Nelly y el romanticismo.

 

Esta mañana me despierto, amanece, y me vuelvo a dormir.

Cuando abro de nuevo los ojos es casi la hora de ir a desayunar con un amigo. Me levanto, le iba a preguntar al actor una serie de cosas, pero me dan las mil dándole vueltas al correo, y al final no lo mando. Monto en el ascensor. Tengo la cabeza en las nubes. "No puedes tener la cabeza en las nubes" me recrimino pulsando el botón del bajo, "vas a entrar a trabajar en un departamento nuevo. Deberías estar preparándote, visualizándolo, empollando operativas, ¡y en lugar de eso llego tarde! ¡porque llevo 45 minutos dándole vueltas a un correo que no he enviado!"

Me digo eso, pero en el fondo no estoy tan enfadada conmigo como parece.

Bajo rápidamente y me dirijo a la cafetería en cuestión, por el camino, decido mandarle un audio al actor. 

"Eso es, le mando un audio y ya está, ¡y sé concreta, por favor!" pienso "un audio preciso"

La primera parte del audio está muy bien, pero en la segunda, un perro que pasea por el parque se vuelve literalmente loco y recorre doce metros solo para subirse a un pequeño murete y ladrarme como si le fuera en ello la vida. El Universo se ralentiza, el tiempo dura más de lo que dura normalmente. Quizá sea el susto. 

Tras eso, aún miro el botón del teléfono luchando por pulsar "enviar" pero el perro sigue ladrando y yo no puedo mandar ese audio. Lo mando a la papelera. Allá va el audio. 

Me ha cortado completamente el rollo.

Y no es la primera vez que pasa. Es decir, tú puedes creer en las casualidades hasta cierto punto. No es normal que cada vez que vayas a decir o hacer una cosa el Universo te interrumpa. Un golpe, un señor que se pone a taladrar a tu lado y se corta la conversación, un coche que tiene un accidente...

No hablo de que "casualmente" te interrumpa. Hablo de que ocurren cosas inverosímiles. Como si de repente el obstáculo fuera puesto a posta. No casual. 

Llego a la cafetería, pedimos, me siento. Me bajo la mascarilla (no hay nadie cerca) y detecto un olor a humo de tráfico que me da ganas de toser. Lo ignoro y mi amigo músico y yo desayunamos. Al cabo de un rato le digo a mi amigo:

-Oye, ¿huele mucho a humo aquí o qué?

-Sí, yo también lo he notado. 

Me subo de nuevo la mascarilla. Ni con esas. 

-Siempre criticamos a los que se sientan en estas terrazas, ¡pero es que es horrible! ¿Vamos al parque que hay detrás de tu casa?

-Claro. ¿Te importa si hacemos la compra en...?

-No, claro que no.

Vamos hacia el parque. Una vez en el parque, y ya hablando de cosas que no os resultaría interesantes, pero que animan mucho la conversación, mi amigo me dice:

-Llevo un rato mirando esa bolsa de papel y me parece un loro verde.

-¿Un loro?

Busco la bolsa. Cuando la detecto, algo hay ahí que me da la risa.

(Es verdad, es un loro verde

El hecho de que una bolsa de plástico pueda parecer un loro verde me hace muchísima gracia, pero mi amigo y yo seguimos hablando de otra cosa.  

Ya sé que es. ¡Lo he descubierto! Es que todo era perfecto para que esa bolsa pareciera un loro. No sólo la bolsa, sino el parque que había alrededor. Era un loro verde posado sobre la barandilla. Qué bueno. En fin. Veréis, era la composición del todo. Casualidades que ocurren a veces. Todo era perfecto para hacer de esa bolsa un loro.

Vuelvo a casa, hace un día precioso.

Mi amigo lo dice también. Me propone un plan, lo escucho, me animo a participar. Ya a solas, bajando por una calle prohibida llamo a una amiga.

Antes de conocer al actor yo buscaba la soledad. Ahora no. Es la una de la tarde y no quiero irme a casa.

-¡Hola! ¿Qué haces?

Mi amiga responde.

-¡Jajajaj! -le hago un chiste. Ella se ríe.

