Mi visita al banco.

Me acerco a mi oficina bancaria a pedir... un papel.

El cajero me remite a una de las mesas, donde una empleada habla con una señora. No me gusta enterarme de la historia de la señora, pero me entero. Lo que me parece una tremenda falta de discreción propiciada por la falta de espacio. Qué le vamos a hacer... Dice dos palabras que me ponen en alerta y cuando mi atención está en ellas, la empleada de banca va y dice en voz alta lo que hay en cada una de sus cuentas.

Frunzo el ceño. 

A lo que la ¿empleada? de banca prosigue con un tremendo discurso sobre fondos de inversión. (No es empleada, es comercial... me digo a mi misma) 

"Ah, no".

Miro a mi alrededor. Me han derivado a esa mesa y a esa mesa yo no quiero ir. En la mesa de al lado un chico joven y una mujer hablan de algo que no alcanzo a escuchar, pero observo que uno de ellos tiene en la mano un papel azul de un gramaje que me es familiar (pago de matrícula) y a su vez esa empleada se levanta y va a hablar con otra -que está sola- y tras un ratito de charla se pone a darle un masajito.

Me acerco.

-Oigan, ¿para mi papel me pueden ayudar?

(= ¿En serio? ¿Gente en cola y nos damos un masajito en la espalda unos a otros... sabéis lo que es la imagen??)

Hombre, por supuesto, tienen derecho a darse un masajito. Yo estoy allí cuarenta minutos, ell@s pasan 8 horas. Es normal que hablen, miren el móvil y se tomen un café. Y lo del masajito, también. Lo que yo no quiero es ir con la señora de los fondos de inversión, que por cierto me mira como si estuviera molesta. A lo que yo le digo a mi interior: "¿Perdona? ¿Molesta ella? ¿Y yo? ¿Montamos un pollo sobre el tiempo de espera...? Pues que se meta la molestia donde...."

La señora rubia que esta sola y cuyo lenguaje corporal indica cansancio(tristeza)/necesidad de apoyo moral de su compañera me dice que no, que ella no atiende. (Veréis el final de la historia, tiene gracia). 

Busco como salir de la cola de la señora que vende fondos de inversión sin dar datos reales sobre la ganancia, ni decir a su cliente si el capital está o no asegurado. "Socorro". Y entonces me fijo en un señor, joven, vestido como Pedro Sánchez, que atiende a un ciudadano de origen chino.

(Quiero-a-este)

Vale.

Ahora vamos a ver cómo pasamos de la señora "fondos de inversión" al señor "no me interesa venderte la moto" de manera sutil y efectiva.

Gracias a la Providencia, la señora "vendo fondos de inversión", está hablando con la posible clienta de su bebé y de tropocientas cosas que son falsas pues solo le importa vender.

(Socorro, socorro... sácame de aquí antes de que pierda la fe en la humanidad)

El director está atendiendo a un ciudadano de origen Chino al que le oigo decir que "China no usa tarjetas. O pagan en efectivo o...". No puedo evitar que mi atención se centre en él. Pero, vergonzosa, ni les miro.

(¿¿China no paga con tarjeta?? ¿Qué sabemos de la economía China?)

No es momento... ni lugar, para querer entender el mundo. Yo solo necesito un papel. Le digo a mi creciente curiosidad que si quiero aprender sobre idiosincrasia económica de los países pregunte luego a gente que sepa del tema. 

Afortunadamente, el señor chino se marcha -casi no habla castellano-, y el director queda libre.

Le pido mi papel. Quizá los desconcierto un poco pero yo quiero un simple papel... 

Y me atiende. ¡Menos mal!

Cuando me está atendiendo da a entender cosas sin la necesidad de decirlas en alta voz, y a continuación añade -no os lo perdáis-, que mi gestora personal es la rubia de aspecto agobiado. Y que ella atiende a los buenos clientes y que yo lo soy (eso ya lo sé). Así que, al final, a la que menos quería molestar, es mi gestora. Cosa que no importa demasiado porque yo solo quiero un papel. Y, desde luego, mi gestora no sé con qué tarea está hoy pero sé que le agobia muchísimo. 

El director hace un amago comercial educado y yo lo declino muy cortésmente. No vuelve a sacar el tema. Lo agradezco. 

La señora "vendo fondos de inversión" está hablando del fondo "CAUTO". de "Precavido". Le digo a mi interior: "vámonos de aquí, antes de que me enfade".

Al salir a la calle me digo a mi misma que por qué me enfado tanto, habida cuenta que trabajo en Ventas. Pero me pasa siempre igual. "No me vendas". ¿Quieres que compre? ¿Yo? ¿Yo, como consumidora? No me vendas. Déjame que me acerque. Ya compro yo, tú dame información.

Pero no me vendas, por favor.

Sólo de ver ese ansia por vender ya desconfío. Déjame pensar. Yo busco información y decido pero no me asaltes con ... compre compre compre. 

De verdad, la escucha activa de mi profe de Dharma y de otra persona que conozco qué poquito se da en el mundo.

Feliz viernes!!! 

Posdata: creo que lo que más me ha cabreado es que el discurso de la señora era bastante falso. O puede que sea todo "intuición mía". No estoy segura. Bueno, de todos modos, da igual... 



3 comentarios:

Davidel dijo...

Jajaja ¿Pero conseguiste o no conseguiste el papel?
Por cierto, que arte tienes. Haces que uno se meta fácilmente en el pequeño mundo que has creado en un momento.
Feliz viernes!

Nelly dijo...

¡Jajaja! Sí, lo pedí... ahora tengo que hacer una visita a otra oficina, esta vez de la Comunidad de Madrid y otra a un "abogado", jijiji. Suena más misterioso de lo que es.

Davidel dijo...

¿Una oficina de la comunidad de Madrid? ¿Un abogado?
¿Que aventuras deparará a Nelly en la gran capital?
No te pierdas la próxima aventura!!

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