Cuando el cartero llegó a la casa consistorial, se encontró con Nelly muy, muy, muy herida. Al cartero aquello no le gustó, había acudido porque lo sentía, pero ya no sabía qué hacer para poder ayudarla. Había cosas que Nelly se negaba a aceptar: como que los seres humanos a veces eran malintencionados.

-Mira lo que ha pasado -le dijo.

El cartero decidió cerrar para siempre el acceso al Muso a la ciudad. Hubo una noche antes terrible, en la que el Actor acudió al rescate, pero aquello ya se pasaba de la raya. Se sentó a lado de Nelly:

-No me gusta que me digan que "las cosas que te importan" son chorradas.

Empezó así, tan fuerte. Nelly lo miró.

-Esto se tiene que acabar. 

Nelly asintió.

-Sí, es lo que él quiere.

-No lo creas. Si supiera cómo o el daño ocasionado...

La Alcaldesa no contestó. Al cabo de un rato, dijo:

-No cree en ti. 

-No. 

-Supongo que me confundo mucho.

-Lo que ves bueno en él es tuyo, no de él.

Nelly se sorprendió y luego se echó a reír.

-¡Jajajja! ¡Sí, ya!

El cartero no contestó.

-Tampoco me gusta que alguien crea saber tus intenciones. Ni que te ponga etiquetas feas, ni que te diga lo que tienes o no que hacer con el dinero... no me gustan sus formas, no me gusta lo categórico que es, no me gusta que  no vea lo categórico que es, pero que te lo eche a ti en cara...

-¡Basta!

-Nelly, se acabó. Le importamos nada. No tiene responsabilidad contigo, pero para utilizarte, eso sí le hace gracia.

-¡Oye! No sé...

-¿No? ¿hoy risas y mañana te alejo?

Nell se quedó callada. Y triste, muy triste. Tristísima.

-Lo siento -dijo y se echó a llorar-, no elijo bien a las personas.

Y tanto lloró y tanto lloró que la casa consistorial entera se inundó como en el cuento de Alicia en el País de las Maravillas.

-Reflexión y protección. Ese aquí de nuevo no entra.

-¿Y si pone muñecos que bailan?

-No le creeré.

-¿Y si dice cosas que parecen enseñanzas?

-Miente. Son todas mentira... ¿No te recordaba a House?

-Sí.

El cartero miró a Nelly, muy serio.

-Quieres que no le crea en nada... ¿verdad?

-No se daña cuando se quiere a algún ser. No se le causa dolor de manera consciente. Y ese ser te ha dañado hoy. Y mucho. No es confiable. No puedes fiarte de él. 

-Vale. Me vas a tener que ayudar.

-No, te dejará tranquila. Ya lo verás.

-Bien.

El cartero, enojado, abrió una ventana para que se pudiera ver el cielo y un planeta que brillaba no muy lejos.

-Nelly, recuerda esto: la luz de las cosas auténticas dura muchos milenios. No está un día brillando y otro día no. No se porta un día de risas contigo y otro día no. No te enseña un día y otro día te niega el conocimiento. Eso no es amistad, ni bondad. Es falta de Camino. Necesitas a alguien más estable, que no te niegue el conocimiento. Y hay seres así afuera y dentro, dispuestos a enseñarte si quieres aprender. Olvida a quien te juzga y te niega cosas. Si te niegan cosas, ahí no es. Al menos en lo espiritual. En lo demás... iremos viendo.

-Gracias -dijo Nelly.

Y el cartero, dejándola más contenta, se marchó.

FIN.