En serio, ¿vivimos en un videojuego?


Me ha pasado algo super curioso y lamento de veras no tener aquí al que yo llamo "Muso" para comentarlo. Veréis, me ha llamado un amigo. Hasta aquí, diréis, pues no es raro. Y no, no lo es. Mi amigo hablaba y hablaba de múltiples temas, y mientras yo hacía cosas... Pero es que llegó un punto en el que yo me quedé callada. Y entonces él habló más. La gente cuando me pasa esto me dice que sé escuchar. En realidad no sé lo que me pasa, es que me quedo en silencio y le doy todo el espacio al otro. A mí no me importa, ... y al otro le encanta. Pero tengo que tener cuidado con a quién le permito esto. Porque si lo permito en reuniones sociales o cuando no quiero hacerlo... me enfado y acabo escapando.

Tenía un plan para la hora de comer: ir a comprar un regalo.

Viendo que se aproximaba la hora de comer, mi "pensamiento" o "intuición interior", sin palabras, me advirtió. Y mientras mi amigo hablaba, tuve que tomar una decisión. Vamos a ponerlo como en un "tú eliges la aventura":

a) Dices a Menganito que tienes que hacer cosas y cuelgas. Él también te dice que tiene que hacer cosas y cuelga cuando quiere.

b) Quédate ahí parada sin hacer nada... pero entonces no hay compras a mediodía.

c) Enfadarse, te vas a enfadar y poner nerviosa.

Durante unos instantes en los que todo esto sin palabras me pasó por el interior del cerebro, lo que sí pude hacer y oír (pues lo que va en cursiva no son más que intuiciones, pensamientos tan rápidos que ni se articulan como palabras) mi respuesta mental y fue la siguiente:

"Bueno, no pasa nada. No hay compras. Pero no le voy a cortar, que hable todo lo quiera y yo me calmo y como mientras charlamos. No pasa nada. Todo está bien como esta".


Este es un pensamiento normal y corriente. De hecho, a veces sé lo que me dice mi intuición por lo que yo le respondo. Cuando sigo el hilo de "a qué respondo", llego a lo que me ha dicho mi interior. Que es sorprendente, la verdad. 

Total, que mientras estoy comiendo, o más bien, justo mientras me preparo un té porque ya he terminado, llaman al timbre.

"Qué raro... Si yo no espero nada".

Miro por la cámara y el cartero me saluda. Nos hemos visto tres veces en el portal y ya me conoce. Pensé: "¿llamará para que le abra yo?".

-Te traigo un paquete.

-¿¿A mí??

-Sí, Nelly. Es para ti.

Sube. Efectivamente.

-Pero si no espero nada... hasta enero...

Compré una cosa que supuestamente viene de China. Y ahí estaba.

Al cerrar la puerta, pensé: "fíjate, si hubiera colgado a mi amigo... no habría estado en casa. Y de no haber estado en casa, ¡no tendría el paquete!"

Esto, aunque no os lo creáis, me ha ahorrado estrés. Correos no está como para ir a recoger cosas en estas fechas.

Mi amigo, sigue al teléfono. Hemos pasado de un tema a otro y de repente, le digo:

-Es que es un misterio. Es como el libro que me leí ayer (por favor, mirad la entrada "libros prohibidos" justo debajo).

-¡Nelly, me llaman y esto puede ser importante!

jajajaja!

Es imposible. Otra vez. Dos veces. "El libro es privado" me dijo el actor. ¡Dos veces! Os intento hablar del libro ayer e interrumpen la entrada. Intento hablar del libro con él, ¡algo nos interrumpe! Esta bien.

Colgamos el teléfono.

Y ahí estoy, mirando hacia el televisor apagado y con mi té, pensando en todo y diciéndome: "no sé, juraría que esto no es casualidad".

Y justo me llega un sms de mi amigo:

"No te lo vas a creer, Nelly. Pero... no me ha llamado nadie"

¡JAJAJAJAJ!

Sí que me lo creo.

Me vuelve a llamar.

-¿De qué hablábamos? No me acuerdo.

-Yo sí) pienso.

-De esto otro... -digo, con una sonrisa en los labios.

Y seguimos hablando, hasta que tuvo que irse y colgamos.

Os digo yo que pasan cosas que no son casualidad.


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