Un cuento sobre Sagitario A*

 



-Pues..., no entiendo la foto del agujero negro en medio de la galaxia. Yo solo veo un punto oscuro y tres luces alrededor. ¿Qué son las luces? 

El cartero de la ciudad miraba a Nelly, que a su vez contemplaba la foto de Sagitario A*. La Alcaldesa siempre tuvo la sensación de que la Vía Láctea se parecía al dibujo del agua cuando quitaba el tapón al fregadero, de lo que deducía que el Universo era un conglomerado de remolinos, movidos por algo que no entendía. Siempre se preguntó cómo los científicos no veían similitud entre lo grande y lo pequeño, hasta que un periodista tituló un artículo con esa misma curiosidad.

-¿Qué es? No entiendo la imagen.

A simple vista, un lugar pequeño que acumulaba la masa de 4 millones de soles. El niño señaló la fotografía.

-¿Qué pasa si concentras energía de manera infinita en un punto?

-No lo sé... ¿se enfría?

-Vas bien...

Nelly frunció el ceño. No tenía conocimientos de física.

-No lo entiendo.

-¿Cuál es el origen de la gravedad?

-¡Y yo qué sé!

-Algo que "curva" el espacio.

-Sí.

-Algo muy pesado. Algo que lo deforma.

-Nos falta saber qué pasa si comprimes la masa... ¡hasta el infinito!

-Vas bien...

-¡Es como un agujero en el mar!

-Vale.

-Y si me acerco.. ¡me caigo dentro!

-¿Por qué?

-¡Porque dentro hay algo que pesa!

-¡Jajajajajajaj! -al cartero le dio un tremendo ataque de risa-, ¡Jajajaja! ¡Jajajajaj!

-Oye, ¿quieres dejar de reírte?

-¡Jajajaj! ¡No tiene una bola de bolos dentro, Nelly...!

-¿Ah, no?

-¿Y si te dijera que no tiene "nada" dentro?

-Tú estás loco.

-Vamos otra vez... cuando caminas y pisas la tierra, tú empujas la tierra hacia abajo con tu pie, y la Tierra te empuja a ti hacia arriba con la misma fuerza, ¿eso lo entiendes?

-No.

-Bueno, pues confía en mí.

-Vale.

-Bien, te diré que dentro de un agujero negro... no existe la tercera ley de Newton.

-¿La qué?

Nelly sacó su teléfono móvil del bolsillo y se puso a buscar en Internet de qué iba esa ley. La forma en la que lo hizo parecía sugerir que estaba desairada, o quizá nerviosa por no comprender algo. El niño esperó su siguiente movimiento con infinita paciencia. Ella pensó unos instantes y finalmente decidió llamar a su hermano mayor, que sí sabía de física.

-Hola, perdona que te moleste, ¿te puedo hacer una pregunta?

-Sí, dime.

-¿Cuando le doy una patada a un balón, "el balón también me da una patada a mí"?

-¿Cómo?

Era una llamada extraña. Pero Nelly no entendía nada de física y su hermano sí. Y el hermano sabía que ella quería entender y no entendía nada.

-Verás, acabo de enterarme de que si empujas algo, ese algo también te empuja a ti. ¿Eso es verdad?

-Es correcto.

-¡Cómo va a ser eso correcto!

"¿Desde cuando la Tierra va empujando a los seres humanos hacia arriba o los balones dan patadas a los pies?", preguntó escandalizada.

-Vamos a ponerlo con otro ejemplo... ¿sabes que las armas tienen retroceso? -preguntó su hermano mayor.

Nelly se estremeció. Sí. Lo sabía. Disparó una, una vez. No quiere repetir esa experiencia.

-Pe-pero... la gente no se muere cuando dispara un arma -balbuceó.

-La fuerza de la bala es la misma del retroceso de la pistola. Pero la bala es pequeña... y mata. Mientras que la pistola es un objeto grande, que sujetas con la mano.

Vaya ejemplo más malo para entenderlo, se dijo.

-Vale. Entiendo. Ahora sí lo comprendo.

Se quedó quieta unos instantes y luego hizo una última pregunta, con timidez:

-Oye, ¿la tercera Ley de Newton no funciona dentro de los agujeros negros?

Esta vez su interlocutor se mostró más confuso:

-¿Cómo? ¿De dónde te sacas eso?

Nelly miró al cartero, pero no dijo nada.

-La tercera ley de Newton funciona aquí y en los agujeros negros.

-Ajá... ¿estás seguro... de eso?

-Por supuesto.

-Vale, muchas gracias.

Colgó.

-Pareces asustada. Esa es la razón por la que no charlo mucho contigo últimamente.

-Es que no entiendo muchas cosas.

-Imagina un lugar donde la luz "tiene peso".

-Vale.

-Ahora imagina que cierto lugar atrapa todo en tan poco espacio que deforma una de tus dimensiones. Si esa dimensión se deforma, las que van relacionadas a ella tienen que cambiar. Incluido lo que tú llamas tiempo. 

-Me estás asustando...

-Porque todo esta interconectado.

-¿Y qué tiene dentro?

-Un sitio donde no se da la tercera Ley de Newton.

-Acción-reacción.

El cartero sonrió.

Como respuesta no estaba mal del todo. La Alcaldesa se inclinó para examinar con detenimiento la fotografía. Por más que se esforzaba, seguía pareciéndole algo deforme, grotesco y sin sentido. Aunque no había disipado sus inquietudes, le había dado algo en qué pensar, por lo que le dio las gracias, observó como el cartero volvía a cargar su bolsa-bandolera con mensajes para todo el mundo y se dispuso a volver a sus quehaceres como Alcaldesa.

Fin.


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