Un café en el Palace y visita a casa de Lope

 



Llevo dos días viendo una serie que se llama The Crown o algo así. Me gusta, pero no sé por qué. Me relaja. Como siempre hay algún paralelismo entre lo que veo o leo o elijo y algo que tengo que aprender, me puse a mirar el televisor pensando: "¿Qué es lo que estoy buscando yo en esta serie?" y mi intuición interior estaba... callada. Si bien había algo de "fíjate en ella" que ... igual era interesante. No debe ser fácil ser la reina de Inglaterra.

Total, que bajo al centro porque había quedado para ver la casa de Lope de Vega. Pero llegué temprano y ya el otro día me quedé con ganas de entrar en el hotel Palace, donde un amigo periodista y su colega estaban tomándo cócteles.

Tras pasar dos veces frente a la puerta como un ciervo moteado husmeando el bosque, me paré. Me dije: "Qué locura, ¿a qué vas a entrar tú en el Palace con estas pintas?" "Oh, no, venga, pasa..." Y ya me iba, os aseguro que me iba, cuando esa cosa interior dijo algo.

Hum.

 Algo como "claro, sigue deseándolo toda tu vida sin atreverte..." Algo así. Algo. No sé que fue. Y me paré.

Era algo como que mejor me valía cumplir ese deseo y no irme con él a cuestas.

"Vale, allá voy".

Abro la puerta. Las dos. Entro en el hall. Vaya. No hay nadie.

"Yo sin permiso no me atrevo a entrar". O encontraba a alguien que me dijera adelante o me largo en cuanto sople la más ligera brisa. Por fin, veo salir a un joven uniformado tras el mostrador.

-¿Puedo ayudarla?

-Sí, sí... Verás, unos amigos míos estuvieron el otro día aquí tomando cócteles... y yo me lo perdí. Y me pregunta si podía tomar un café si...

Ya le había contado mi vida en verso... cuando la pregunta era "¿puedo pasar?"

-Y yo... bueno, pues verá, me preguntaba si podría... es decir, ¿tienen bar? ¿se puede tomar un café?

El joven dijo:

-Por supuesto, señora. Faltaría más.

Salió del mostrador. ¡Jajajajja! ¡No, eso no hace falta!

-Permítame.

Me puse roja.

-No, yo...

-Mire, siga usted las escaleras hasta aquellos dos señores y una vez allí, admire la cúpula, y por favor siga a la izquierda hasta el bar.

Roja, roja y más roja.

-Aah, ... vale.

Subo las escaleras. Los dos señores me miran. Jo, vaya sitio.

-¿Puedo ayudarla?

¿Dan un curso de amabilidad a estas personas?

-Sí, yo... (¡oh, por favor, no les cuentes toda tu vida de nuevo!). Yo... yo quisiera... tomar un café.

-Por supuesto. Por favor, acompáñeme. Vamos por aquí, ¿le gusta esta  mesa?

¡jajajaja! 

-Ahm. Sí, claro. Sí.

Y me retira la silla.

Me siento. Veo la cúpula. Me quedo alucinada. Pido el café, y entonces reparo en mis botas, mi falda, mi chaqueta... y mi bolso.

(Ay, yo no debería estar aquí).

Me tomo el café (casi me lo tiro por encima) y miro la cuenta.

8 leuros

-jajajajaj! (me río)

Pago. 

Salgo.

-¿Tan pronto se marcha? -me preguntan.

Oh, sí. Acabo de cumplir un sueño. Quince minutos de café en el lujoso hotel. 

Salgo del Palace, tan feliz. ¡Jajajaj! Cómo me alegro de haberme atrevido.

Subo la calle Cervantes hasta la casa de Lope de Vega. Allí espero a una amiga. Y hacemos la visita guiada.

-Lope se lió con la hija de su director de teatro...  -nos dice el guía-Y le sentó fatal que ella le dejara. Así que publicó unos versos y entonces le desterraron de la capital.  Góngora dijo.. y... porque esto era el Parnasillo, y aquí se mudo... y el barrio se llenó.... dramaturgos, bohemios artistas. Cervantes, Quevedo...

Levanté la mano.

-A ver... a ver si me aclaro, ¿tuvo 6 hijos ilegítimos?

-Sí, con una actriz.

-¿Y se casó dos veces?

-Sí. Ah, y se hizo cura... Porque eso da caché y dinero.

-¿Qué? ¿Cura? 

Tal como me habla el guía de Lope pasamos a una biblioteca y veo su retrato. Me acerco. Así que bohemio, mujeriego y escritor. Me pongo roja.

"Oh, cielos... " le escribo a un amigo, "de haber vivido en 1600 este hombre me habría gustado..."

Mi amigo contesta: ¡Jajaja! ¡Ve a una facultad de Filología Hispánica y pregunta por Lope de Vega! ¡Verás qué suspiros!

Y la verdad, es que a mí no me han explicado bien ni quién era Lope, ni quién era Cervantes, ni quién era Góngora. Todo lo que yo vi en mi instituto eran clásicos. Y entiéndase por clásico "rollazo aburrido que te tienes que leer porque sí". Y me dan ganas de ponerme frente a mi profesora de literatura y preguntarle: "Oye, ¿por qué no contaste lo de los 15 hijos y las charlas en las tabernas y... pero qué puñetas me has enseñado?" No he aprendido, ¡nada! Hace poco regalé un libro de Lope de Vega y ahora quiero leer su obra. ¿Por qué? ¡Por ese tío era... de lo más mundano! En serio, vaya enseñanza. Veréis, tenía una profesora tan enamorada del Quijote que yo lo acabé odiando. Qué manía con el dichoso Quijote, que buscáramos algo de la vida de hoy que encajara en el Quijote. ¡Ufff! Y Cervantes es maravilloso y brilla. ¡En serio! ¿Y lo de vivir en el Parnasillo y los encuentros con escritores y su vida normal y corriente cuándo nos lo ibas a contar? lo mismo con Lope: Aquí tenéis este tocho de libros que os tenéis que aprender, ah, sí, uno es de Lope.

De verdad, he aprendido más de la vida de Madrid con el guía hoy... que en todo el instituto. Del instituto sólo recuerdo en las clases de literatura que leí un cuento en un libro una vez que se me quedó grabado. Y no sé por qué. Hablaba de una pareja que se encuentra un pájaro en casa. La mujer se lo quiere quedar, el marido le dice que tenga cuidado y que es mejor soltarlo. El pájaro esta herido, lo curan y aprende a volver a por comida y ... no sé, como que la pareja lo cuida, sobre todo ella. El final del cuento decía "murió guillotinado por una ventana". No he encontrado el dichoso libro al que pertenece pero me quedé tan... tocada que se me grabó. Veréis, ella quería el pájaro. Y es sumamente compasiva. Pero luego el pájaro va y se muere porque había una ventana que cerraba mal o se caía o algo así. Me quedé tan sorprendida leyendo eso... que a día de hoy no he logrado desentrañar la enseñanza.

Era un final absolutamente cruel. Y como escritora sé que está hecho muy a posta (contundente) y con un mensaje claro. Pero no... logré entenderlo.

Me acuerdo de eso y de nada más. 

Y ahora voy a ver si encuentro algo de Lope de Vega...  

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