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-¿Honestos y dañinos? ¡jajajajajja!
El cartero de la Ciudad de los Cuentos vio como Nelly rotulaba una nueva sección en la biblioteca.
-Sí.
Afuera la ciudad estaba en llamas, ruinas y chamuscada. Los edificios humeantes había sido arrasados por un terremoto y una posterior inundación. Con todo y pese al sufrimiento, había que reconocer que Nelly era muy graciosa.
-¿Estas mejor?
-Sí, claro, porque vuelvo a hablar con el actor.
-Ya.
-Es que se parecen como dos gotas de agua...
Se refería a ese traicionero Muso y al actor. Que no era traicionero quizá porque la caída del Muso le había permitido levantar defensas.
-¿Me cuentas de qué trata?
-Oh, sí -dijo Nelly colocando los libros.
Afuera, empezó a llover. La lluvia era muy necesaria en la ciudad.
-Son personas que parecen que son de una manera, pero luego son de otra. Como te dicen la manera de la que son, toda la confusión posterior es responsabilidad tuya.
-¡JAJAJAJAJJAJA! ¡Pues sí que lo has aprendido!
-Oh, sí.
Colocó allí dos tomos. Uno, el Muso. Dos, el Actor.
-¿Y ahora qué?
-Bien, ahora... cuando el Muso "sea majo", o "amable" o "parece que sabe cosas", te remites a la biblioteca. Ni sabe cosas, ni te ve. Aquella vez que sentiste un toque, eso, era un "truco" humano. ¿Vale?
El niño frunció el ceño, pensativo, miró al techo, se cruzó de brazos y siguió pensando un buen rato.
-¿Crees que alguien que te ve te insultaría y diría borderías?
-NO.
-Pues ya está.
Y no sabéis lo ofensivo que puede ser.
-¿Que pasa con las cosas que son verdad?
La alcaldesa se detuvo. Sabía perfectamente de lo que le estaba hablando el niño. Y ese era el problema y el origen de todo el sufrimiento. Que había verdad y conocimiento entre un montón de fallos humanos.
-Dice muy pocas.
-Pero las dice. Lo corroboran "conversaciones casuales" en las que se repiten las mismas frases. Si no me equivoco...
-¡Sí, vale! ¡No lo digas en alta voz! Yo también creo que ha sido todo raro.
Nelly se puso a pensar. Que el Muso fuera dañino, malvado, tóxico, cabezota, terco, super malvado y todas esas cualidades que ella se estuvo repitiendo un buen rato, no invalidaba la visión del niño.
-Vale, entiendo lo que ves en él y te llama la atención, ¡pero el mundo y la experiencia te dicen que es falso! ¿Por qué te empeñas en ir por ese camino? ¡No ves que luego suelta una perla que te destroza y te hace daño!!!
-Él no es Maestro.
-¡Pero es humano! ¡Como los que sí lo son! Son todos iguales. No hace falta dejar que otro te haga daño, ya está clarísimo su fallo y el error. Como no quieras aprender en los libros... Además,... -miro al niño con desconfianza-, ahora que lo pienso, ¿quién eres tú?
-... o ¿qué eres?
-El que te acompaña. Desde niña.
-Sí. Lo sé. Me explicaste algo un poco fuerte una vez, ¿te acuerdas?
-Sí.
-Vale, ¿y por qué te ha dado por el Muso? No ves que miente?
-Él sabe.
-¿El qué? Si te has creído lo que dijo hace mil años de "Yo sé quién eres en realidad" ES OTRA MENTIRA!!!!
-¿Tú crees?
-Sí, a no ser que seas.. ¿cómo dijo? cotilla, torpe, ignorante, y esas ochocientas mil cosas horribles que te dice cada día en medio de conversaciones hermosas, ¡tú no ves que es tóxico!
El cartero se quedó en silencio.
-Sabe de lo común.
-Bueno, vamos por partes. Es un ser humano, ¿eso lo tienes claro? Todo lo que decía de los vampiros, las aventuras y demás estupideces son "juegos de niños", ¿vale? No... no me vengas con "cuando mira"... se equivocó. Se equivocó con esta cuestión que tengo en mente, se equivocó con todas. Así que si me vas a venir con que "él ve", te pudo decir que es -cuanto menos-, ¡bizco!
-¡Jjajajajaja! En latín, su nombre significa eso...
-¡Vale!
-¿Quieres hacer un trato conmigo, Nelly?
-Sí.
-Ponle una etiqueta sin relevancia, sin importancia, como has hecho con "las quejas de..." (Lluvia en el cristal). Una etiqueta que cuando diga una mentira, lo sea y no te afecte. A cambio,.. quédate con lo que sea aprovechable.
-Hum.
-¿Por ejemplo?
-Gente que miente. (Por ejemplo). Tú decides qué te es mentira y que no (Por ejemplo). Foco (por ejemplo).
-Te vas a equivocar y te hará daño.. otra vez. No puedo poner un filtro defensivo y apagarlo de repente. Es decir, con "las quejas de"... pusimos el filtro radical. Me importan un comino, y lo sabes. Defensivamente.
De repente, Nelly y el cartero se echaron a reír.
-Le llamaste tóxico.
-¡Jajjajaaj! Ay... Jajajajja.
-Qué melodramática.
-¡Eh! ¡Soy una escritora, ¿recuerdas?!
Y al rato, exigió:
-¡Venga, busca una solución! Tú lo arreglas todo. Eres creativo.
El cartero se puso a pensar, esta vez muy serio. Tenía un dilema por delante. Un ser al que admiraba alguien pero cuyas acciones causaban mucho daño, en realidad porque eran tan tercas como las de ella. Paseó arriba abajo frente a la estantería de "Honestos y dañinos" y al final se paró delante de Nelly. Sacó una carta de su bandolera, doblada por la mitad, y tras saludarla levemente con una inclinación de cabeza, se marchó.
Nelly desdobló la carta y la leyó:
"La Tierra y la Luna solo se dan una cara, ¿quién puede decirte mejor cómo es la Tierra, alguien que vive en el planeta o un Selenita? ¿Entonces por qué le preguntas a otro cómo es tu propio planeta?"
-Jo con el cartero -murmuró Nelly.
Y siguió trabajando en la biblioteca.
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