Meditar en el sonido.

 



Voy a contaros un secreto.. ¡jajaj!

Hace algún tiempo (años ya...) vi una película llamada "El árbol de la vida". La película me pareció un anuncio de perfume de hora y media. Pero tuvo un efecto extraño cuando uno de los protas extendía ropa de su madre sobre la cama. Me llevó a pensar en cuando era pequeña y abría los cajones del espejo del cuarto de baño para destapar los pinta labios. Aquel sonido, mis manos luchando contra el cajón que se abría dándose la vuelta (de manera que era como darle la vuelta al espejo en sí) y todo lo que había para cotillear al otro lado me produjo una relajación inmediata. Eran cosas "de los mayores". Una vez mi madre me pilló y me dijo: "¿quieres que nos pintemos?" y no paré de reír mientras me ponía el pinta labios por toda la cara, como un indio.

Viendo la película no lo asocié, pero tiempo después una amiga me habló de los vídeos de Asmr (por favor, no vale reírse) que son estímulos sonoros y visuales (un poco raros, la verdad) pero que a mí me hacen dormir. 

Por no hablar de que el susurro en mi nuca me hace sentir cosquillas en la cadera. Que alguien te hable en la espalda y lo notes en el dedo gordo del pie es-por lo visto-, claro indicio de que estás loca.

Y si estos vídeos no tuvieran un millón y medio de reproducciones pues... me preocuparía, la verdad, pero teniendo en cuenta que me chifla el audio-libro (el cuento que os puse en 8d) de Roma pues la verdad... unos pasos en la radio me estremecen, un cuento susurrado me duerme... Soy muy sensible.

Nunca había pensado en tomar esta sensibilidad a mi favor, pero es que... resulta que se puede meditar en el sonido. Consiste en darte cuenta del sonido que tienes alrededor pero, haz una cosa, tómalo sin la delimitación habitual. Toma los ruidos no como ruidos, sino como sonidos. Simplemente, juega a quitarles la etiqueta (guitarra, agua del radiador, zumbido de la nevera...) y silencio.

Es relajante.

¿Sabéis una cosa? En el idioma inglés (y en el castellano) cuando lo desconoces no distingues el final de una palabra del comienzo de la otra. Pues con los ruidos o sonidos es al revés, ya estamos muy acostumbrados a su inicio y su fin, es mejor jugar a mezclarlos y no ponerles nombre. También recuerdo cuando las conversaciones de los mayores no eran palabras sino ruido. Eran "bla bla bla", recuerdo aquel incesante bla bla bla visto desde mi mundo de "rodillas y zapatos". Y pensar "madre mía, se deben aburrir mucho los pobres. ¡Sólo dicen "bla bla bla" en lugar de hablar de cosas interesantes, como nosotros!" Como los niños. 

Cielos, qué mayor me he hecho.

=) jajajaj! 

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