-Estoy pasando por tu calle...me lío un poco con los confinamientos y no sé si me estoy saltando algo... ¿te apetece bajar?

En realidad sé de sobra dónde estoy. La mitad de la calle es suya, la otra mitad, es mía. Lo que viene siendo ridículo pero es lo que hay.

Hablamos un rato pero sin preaviso es complicado que pueda bajar así de deprisa. Le comento otra cosa de otro tema, algo que nada tiene que ver con lo anterior, y me pregunta:

-¿Y ese chico está interesado en ti?

Alzo las cejas, sorprendida.

-Aaah,... No -contesto. Y en voz alta, reflexiono-, pero con los chicos nunca se sabe... A veces te sorprenden.

Eso último, es curioso, me lo estoy diciendo a mi misma y no a ella. 

La risa que me llega a través del teléfono es verdaderamente franca.

-¡Jajajaj! ¡Te sorprenden a ti! ¡jajaja! Los demás lo vemos de lejos...

Me pongo roja. No suelo ponerme roja con las chicas. 

Colgamos.

Sigue haciendo un día estupendo.

"Es la una y veinte y yo no quiero irme a casa. ¿Por qué?".

¿Habéis visto ese capítulo de Big Bang Theory en el que Leonard se emborracha y va a ver a Penny y comienza por... "Yo antes era un chico friki, solitario y feliz"?

Pues eso.

Yo antes era una chica que quería estar sola. 

El capítulo sigue: ... y tú me has echado a perder!!!

Lo mismo. Pero con el actor.

Yo pensaba "dejadme todos en paz, me voy a mi casa". Mis amigos no me detenían. Bueno, sigo huyendo de vez en cuando. Pero ahora estoy super-sociable. Y todo es por el actor.

¿Qué me está pasando?

Sigo subiendo la calle. 

Antes me daban igual los seguidores de Twitter, no tenía con quién hablar de componer o de libros, nadie me leía historias. ¡Tenía que leer encima! ¿Os acordáis lo de "a esta le regalas una joya y no sabe qué hacer con ella pero trae comida de un restaurante en una bolsa de papel y se vuelve loca de entusiasmo"? Eso lo dijo un chico de la agencia de publicidad con el que yo salía. Pues a la lista de "comida nueva" añade: "leerle un cuento". Me quedo idiotizada. Veía algunas películas en las que un chico recitaba historias y pensaba: "Menudo coñazo,... ¿Qué le ven a que un tío lea un libro? Yo ya sé leer, no necesito que nadie me lea. Que te lean debe de ser lo más aburrido del mundo".

Ya.

Prueba a que te lean un cuento entonando cada palabra y cada personaje y estés viendo el libro y los grabados a la vez y escuchando la historia. Tras eso la televisión queda muy, muy atrás.

No es justo.

(tenia que ser actor...)

((El vecino acaba de poner música romántica))

((El móvil se ilumina con: ¡¡únete a este taller de meditación!!))

Igual no le tenía que mandar el audio porque como se entere de lo que contenía, sería peligroso.

Estoy confusa. 

Mi amiga sostiene que no soporto las películas románticas, ni leo libros románticos, porque yo soy romántica. Eso no es verdad. Lancé el libro de Lizzy contra la pared, porque tras doscientas páginas de cafés y tés en salones ingleses en los que la conversación me parecía tediosa e insoportable, aquel señor Darcy le dijo eso de "Te amo a pesar de mi mismo... y de tu familia inadecuada y..." Recuerdo que lancé el libro contra la pared. ¡PAM! Allí se estrelló. Luego, claro, tuve que ir a recogerlo.

¿En serio, señor Darcy? ¿200 páginas leyendo en diagonal para que usted comience por un "te amo a pesar de mi mismo"? La respuesta de Lizzy me encantó: "Pues si tan inadecuada soy, así me olvidas antes". Pues claro. Luego resultó que Darcy sí la ama, pero es orgulloso. Y ella tiene muchos prejuicios. Pero no leí más.

El siguiente libro romántico que me dejaron fue uno de los Highlander y lo empecé con mucho entusiasmo. "Venga, vamos a darle una oportunidad a la romántica", hasta que llegué a la parte en la que un super alto y fornido hombre con falda escocesa aparece dentro de un espejo.

