En el que ya no busco maestro.



Hace unos meses una amiga mía me dijo una serie de cosas que había que hacer en una situación que vamos a llamar A. "Si pasa A tienes que hacer D, tienes que hacer D y -sobre todo-, no hagas B. Tú haz D".
La situación le llegó a ella antes que a mí y ¿qué hizo?... Hizo B.
-Pero...¿¿?? -pregunté sorprendida- ¿No es justo lo que me has dicho que no haga?

"Ah, bueno... tú haz lo que yo diga, no lo que yo hago".

Esto confirmó una creencia interior que dice "No le hagas caso". Da igual lo que diga, incluso aunque tenga razón, pues sé que es válido para los demás pero no para ella. Por tanto... perdió digamos, mi confianza. No es que no tenga razón, es que no tengo por qué hacerle caso. 

Hace seis días, un amigo me dijo: "Si te pasa C tienes que hacer H. ¡Si no no vas a avanzar! Tú haz H".
A mi amigo le pasó C ayer. ¿Sabéis que hizo?
No hizo H.
Hizo justo lo contrario.
Pero... y aquí es donde viene lo extraño, como se lo hagas ver, se enfada. "No es en absoluto lo mismo, etc.etc". De nuevo "no es válido para los demás, pero para mí sí".
 
Estas dos cosas me confirman que no hay que hacer caso a la gente. Pero siendo yo, como soy, una persona que busca constante opinión de los demás... todavía me esperaba una crisis de fé mayor.

Mi profe budista no me habla.

Seguramente porque le caigo mal. Seguramente os diría mil cosas horribles desde que soy orgullosa, o algo del ego o... otras mil cosas que a mí me ponen triste.

Lo que me lleva a: "una persona que me habla de armonía... no me habla lo que genera gran estrés. Y la culpa es mía -seguramente-, porque soy pesada".

Conclusión: olvídate del profe budista porque no es tal. Ni es profe budista, ni el camino a lo mejor es el budismo.

Al final no he encontrado nada que sea... ¿qué palabra busco? coherente consigo mismo. Pero... no estoy enfadada. Porque creo que nos pasa a todos. Todos somos incoherentes. El tema es qué valor le das a las opiniones de los demás. Porque su criterio que teóricamente debería ser mejor que el mío, no lo es.

Y me canso de buscar cosas auténticas.

Así que... yo no voy a hacer nada. Seguiré viendo falsedad en cosas que resultan ser falsas. Y me agarraré a las pistas (acciones, conductas, hechos) en todas aquellas que me generen dudas. Como todo hijo de vecino. En resumen: que no hay atajos, ni maestros. Quizá Jesucristo y Buda, figuras idealizadas que encarnan todo lo bueno que podemos ser, podrían ser mis maestros.

Porque lo que es aquí, en la Tierra....


Tengo claro que me equivocaré... como todo el mundo. Pero creo que la misma verdad que tenía hace 11 años la sigo teniendo ahora. Yo no creo que haya avanzado nada y tampoco me parece que haya encontrado nada, salvo quizá un refugio meditando.

Me voy a quedar con eso y me dejo de profes, maestros y creencias. Tiene gracia que yo haya creído en él mucho más de lo que él ha creído en mí. La primera vez que le pregunté por cosas un poco mágicas, en las que no se me creyó, directamente me tendría que haber dado cuenta de que no puedes tener un maestro que no te ve, o te pone en duda. 

Saludos!!! 

3 comentarios:

Davidel dijo...

Yo siempre vi en los demás lo que a mi me faltaba, o eso creía.
Todos eran mejor que yo y tenían esa razón que a mí me faltaba. Me aferraba a personas y mentes que yo pensaba eran auténticas. Se podría decir que todos parecían maestros. Y por supuesto daban consejos que ni ellos mismos seguían.
Con el tiempo me di cuenta cuanto estaba de equivocado. No eran maestros, no eran mejores que yo. Nadie era mejor. Nadie es maestro de nadie. Puedes aprender de otros y ellos de tí. La humildad es el camino hacia el conocimiento, él te abre la mente y te deja aprender y comprender.
He aprendido mucho de todos, hasta del que aparentemente menos pueda saber.
Pero del que más se aprende es de uno mismo. Cada uno tiene sus propias experiencias y a cada uno le sirve una cosa u otra.
Me considero una persona racional, que sabe que puede ser lo mejor o mas coherente en cada situación, pero también soy emocional y es importante usar esto y dejarse llevar, al menos con algo de control.
Todo nos sirve de experiencia, todo lo que nos suceda a nuestro alrededor.
El budismo es fantástico pero no tiene el monopolio del camino al conocimiento y a la verdad.
La palabra "Maestro" es muy grande y considero que alguien se puede denominar de ese modo en el mismo momento que desencarna, ese es el preciso instante en el que su aprendizaje ha llegado a su fin.
Gracias por contarnos todo tu pensamiento al respecto.
Que tengas un gran día!

Nelly dijo...

Gracias por compartir, David. 😊😊❤️😊❤️😊❤️❤️😊❤️😊🎉🎉🎉🎉😋Yo también te deseo un maravilloso día. Por cierto, ¿qué tal vas con tus proyectos de ilustración? ¿Y cuando sabremos lo del Logotipo? 😀😁

Davidel dijo...

Muy buenos días.
Estoy a punto de acabar un cuento ilustrado sobre los gigantes y cabezudos😊
Espero que esta misma semana digan algo sobre el logotipo. Que nervios con tantas cosas jjjj.
Feliz y maravilloso día, voy a desayunar y ponerme a dibujar ☕🍟🍫

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