La mejores amistades literarias.
La literatura está llena de buenas amistades. Relaciones de confianza y apoyo mutuo, aunque, en ocasiones, la justificación de alguno de los personajes no está muy clara. O cuesta comprenderla.
Frodo y Sam (El Señor de los Anillos)
Empezamos con el número uno del ranking de la lealtad y la benevolencia. Sam está junto a Frodo en todo momento. A veces, incluso, lo llega a cargar a sus espaldas. No es difícil entender por qué Frodo es amigo de Sam. Pero la lealtad de Sam sí que va más allá de lo comprensible.
Sherlock Holmes y el doctor Watson
Una mezcla de admiración y aprecio. Me consta que Sherlock aprecia a Watson porque a veces se dirige a él como "Mi querido amigo; mi apreciadísimo amigo,...". Pero otras, también le dice cosas como "Hasta para alguien tan simple como usted...", no con esas palabras pero... "esto es tan evidente que incluso usted podrá apreciarlo". Esas sí... Son amigos, desde luego, pero... no sé si yo querría un amigo como Holmes.
Don Quijote y Sancho Panza.
Compañeros de viaje que aprenden a respetarse. Acaban siendo amigos, sí, y se influyen el uno al otro, pero no considero tampoco que su amistad sea muy fuerte dado que empezó porque uno necesitaba un escudero y el otro quería una "isla" o algo que gobernar... Así que esta amistad se nombra más por hacer referencia a un clásico y darle "clase" a la entrada. No me lo tengáis en cuenta.
Tass y Flint (Dragonlance)
Me pones tan de los nervios que al final llego a apreciarte. Relación inicialmente de desencuentro que acaba siendo de gran amistad. Se explota mucho en algunos libros. Es parecida a la de elfos y enanos en El Señor de los Anillos. Es interesante, desde el punto de vista de que amplía los horizontes de quienes la disfrutan y les ayuda a crecer.
Jonathan, Bobby y Clare (Una casa en el fin del mundo)
Esta novela no me gustó pero contiene un tipo de relación de amistad similar al libro Las Horas, que es de mis tramas favoritas. Es lo que yo llamo "familia urbana". Son amigos que se convierten en "familia". Es probable que vosotros lo llaméis "mis amigos", lo más íntimos. Esos que, cuando te caes en la calle, puedes alargar el brazo y encuentras el suyo, y te acercan a su casa, donde puedes pasar la noche con total tranquilidad. Los que te escriben a las tres de la mañana y contestas: Tranquilo, que estoy aquí. Yo los llamo "familia urbana". Porque en realidad son como familia. Te han visto reír y llorar, te conocen y siguen estando ahí. Los tenéis en libros como Las Horas (cuando ella relata lo de la casa en las vacaciones, y que se acuesta con Richard, y que piensa, ¡esto es el inicio de la felicidad! y luego rememorando dice: "Y resulta que era la felicidad completa, no el inicio" y lo que le contesta su otro amigo, que estuvo saliendo con Richard). Ahí ves relaciones de años, de gente que se conoce muy bien, que ha compartido espacios e intimidad... y no son, necesariamente, amantes.
Tenéis más ejemplos en Juntos, nada más. O, si el tiempo lo hubiera permitido, en La elegancia del erizo.
De todos modos, en los libros para enganchar al lector, esto suele surgir o derivar de situaciones muy drásticas, de necesidad, tragedias, etc. Tu "familia urbana" no tiene, necesariamente, que servir de apoyo porque no tengas dónde refugiarte: puede ser gente con la que te reúnas justamente para recuperarte de lo demás.
Si se os ocurre algún gran ejemplo de amistad (y las razones por las que os parece así), de algún libro, ¡por favor, compartirlo! Me encantaría ver buenos ejemplos de amigos en las páginas.
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