El placer de releer El Señor de los Anillos.


Estoy encantada con mi decisión de volver a leer El Señor de los Anillos. Este autor se carteaba con C.S.Lewis pues ambos habían creado "mundos", sólo que Tolkien le reprochaba su poca sutileza en cuanto a Aslan y Jesucristo (en la obra de Lewis, el león es claramente Jesús y tengo entendido que su amigo Tolkien le reprochaba "que no era nada sutil") No conozco mucho de su gran amistad ni de por qué se distanciaron, pero la obra de Tolkien me parece maravillosa.

Una película muy bien adaptada. 

(ojo, esta entrada contiene spoilers)

Lo primero que me sorprendió, aparte de que en el libro Frodo vende su casa a los detestables Sacovilla-Bolsón antes de partir, fue la identidad de Tom Bombadil. Siempre alegre, siempre contento, cuando le preguntan "¿Quién eres?", su respuesta viene a ser algo así como: "¿Quién eres tú si no tuvieras nombre?". Lo que te deja ya patidifuso o patidifusa. "Yo soy el Amo. Yo soy el señor". ¿Pero el señor de qué...? Siempre alegre, siempre contento, de repente toma el Anillo y se lo pone en el dedo meñique y no pasa nada. Porque es más Antiguo que el Anillo. Ya estaba antes del Tiempo, antes de los días del Viejo Mundo, antes de Sauron, antes de todo. 

Me ha dicho un amigo: "No le dan el Anillo a él porque lo más probable es que se lo dejara olvidado en algún lado..."

¡Jajajaj! Cierto. Todos (incluso Gandalf) temiendo el Anillo y este personaje "del bosque", que no sale de su territorio, lo tiene en sus manos y dice: "Ah, sí, muy bonito. Toma". Ni fu, ni fa. Le da lo mismo.

¿Quién es Tom Bombadil? Su esposa parece "La Naturaleza" pero, ¿él? No se sabe.

El concilio de Elrond es más largo que en la película (normal, no sería factible adaptarlo exacto) y presenta a muchos personajes que han acudido a Rivendel en busca de consejo, al mismo tiempo y por casualidad. Si es que algo puede llamarse "casualidad" en esta historia, según los propios personajes (Gandalf y Elrond) dicen. Allí hay un enano que, cuando lo ve Frodo, dice: 

-Uy, tú acompañaste a Bilbo y a Escudo de Roble... 

Y enlaza con la trama del libro del Hobbit. Esto a mí me sorprendió. Y el enano contesta: "Sí, y este es mi hijo Gimli". Y entonces hablan y recuerdan lo que pasó en "El Hobbit", y el alojamiento de los enanos en las mazmorras del padre de Légolas, mientras Légolas narra por qué ha venido (tenía a Gollum preso) y cómo Gollum se escapó..

Con lo cuál piensas: "Todo ese merchandising e historias paralelas no se las han inventado esta vez, para exprimir un libro famoso. Realmente, en el libro Tolkien habla de todo eso. De eso y de mucho más".

Te enteras de lo siguiente: Hace mucho tiempo hubo un reino oscuro (creo que al Norte) a cuyo poder tenebroso servía Sauron (estamos pues luchando contra el que era siervo de otro mucho más poderoso), y ese reino cayó en una batalla que Elrond vivió pero no los demás. Luego Sauron engañó a los herreros elfos para que le enseñaran cómo trabajar el metal, y mientras prometía anillos, él forjaba otro, que como sabéis era para "atraerlos a todos, y atarlos a las Sombras". Pero por aquella época había hombres luminosos (descendientes de los elfos) llamados de Númenor, entre los cuáles estaba el padre o abuelo de Aragorn (creo que abuelo) Isildur, quien en una batalla cortó la mano de Sauron llevándose de paso el Anillo de Poder. Pero no lo destruyó sino que se lo queda, el Anillo le traiciona, muere y la joya acaba en manos de Smeagol, alias Gollum. A quien todos inspira compasión y pena.

En el Concilio, cada raza viene a contar lo que ha vivido: "Pues en el Sur, si no es por nosotros, estaríais todos muertos", "pues, ¿quién crees que guarda los caminos que no son del sur?" "Pues en el Bosque Negro vemos cosas raras..." Dentro de unos cuantos "pues" más, sé que el propio Frodo se va a ofrecer voluntario para llevar el anillo a Mordor.

Gandalf es más borde de lo que recordaba.

"Yo no me meto en asuntos de magos, pues son rápidos para la ira". Una de las herramientas más poderosas para presentar personajes es que unos hablen de otros, lo dota de gran realismo. Puede que más de uno haya notado que Gandalf el Gris es un poco áspero, en ciertos momentos. Y da respuestas a Frodo que me dejan patidifusa:

-Realmente estás ciego si crees que Cebadilla es un tonto. En su campo es bastante sagaz...

Aunque fue peor la frase que le dice al hobbit nada más despertar en casa de Elrond: "estás vivo pese a las estupideces que has hecho en los últimos días..." No lo dice así, pero más o menos. Y luego ya le dice que ha demostrado un gran valor al cubrir el camino de la Comarca a Rivendel, con todo lo ocurrido.

La Comarca es como mi pueblo. Me sorprendió muchísimo cuando empieza a hablar de las cuatro cuadernas. Y tras Hobbiton está el río tal, y tras el río está Crivaca, y al otro lado Brandigamo y Gamoburgo en el centro (y de ahí es Merry pues todos sabemos que se llama Meriadoc Brandigamo). 

