Un vaso que se desborda...


 No tengo buena inteligencia emocional conmigo misma.

Y, si echas la vista atrás y ves: "Ahórrate la energía en contarme estos tostones", "eres una cotilla", "no entiendo por qué te apuntas a esas cosas", "esto te pasa mucho, háztelo mirar", etc.

Al final te encoges de hombros y piensas: "¿alguna vez me ha dicho algo bonito?" o te das cuenta, como ayer hablando con una amiga, que me siento juzgada.

-¡Es que me siento juzgada! ¡Todo el tiempo!

(¡anda!)

(¡¿sabías que te sentías así?!)

"Coso interior contesta sin palabras": has encontrado la traducción. 

La confianza se pierde muy rápido, aunque en mi caso, es como una montaña de piedrecitas en muchos momentos a lo largo de un par de años. Luego de repente, cambias a la gente de "categoría".

La última vez me pasó con una amiga.

"Oye, sí, ya voy..." "Oye, sí, espera que ya quedamos...", "Oye, te espero aquí en media hora..." "Oye, ¿sabes qué? Mejor me voy que me he dejado el ordenador encendido..." 

"Oye, que sé que habíamos quedado, estoy a ocho kilómetros de donde te dije... ¿vienes?" "Oye, que voy a tu barrio, pero no te he avisado porque no sé por qué salida de metro voy a aparecer"

Ahora es así:

-¿Vas a quedar?

-Ocupada.

-Voy a ir a tu ciudad.

-Tengo cosas, lo siento.

-Voy a estar por el centro, ¿te aviso?

-Tengo lío, no puedo ese día.

El motivo es que yo la tenía en la caja de "mi mejor amiguísima". Que es verdad que yo me paso con la gente, e idealizo mucho. Y la gente no es así. Al cambiar a la caja de: no puedes contar con ella. Yo me busco la vida. Pero... eso ella lo nota. 

Es muy simple, si una relación no te esta aportando nada, y perderla no significa nada, entonces al perderla no hay daño posible. Es decir, si yo tengo "un Muso", que parece que no quiere enseñarme nada, no me dice nada, le molesto, y además me juzga... lo único aprendido es "ten cuidado con las personas; parece que les importas pero algunas desaparecerán de repente".

Y ya está. Esa es toda la categoría que le corresponde.

En realidad no es culpa suya, es que pasó algo hace muchos años y mi intuición interior pensó que "había alguien más ahí". Y es mentira. Todo lo demás viene de esa confusión y de la ilusión que te hace que te hagan caso, y parecía que sabía cosas. Pero no las sabe, las juzga. No se da cuenta de que el mecanismo de "ser cotilla" es el mismo que me hizo aprender budismo. ¿Por qué está bien en unas cosas y mal en otras? O, por ejemplo, me levanté media hora antes para ir a contarle una historia y me contestó: "Esto es un tostón", porque él había tenido una mala experiencia con lo que protagonizaba la historia. Ni siquiera quiso escucharla.

Es imposible comunicarse con alguien cuando no sabes la respuesta que va a tener o no esperas paciencia y cariño. Yo desisto. Ni maestro, ni budismo, ni nada de nada. Si lo que quiere es una compañera de trabajo aséptica, es lo que va a tener. Y la enseñanza es: ¡cuidado con los humanos!

Salu2!!! 


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