Cuando el señor Darcy le dijo a Lizzy que "la amaba a pesar de sí mismo" me pareció la peor declaración de sentimientos románticos de la historia y -de hecho- lancé el libro al suelo. Luego me consoló la respuesta de Lizzy, "si tan mala soy, seguro que me olvidas pronto" y pensé que esa escena imaginada era realmente nefasta, pero veo por lo que me ha pasado hoy que la sociedad es bastante más desastrosa de lo que  me imaginaba.

Llevo varios días chateando con un chico con el que el diálogo resulta bastante fluido. Cosa que, como podéis imaginar, no me ocurre a menudo.

De repente, y sin venir a cuento, me escribe esto: 

"No quiero que pierdas el tiempo así que te voy a pasar mi criba. Si no cumples alguna de estas tres condiciones, entonces podemos ser amigos pero nada más. Tienes que votar a la izquierda, tienes que ser antitabaco y tienes que ser poco celosa".

-Vaya -pensé-, pues mi criba empieza por "no tienes que ser imbécil" y acabas de fastidiarla.

"Soy muy de derechas" (respondo), "así que, es una pena, ¡seremos amigos!"

A veces me gusta llevar al absurdo el argumento de los demás, a ver si caen solos en su error. Suelen caer, pero no lo pillan:

-Ah, no, pero... si me respetas a mí, vale. Si me respetas a mí podemos seguir ligando.

(No, ya no. Poco más y me coses la cruz judía en el brazo).

-Tú no buscas conocerme -respondo-, tú buscas una lista de condiciones a la carta que la otra persona tiene que cumplir.

Os aseguro yo que si Romeo  y Julieta estuvieran en una de esas aplicaciones horribles de citas, no saldrían juntos. Yo, desde luego, me borro.

Os voy a poner mis experiencias:

"Busco conocer a mi mujer ideal"

-¡Hola! Me llamo Nelly.

-Hola, ¿dónde vives?

-En tal sitio.

-Ah... bah, me pilla muy lejos.

Modifica el perfil: Busco "no mover" mi culo de mi sofá... porque la cocina me pilla muy lejos.

"Busco conocer una chica interesante"

-¡Hola!

-¡Hola! 

-Me llamo Nelly.

-Yo XX.

-¡Encantada!

-¡Mira, estoy cocinando esto!

(varios días de whasaps después, todos con fotos de platos y comida)

-¡Oye, ¿por qué no te vienes a mi Comunidad autónoma y me preparas unas lentejas?!

(respuesta mía, y de esto se reía muchísimo el Actor)

-¡No sé! ¿Por qué no te vienes tú a mi barrio y hablamos del viaje del héroe en la fantasía épica medieval?

-¿En la qué? 

-Nada, déjalo.

-No, pero es que yo estoy buscando una chica que se venga a mi pueblo y me cocine...

¡Otro!

-¡Hola! 

-Hola -respondo.

-Te doy mi teléfono y me escribes desde el tuyo porque esto va muy lento.

-No, mira, he tenido experiencias malas y no doy mi teléfono a desconocidos.

Me da su teléfono, me bloquea el chat, y aguarda.

Miro la pantalla pensando: Este es tonto.

¡Otro!

-Hola, eres bellísima. Eres la flor de mi vida, qué ojos, me encantas... Espera, voy... voy a sacar la basura y te llamo. Este es nuestro ratito, nena, en lo que subo y bajo la basura.

-Ya... ¿sabes que eso suelen hacerlo los casados?

-Oh, nena, ¿a tu novio le importa que hablemos?

(¿Pero qué novio ni que...?)

¡Otro!

-Tienes que mudarte a mi casa  - (esto es un ex mío).

-No, no puedo, estoy agobiada.

-Es que tienes que mudarte. Sino te mudas, meto a una universitaria.

-¿Y tiene que ser una universitaria, no puedes alquilar a otra persona, tiene que ser chica?

-Es que son más limpias.

-Ah, vale, pues métela.

-¡Es que solo hay una cama!

-Bueno, vamos a ver: si tú quieres meter a una universitaria donde te de la gana, hazlo, por mí genial, lo que no sé es porqué te empeñas en METERME A MÍ DONDE NO QUIERO.

(Eso no se lo dije, rompimos).

Vamos a ver si me logro explicar. Se busca compañerismo. Yo, busco compañerismo, busco acuerdos. Ni me voy a ir a hacerte unas lentejas a doscientos kilómetros, ni me parece normal que me sueltes sin tomar un café "tu criba" particular. Como te suelte yo la mía (no ser un capullo, ser fuerte y alto y tener un vocabulario capaz de no sentirse atacado por el mío...) Mira, paso. 

La gente no se me da bien.

Sólo había un hombre perfecto, y era el actor. Y no podemos estar juntos.

Así que al próximo que venga con una criba o preguntándome a quién voto os aseguro que le tiro el café por encima.

¡Entonces sí que voy a ser yo la rara!