Describe con una minuciosidad tremenda todo un mundo, y lo hace con tanto realismo que lo podrías dibujar en un mapa. ¿Sabéis... el trabajo previo que lleva eso en la Mente de un escritor? Veréis, cuando estas escribiendo y necesitas seguir con la historia y tienes que contar algo del mundo en el que se ambienta te tienes que parar, pensar, decidir y luego escribir. Tolkien, no. Tolkien ya tiene todo eso, y describe. Es decir, no se para a ver qué pone para avanzar la trama, él ya lo tiene, y elige qué contarme. Es que es muy diferente, creedme, trabajar de un modo o de otro. Lo que me transmite a mí su forma de narrar es que Tolkien disfrutaba mucho de ese mundo que él había creado. Que me lo cuente, que lo comparta... es casi un privilegio, porque tenerlo, ya lo tenía. Yo no necesito hablar de las cuatro cuadernas o de qué hay más allá de Hobbiton para narrar la historia de los hobbits porque apenas es medio párrafo de nueve mil. No sé si me explico. Pero él lo hace, te lo cuenta, porque todo eso ya está ahí.

Es como si yo voy en coche por las Rías Bajas (por Galicia) y puedo decirle al lector: "Mira, ese es el Puente de Rande, y ahí está Redondela y detrás..." O puedo hacer esto: 

"Ahí está Rande, y el puente ampliado en el año 2019 debido a que cada día lo transitan más de veinte mil vehículos; al otro lado está Redondela, el cuarto municipio más poblado de la comarca de Vigo, al cuál nos dirigimos. Nuestro destino son unos molinos situados entre los ríos Alvedosa y Maceiras. Al oeste tenemos la Ría y al norte Sotomayor. Esa isla que veis es la de San Simón, donde vive..."

¿Quién de los dos está hablando de algo que ya existe?

El primero es un escritor normal y corriente y el segundo es un escritor (que o bien se está fijando en algo que ya existe y cambiándole los nombres) que ha creado un mundo con un nivel de detalle verdaderamente asombroso. "Las cuatro cuadernas" es una forma de nombrar un punto del mapa del cuál vienen los protagonistas. Podía haberlo solucionado con: "venís desde allí..." o diciendo un nombre genérico, pero no, usa las cuatro cuadernas porque hace divisiones territoriales con distinta geografía, densidad de población y "costumbres". Hay incluso desconfianzas entre sus habitantes. Y todo esto para nombrar el punto de partida.

Algo que cualquiera de hoy en día (escritor) había resuelto con un: "Y partieron de..." Y punto.

Tolkien estaba creando y disfrutando de su propio mundo, y te lo cuenta, pero no se para a que lo entiendas porque es tan verosímil que la coherencia que adquiere es sensacional. La verosimilitud es primordial para los escritores. Las historias no son ciertas pero deben parecerlo. En eso Tolkien es admirable.

Se logra creyendo en la historia. Eso lo primero. Y en segundo lugar jugando según las normas del mundo que creas. En tercero, se lo presentas al lector contándoselo pero allá él si lo entiende o no. En mi caso, yo me siento y pienso: "¿cómo hago para que el lector entienda....?". Tolkien no es así. Tolkien es: "yo te lo cuento y tú ya te vas enterando... si quieres" (jajajaj, a lo Gandalf). Yo te digo que veo a un tal Glorfindel en una loma y tú pones "cara de hobbit" porque no tienes ni idea de quién es ese tipo, y cinco capítulos después alguien te dice: estuvo en tal batalla o sí, lo viste como figura luminosa porque están aquí y allá al mismo tiempo.

Allá te apañes tú a entender "qué es eso de la doble naturaleza de los elfos" (los elfos son realmente raros), qué batalla fue, y quién es cada uno. Es como la vida misma, tú ves trozos de información y ya juntas e interpretas.

Tolkien eran un gran escritor. Encima, está todo narrado como un "cuento", como un Mito.

Mi personaje favorito, ya por ir acabando la entrada, son los hobbits. Y los elfos, claro. Hay gente que critica a Frodo y enaltece a Sam. Yo el servilismo de Sam no lo veo realista (llama a Frodo "amo", es casi como un escudero, como Sancho Panza, no sé, me recuerda a él... los demás, no le tratan así). Sabéis que me gusta Faramir pero no sé bien por qué (ya llegaré ahí cuando lo relea), ahora voy por el Concilio de Elrond. Creo que el mérito de Frodo es que nadie más puede hacer lo que hace, es decir, para mí es cada lector con su "vida misma". Nadie puede llevar el Anillo igual que nadie puede hacer lo que sea que haga cada uno de vosotros. Lo tenéis que hacer vosotros. Porque os ha tocado. 

Pero bueno, esto es ya filosofía. Cuando llegue a la parte de Faramir: (Heme aquí en estas soledades, con un puñado de hombres bajo mi mando y el Anillo de Poder al alcance de mi mano...) puede que quizá descubra si merece de verdad el impacto que tuvo en mí de pequeña.

Quizá lo que no recuerdo es lo importante de él, no lo sé.

Total, si no me equivoco, sólo les deja partir. Me parece un personaje noble. 

:=) ¡Felices lecturas!

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