de un escritor", "la creatividad cautiva", "la ley" y...

-Ella lo perdona. No lo que le ha hecho, sino a él. Cosa extraña porque diferencia dos cosas que yo pensaba no se podían diferenciar. Y no lo perdona por él, sino por ella.

-Para vivir en paz. ¿Y entonces...?

-Entonces es libre. Sencillamente se marcha caminando.

-Y fin.

Nelly se quedó callada, el niño se quedó callado. Un gato maulló en la ventana.

-¿Y ahora qué?

-Puede que te falte una última cosa por decir. De lo contrario, yo ya me habría ido.

Ella miró al techo. Y de pronto, exclamó:

-¡¡¡Me muero de envidia!!! ¿Quién ha creado esa historia?

-¡¡Jajajajaja!! ¡¡Jajajajaja!

Eran tan pocas la veces que el cartero la había visto así. "Envidia de otro creador". Reconocimiento, siempre. Admiración, también. Desear ser el autor o haber participado de una historia tan redonda, pocas. Casi ninguna.

Y tras quedarse un rato, sin ánimo de perturbar aquel silencio efímero cargado de emociones inefables y milagros invisibles bajo la luz iridiscente de una pantalla de ordenador, el niño se dirigió a la salida. Abrió la puerta, cerró con cuidado y continuó su camino sempiterno en silencio.

Fin. 

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises