En contra de los dogmáticos.
Ayer aprendí algo por pura casualidad y me ha aclarado muchas cosas. Quedé con unas amigas, y en cuanto les conté un poco rápidamente comprendieron la situación laboral y me dieron una visión mucho menos grave de la que yo tengo. De hecho me dijeron: os habéis decepcionado mutuamente y él está enfadado y añadieron que mi posición era mala, injusta y mucho ánimo a lo que yo respondí sobre "los trucos" y otra serie de cosas que son funcionales y maravillosas (y defensivas, también). Y luego, empezamos a hablar, entre otros muchos temas, de meet up y las cartas del Tarot, porque una de mis amigas las usa sabiamente.
Otra de mis amigas es una gran científica, competente y práctica. Realista. A mí me encanta. La otra es pura intuición y empatía. Ambas muy generosas. Y yo les di mi opinión..
-Una vez, me pasó esto... -cosas que a veces cuento en mi blog- y... ¡bueno, ¿eso que nos dice?!
-¿¿En serio?? ¡¡Pero eso es asombroso!!
Estábamos hablando de casualidades, física cuántica, experimentos de paquetes de datos enviados a diferentes partes del mundo; cuando un científico en Singapur acierta lo que hay en la caja, curiosamente, el que está en España también. Analizando los resultados se desvían de la media del azar... por mucho.
-Es decir, cuando el de España gana... el de Singapur gana más de lo que la probabilidad matemática del "azar" establece.
Tras esto añadí que a mí me gusta curiosear todo pero que había tenido (y de eso siguió el tema) una decepción con el señor de cierto grupo de meditación que decía que "Lo habían abducido los extraterrestres y lo que él hacía era la Verdad (atentos a la palabra, es importante) y que a él los ¿seres? que lo secuestraron le contaron que esto era Matrix y..." etc. etc. Hablábamos de eso porque mi amiga empática e intuitiva decía que en el último curso que había curioseado, el guía empezó a contar que para luchar contra enfermedades en lugar de ciencia, era mejor hacer reiki. Y claro, con una doctora sentada en la mesa...
Veréis, yo no tengo problemas con que un señor piense eso. Les conté mi experiencia vivida con el que decía que lo habían abducido los extraterrestres. Y les dije que, indagando más, parecía enfadado. A lo que quise saber por qué. Y más enfadado aún, ese señor contestó: "¡Porque me llaman loco!" Hasta aquí, es comprensible su enfado. "Bueno, le dije... no sabemos nada... realmente, ni sí, ni no... el Universo es grande" y aquí empezó el problema:
-Ah, no, yo sí lo sé. Esto es Matrix y sólo yo tengo la Verdad.
Escena retrospectiva: 16 años - Parroquia de mi barrio.
-Perdone -levanté la mano-, una ... una duda, ¿de verdad es tan importante que nos arrodillemos justo en esa baldosa y ... es decir, no cree que a Dios todo esto puede parecerle quizá poco importante? Podríamos estar hablando de la Generosidad o del Amor Universal o..
La baldosa. Lo único importante era arrodillarse donde la baldosa. Respuesta del diácono:
-A ti te falta fe.
Aaaaaaaah. Ya. Cuatro años gasté ahí, creyéndome inferior, hasta que cerraron la parroquia en una fiesta por venta de drogas. Pero sí, lo importante es la baldosa. Eso e ir a los encuentros parroquiales a mirarlos a todos por encima del hombro. Me pareció tan surrealista el discurso de "Somos la mejor parroquia" en un lugar en el que todos iban de "somos muy humildes..", menos mi parroquia, claro, que se creían la repera.
Volvemos al presente:
-Pero H. (señor que guiaba la meditación), lo que tú dices de los alienígenas y tu abducción puede ser verdad, o no... pero cada uno puede creer en lo que quiera, ¿no? Es decir, tienes que entender que los otros seres pueden no verlo como tú, pueden optar por creer en la ciencia o...
-¡No! ¡Porque eso es una mentira, son unos locos!
-¿Locos? ¿Ellos?
-Sí.
-Pero, ¿a ti no te molesta que te llamen "loco" a ti?
Y entonces la persona que estaba conmigo y yo, le dijimos: "H. ¿no te das cuenta de que impones a los demás lo que tú crees y eso es lo que dices que hacen los demás contigo y que tanto te molesta?".
Y H. directamente, se puso como un basilisco.
Volvemos a la cena.
Mi amiga médico, dijo:
-Tú estás en contra de los dogmáticos.
-¿De qué?
-Los dogmáticos, Eva -añadió-, no te gusta la gente dogmática.
Reflexioné tres segundos.
"Nada en este universo escapa a su percepción a través de coordenadas espacio temporales muy concretas. Yo veo un 6, tú ves un 9. ¿Qué es la realidad? La realidad está ahí,... pero tenemos humanos montando guerras porque el 9 es el 9 y ¡sólo ellos tienen la verdad! Ninguno acepta que puedan existir DOS VERDADES A LA VEZ Y SER VERDAD".
Les puse el ejemplo tradicional que pongo cuanto intento explicar esto que va en cursiva y que me acompaña como creencia pero que normalmente no sueles explicar. Y lo hice con algo muy simple y cutre:
-¿Sabéis lo que es para mí "ser nazi"?
Para mí "ser nazi", no es decir: soy de ultraderecha y racista. Es un ejemplo. Para mí ser nazi es lo que me soltó ese chico que no conozco el otro día (y esto lo digo sin acritud):
-"Te voy a pasar mi criba: tienes que votar a la izquierda..."
¿¿¿Perdona??? "Mi criba".
Ajá. Vale. Para ahí y modifica en tu frase el contenido por lo contrario:
"Las mujeres son mejores que los hombres."
"Los hombres son mejores que las mujeres."
"Tienes que votar a la izquierda."
"Tienes que votar a la ultraderecha."
Si al cambiar tu argumento, o tu enunciado, la frase se convierte en una burrada, háztelo mirar. Mi criba es que ser guay es ser feminista, votar a la izquierda y despreciar a los que no son como yo. En otros tiempos, esa misma mentalidad nos llevo a que todos rubios, todos de derechas y despreciar los que no son como... ¿Me entendéis?
Si yo te pregunto porqué es tan importante arrodillarse sobre una baldosa tú me respondes: Porque lo manda la tradición, porque es una forma de Amar a Dios, porque me ayuda a concentrarme... con todo eso yo sigo en tu iglesia. Si me respondes: A ti te falta fe, tú no estas lo bastante comprometida, tú no encajas aquí, yo brillo y tú no... entonces me pierdes.
Puede ser falta de capacidad retórica. Es decir, quizá internamente y por debajo del desprecio, existen esos argumentos. Pero en el momento en que hay una capa de: Sólo yo tengo la Verdad y los demás no... De hecho, tenía un exnovio que -lo pongo de ejemplo-, decía que él percibía las cosas tal cual eran. Y como rivalizaba conmigo por mi estudio del budismo, añadió: "Es que si las cosas las percibes tal como son, entonces son la Verdad". Así que escribió una novela donde culpaba de todas sus desdichas a su madre, se la dio a su madre... y su madre lloró. Y yo al escucharlo sentí un nudo en el estómago:
-Pero es que es La Verdad -me dijo.
El Muso usó La Verdad hace poco corrigiendo que yo lo llamara Realidad. o Mundos. Ahora entiendo que eso también me alejó.
-¿La verdad? -ya cabreada-. Bueno, mira, vamos a ver: tú dices que si percibes sin palabras y sin juicios, entonces es la Verdad, ¿no?
-Sí.
-¿De qué color es el semáforo?
-Verde.
-Mi primo es daltónico. ¿Su Verde y tu Verde son el mismo?
Silencio.
-No -respondió.
-Pero es el mismo semáforo.
Ay va.
Se quedó estupefacto.
-Pues... Ahora me has dado en qué pensar.
Pinta un 6, míralo desde un lado del salón, míralo desde el otro, ¿es un 6 o es un 9? Vives en un Universo donde la velocidad constante se entiende como estar parado. Sólo con eso, sólo con saber que movimiento constante es igual a quietud, ¡ya es para abrir la mente a cosas que...! Y estos aquí diciendo que tienen "La Verdad". ¡Todos tienen La Verdad! Rusia tiene la Verdad, los cristianos tenemos La Verdad, los de la derecha tienen La Verdad, los de la izquierda tienen La Verdad...
Por favor, ¿puede alguien dejar de tener la Verdad un instante? Es que necesito que me enseñe. ¡Jajajaj!
Nunca había entendido esto, hasta que mi amiga Patricia dijo anoche:
-Estás en contra de los dogmáticos.
Nueva palabra: dogmáticos.
Y por eso me atraen tanto las personalidades que te dejan elegir. Que tienen sus cosas malas, por supuesto, pero esa libertad que me da el actor cuando hablamos es algo que yo admiro. Da su posición, escucha la tuya. Y aún con acuerdo o con desacuerdo, lo que existe no cambia. Eso te da libertad.
Si me quieres convencer de algo (o vender algo), no me lo vendas. Yo voy a aprender a través de ti (siempre digo esto cuando hablamos de persuasión). Yo me acerco si a ti te gusta el Real Madrid y eres el hombre o la mujer más feliz del mundo, me acerco a ver cómo lo haces. Pero aprendo y me acerco porque tú no impones.
Lo contrario me provoca separación.
¡Así que, resulta que no me gustan las posiciones "dogmáticas"!
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