-¡jajajajaj JAJAJAJAJAJAJAJ!

Me dio un ataque de risa. 

Se lo devolví a mi amiga. "Toma, a mi esto no me excita nada, me parece absurdo". Si yo viera un tipo fornido dentro de mi espejo primero gritaría y luego me daría la risa. ¿Qué hace un señor en falda escocesa dentro de ese elemento? Además es que me lo imagine así, en plan anuncio de Vidal Sassoon... 

El siguiente libro que llegó hasta mis manos me lo prestó un jefe. Un jefe con el que yo no me llevaba ni bien ni mal.

-Toma, ¡tienes que leer esto!

50 Sombras de Gray.

Miré a mi jefe. Confusa.

-¿Me prestas un libro?

¿Prácticamente no hablábamos nunca y jamás sentí que nos entendiéramos en nada y me dejaba un libro?

-Tú leélo.

Ok.

Lo leí en una noche.

Eeeeh... voy a decir algo que me hace perder seguidores pero yo lo siento mucho porque prevalece la verdad sobre la popularidad. A mí el primer libro, sólo el primero, me parece fantástico.

Yo os digo lo que vi.

Vi una chica sin experiencia, que parece sumisa, pero no lo es. Y vi a un chico que para llevarla a su terreno, tiene que entrar en el de ella. Y me gustó. Y el final (ojo, destripo), me parecía estupendo. Ella dice: "vale, a tu modo" y cuando él le da una... vamos a decir, "paliza", que no es tal, ni mucho menos, ella contesta: "¡soluciona tus problemas!" Y se larga. Normal. Ya está. 

¿Está bien escrito? Sí, era sencillo. ¿Tenían lógica los personajes? Mucha. Estaba bien resuelta, también.

-Me ha gustado un montón -le dije a mi jefe.

Y ya está. Me han dejado (más bien, llegaron hasta mí de modo casual) las otras dos novelas siguientes y traté de ver una película que me pareció malísima. Que si luego él se vuelve bueno, que si patatín, lo que tú quieras, yo donde veo coherencia es en el primero. En la novela dos no paso de las diez primeras páginas. 

Y si me preguntáis, ¿te gusta la primera pelí? La respuesta es no. Por algún motivo incomprensible, esa historia me funciona solo en el libro. 

Del mismo modo, abandone True Blood cuando Eric se lía con Sookie. Porque para mí la historia acaba ahí. Y a Eric la primera vez que le vi me pareció idiota. Pero idiota, super-idiota. En su trono y con chicas a los pies. Pensé, eeeeeh, ¿y este? El problema de Eric es cuando se arrodilla en la azotea porque va a perder a su maestro.

Hasta ese momento Eric era (permitidme la confianza) imbécil. 

Pero ahí cambió.

"Mmmmmmh", pensé, mirando el televisor.

No puedo con los personajes fuertes que no se quejan. 

Y lo malo es que descubrí que tenía principios. Así como el otro vampiro, el supuesto bueno de la trama, no los tiene o los cambia, para sobrevivir. Prefiero a Eric. Con Eric sé a qué atenerme, me da seguridad. 

Pero si hay una película por excelencia (y quitando Pretty Woman, que por supuesto es de mis favoritas), de corte romántico (aunque mi amiga dice que no), que a mí me chifla, es la de Me before you. Siento decirlo, puede que trate otra cosa, pero estoy enamorada de él, y de ella. De él desde que se abre la puerta y mira a la chica con esa cara impasible. Y claro, por lo de las medias. Porque él la conoce. Y de ella porque... por algún motivo que no alcanzo a comprender, me siento un poco identificada. 

No sé porqué es, esa chica tiene mucha más seguridad que yo, pero es rara y divertida y alegre y tiene muchas muchas muchas, muchas, muchas, muchas ganas de cuidarlo.

Es la mejor pelí romántica del Universo. Esa y 50 Primeras Citas. 

Bueno, voy a poner música alegre ¡y a comer que son casi las tres de la tarde!


Pero claro, tampoco tengo hambre... ¡No sé qué está pasando aquí! ¡Está todo del revés!

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