En el que voy en el metro y veo un anuncio de un libro mío.

 Ayer iba en el metro hacia un lugar... y al abrir google y buscar el último libro de Hidra, me encontré con un anuncio de Lfnac con otro libro mío como representativo de la serie.

Y me quedé con cara de idiota.

No sé los libros que llevo ya... ¿8?... Pero la palabra escritora (juvenil) empieza a ser "inevitable". Al principio decía: "Un escritor es alguien que no concibe vivir sin escribir. Que lo haría, aunque fuera en una servilleta", luego fue un "lo has conseguido, ¡ya tienes un libro!, bueno, ¡es anecdótico! (con Planeta)", después un "anda, pues llega otro"... "y otro"... "y otro más"... Y ahora es un: esto, oye, ¿te has dado cuenta de que eres escritora? 

Eso le pregunté ayer a mi "coso" interior, mientras viajaba en metro. Mi coso interior no contestó, como si lo estuviera valorando. O como si le diera igual. 

Y es que mi yo interior me está diciendo mejora. Me da igual la etiqueta. No se trata de ser escritor se trata de llegar al lector. Cosa que, por cierto, se puede hacer incluso con un blog.



Y es que aquí el lenguaje engaña. Cuando yo era pequeña (muy pequeña) aprendí a leer y aquello fue... "uaaah!", porque entendí una cosa. Que era un sistema representativo de todo. Es decir, junté sílabas hasta que de repente el sonido = la escritura = la cosa. Es decir, era un juego, y lo podía tener todo. Casa, árbol, río, cabaña, abeja, licántropo, tren... Yo junto los garabatos y tú lo ves en la mente.

Vamos, mágico.

Os podéis imaginar. No leía, devoraba...

Pero ahora, de mayor, ocurre otra cosa. No es un sistema tan perfecto como pudiera imaginarse, desde la experiencia humana. Me explico, está el subtexto -del que me habla el actor, ¡y qué razón tiene!- ah, sí, os lo nombro porque sigo.. hablando con él. Están las técnicas narrativas, las trampas... 

Hay muchas cosas sutiles que a los garabatos en tinta se le escapan. Y ahí entra... la maestría del escritor o del narrador.

Y eso es lo que hay que aprender. Ese es el oficio de escritor.

Es como si alguien que da paseos espaciales le dices: tú eres astronauta. Y él dirá: Sí.

Pero su oficio no es eso, su oficio es más bien estrellas, vacío, matemáticas, silencio... Es otra cosa.

Total, que he aprendido las palabras, para saber que ahora las palabras se quedan cortas.

¡Menudo viaje! jajajaj! 

Buen día! 


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