En el que "no" reseño Tiempo pero me pasan cosas curiosas

 Hoy me desperté antes de tiempo.

Y me quedé mirando al techo. 

Al principio, me enfadé: "ñañañaña, para un día que puedes dormir y te despiertas antes. ¡Anda que! Luego empezarás a trabajar y ya no podrás dormir tanto..."

Pero me vino a la mente la película y todo cambió. "Sí, claro" pensé, "es que si te pones en plan Shyamalan"... Me levanté. Debería reseñarla en el blog, me dije. Empezaría diciendo que me causó un efecto similar a Melancolía, que al terminar de verla necesité salir a tomar el aire. "Por tanto, es una película agónica" pensé, mientras me preparaba para salir a hacer deporte con un amigo.

De pronto me vino a la mente una frase dicha por el Muso hace muchos, muchos, muchos, muchos años. Tantos que él no la recuerda. Pero yo sí. Estaba pensando en la cotidianidad y el tiempo cuando me asaltó esa frase y allí, terminando de arreglarme, me dije a mi misma sin ninguna acritud, y con la misma carga emocional que la que tienes al decir el cielo es azul...

"Ten en cuenta que todo lo que te ha dicho es mentira"

Y por primera vez en meses, esa "cosa interior" tuvo a bien responder. En forma de pregunta, además:

"¿Por qué?"


¿Qué por qué es mentira todo? Me miré en el espejo mientras me peinaba y pensé sin ninguna emoción negativa: ¡Fácil! Porque él es mentira también.

Y en ese instante me di cuenta. ¿Si Einstein no es lo que tú piensas que es, entonces la teoría de la relatividad deja de ser cierta?

Dejé de peinarme.

Bien, internautas. Yo sé que vosotros sabéis contestar con lógica a esa pregunta. No. Einstein puede ser lo que sea, que eso no invalida su teoría. 

Pero a la vez que veía eso, veía también un, "sí, porque aprendo a través de las personas".

Ambas cosas a la vez. Sólo que tan solo una de ellas era lógica. Sólo una era racional. 

La persona no invalida la teoría. Al igual que el valor de una persona siempre está por encima del valor de las ideas que tenga (esto lo aprendí con una super-discusión con un amigo de la que os hablaré otro día).

"Bueno" me dije, tras abandonar el espejo del cuarto de baño y prepararme el desayuno, "aunque suene ilógico, es todo una mentira y ya est..."

El reloj electrónico parpadea.

"¡Ay va!, ese reloj se ha parado....a las 19:55..." 

El 55 y las 19 parpadeaban.

¿Qué hacía yo a las 19:55 de ayer y cómo no me di cuenta?

Ceñuda, me quedé pensando. 

Tiene gracia. Me acerqué y lo puse en hora. Me costó un buen rato. Luego me tumbé en la cama y seguí reflexionando sobre religiones y credibilidad. Sobre la perfección y mis propias limitaciones por ser un ser humano.

Hay un vaso con agua y sal en mi casa. Un amigo me dijo: "¡¡ponlo y así ves las energías!!", porque decía que su casa estaba llena de energía mala. Yo le dije: "te aseguro que la mía no". Y no lo digo yo, ¡me lo dijo una vecina! "Esa es una casa afortunada. Cada uno de vosotros le hace una reforma y cuando se va es porque ha prosperado...". Y va y me dice eso a mí, a quién se le ocurre.... El vaso seguía diáfano y brillante. La sal en el fondo, pacífica. 

Que en la casa se caen cuadros cuando piensas "bueno, el Muso no va a enterarse" y PUM! se cae un cuadro. O que el grifo del baño se abre sólo... en ciertos momentos... es algo que ya sabéis.

Tumbada en la cama miré al techo pensando en el ser humano cuando caí en la cuenta de que debería meditar. ¡ufff, qué pereza! ¿Para qué? ¿Qué más da? ¡No tengo maestro, no necesito esas cosas!

Pero esa "cosa" interior me dio algo parecido a un "pellizco" en el alma y me levanté. "Estáaaaa bien, estáaaaabien, ¡qué peñazo! Pero meditaré sólo si aparece el cable del ordenador"

Perdí un cable. Y ayer no pude hacer una videollamada por culpa de eso. Acabé con dolor de cabeza registrando todas y cada una de las partes de la casa donde podría estar. No hubo forma. Por la mañana había seguido y tampoco.

Me senté, de mala gana, a meditar. "Siete respiraciones" me dije, "no pienso hacer más que siete..." Noté la brisa, el silencio, la hora, el amanecer, la calma y los planes que tenía. "Ya está". Chis pum. A ver, ¿dónde está mi cable?

Fingiéndome una bruja cerré los ojos, alargué una  mano y pensé "a ver si esto me lleva la cable", la mano siguió a la habitación principal. "Sí, muy bien, ahí es donde el cable estaba, gracias", de ahí salí al salón. El grifo del cuarto de baño se abrió sólo. No commet. ¡Jajajaj!

Y pum! Derecha contra una librería.

¿¿Aquí??? ¿En serio? Busca que te busca, busca que te busca...

No estaba.

"Ah, qué desilusión", pensé. De todos modos, ¿qué esperabas, encontrar el cable "mágicamente"? Si ayer siguiendo la lógica no estaba. Registré todo y no estaba. Lo habré perdido.

Justo entonces ese pellizco interior volvió con una idea algo surrealista.

quizá te haya acercado al lugar.


¿¿¿????

Regresé.

Había un bolso al lado de la estantería. Hum. Lo levanté. Lo llevé a otra habitación. Abrí todas y cada una de las partes del bolso que ya había registrado el día anterior. Repito, ya lo había buscado ahí.

Pacientemente, abrí todas las cremalleras.

Me quedé perpleja cuando apareció dentro de un bolsillo la cámara y el cable del portátil que buscaba.

Y esto es lo que se llama C-A-S-U-A-L-I-D-A-D.

O puede ser que existan las meigas, las energías, los misterios y la magia. ¡Jajajja! Optó por la casualidad.



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