Viernes. Un confinamiento que me desconfina.

 


Fuente foto y autor: CLIC.

Jamás creí que diría esto pero... El confinamiento general de Madrid me desconfina. Después de dos semanas en el "efecto ghetto", que me provocó un llanto terrible, y que me hizo escuchar una frase que me llamó mucho la atención: "Madrid-Berlín..." y que me hizo dar un bote por dentro,... después de todo eso, publican una orden que confina todo Madrid pero aumenta el perímetro de mi barrio del que yo no podía salir.

De las aventuras y desventuras de estos 12 días (borré una entrada, del domingo pasado, verdaderamente espectacular para mí), mejor no hablamos. Sí puedo deciros que ahora el tema es la responsabilidad personal. En los últimos 14 días yo he visto presencialmente a 4 personas. Y no juntas.

On-line he visto a muchas más. Tengo 2 talleres literarios, amig@s del perímetro de Madrid y de Toledo. Todos nosotros nos hemos seguido juntando.

Pero una pantalla no es como estar con gente. 

Uno de mis amigos se saltó el confinamiento para cruzar la calle y desayunar conmigo. Luego se empeñó en que yo cruzara la calle también y descubrí algunas cosas sorprendentes. 

La otra amiga quedó conmigo en un supermercado. Sin romper norma alguna, pues tenía salvoconducto.

Las otras dos personas son familiares.

^_^... bueno, en realidad he visto a 5.

Puede que haya sido un poco traviesa...

Ahora vamos a quitar la barrera o ampliarla a toda la ciudad. Una ciudad de... supongo casi 3 millones de habitantes. Y el martes comienzo el trabajo presencial.

El panorama es que mi centro de salud no atiende el teléfono. Yo ya contemplaba con preocupación las colas en el exterior cuando pasaba por delante con mi coche, rumbo al trabajo. Una fila de doce a veinte personas a cualquier hora del día, y una mujer vestida de extraterrestre (o como si fuera a contactar con ellos) echando gel en las manos de aquellos que aguardaban horas a entrar en un recinto con un cartel enorme que dice: "PELIGRO CODVID". "NO SE QUEDE MUCHO TIEMPO".

Yo pasaba por delante, semanas antes de que confinaran, y pensaba: "Como para ponerse mala ahora..."

Un sitio cerrado con veinte personas fuera y dos plantas... con gente tosiendo... y un cartel que dice que dentro hay coronavirus. No aislado en una sala sino en la sala en la que entras tú a esperar que te atiendan.

Esa es la situación actual.

Varias amigas mías han pasado el Codvid como una gripe, sin mayor complicación. Un compañero de trabajo, sin embargo, murió. Y estaba malo en la empresa y yo hablé con él el último día. Y no sólo yo, en marzo, en mi empresa, mucha gente salió contagiada. Normal, somos 600 sólo en mi departamento. 

Os sonará absurdo pero tengo grabada la imagen de él cuando le pregunté, "¿qué pasa, estás malo?" y él me dijo: "ya ves, me ha pillado la gripe" pero puso esa sonrisa de "aguantando, como siempre", que era un "lo que venga y con buen humor". Porque así era él. Veía con la gestión peor hecha de la historia, el lío más enrevesado y todo lo peor que salía por sus labios era: "Nelly, corazón,...." y acto seguido exponía el caso, más centrado en resolverlo que en culpar al compañero anterior. Tú le mirabas a los ojos y no estaba enfadado. Los matices de la gente son super-curiosos. Otros nos enfadamos, otros se quejan, otros protestan. Él no. El venía a que le ayudaras, y el objetivo era el caso y no pensar en quién o cómo habíamos llegado a él. Y luego, cada vez que te lo cruzabas por un pasillo, el buenos días y el buenas tardes nunca faltaban.

Pero no voy a seguir con esto porque me pongo triste. Cuando estaba en el hospital nos dijeron que encendiéramos una vela, y yo lo que mandé fue una foto, pero... no un vídeo porque estaba demasiado enfadada. Y me enfadé con el vídeo. Sabéis que vengo de Publicidad. Y yo sé que el vídeo tenía muy buena intención. Pero me parecía absurdo. Si se curaba ... el vídeo sólo era algo empresarial. Y si no se curaba...

(Y AQUÍ DEJO DE ESCRIBIR PORQUE .... NO VEO EL TECLADO)

No se curó.

Tampoco me gustan las bodas. (Mira, eso creo que no lo he contado y es un buen cambio de tema).

Me voy a desviar por ahí para que dejen de caérseme las lágrimas. Cada uno lleva las cosas de una manera.

Veréis, a mí me gustaban las bodas cuando pensaba que eran una fiesta. Y de hecho, la primera  a la que fui me gustó. Pero de las demás no me gustó ninguna. Y es porque empecé a oír a los invitados. No había más que quejas. "No me gusta el menú" en una... "El sitio está muy lejos" en otra. "Jolín, otro gasto más" a amigos. "Vaya, qué palo, llevan el mismo vestido" a conocidos... "Jo, qué coñazo, qué mal me viene esta boda" a más gente...

Tal cual capté eso me volví automáticamente anti-bodas. Lo que es raro porque soy una chica emocional, ¿verdad? ¿o soy racional? Os voy a decir yo lo que para mí es una boda. Para mí, una boda es ir al Dios de la religión que elijas (si es que tienes) y si no a la persona en cuestión (delante de algún testigo) y decirle: te amo y quiero pasar el resto de mi vida contigo.

Ya está.

Eso es una boda.

No hace falta traje, no hace falta invitados, no hace falta parafernalia, y mucho menos molestar a la gente.

Yo haría eso... y luego invitaría a tod@ el mundo a comer. Pero en vaqueros. Donde quieran. Y si hace falta en 3 tandas. (Porque no a todo el mundo le viene bien Madrid). Es decir, una fiesta. A todos les gustan las fiestas, pero a muy pocos les gustan las bodas.

Ya el colmo de los colmos fue cuando alguien me dijo: "La boda es el día de los novios, y tú tienes que estar porque cuando te toque a ti ellos tendrán que estar".

"Tendrán-que-estar".

Oh, qué bonito. Suena a que destilamos felicidad por cara poro. "Tienes que estar... y ellos tienen que estar". Sí, ya claro, yo tengo que ir... al dentista. 

Las bodas que sí me gustaron fueron la de mi tía (yo tenía dieciocho años), y la de dos amigos que tuvieron una ceremonia llena de fallos, pero estaban guapísimos (en esa dos chicas llevaban el mismo vestido y se disgustaron, cosa que no entendí. En la siguiente yo llevaba el mismo vestido que otra invitada y ella se enfadó).

Tras eso, no me gustó ninguna más. En otra, por ejemplo, la novia llegó tan cabreada que yo me asusté. "Son nervios" me dijeron. Qué mal rollo me dio. Y en el resto... pues cada cuál fue a peor. A la última ya no fui. Requería tomar un bus, un ave, y dos buses más para volver en el día y me negué. Mi amiga se enfadó, se volvió loca y luego me pidió perdón pero rompimos la amistad. Me dijo que estaba nerviosa porque ninguna amiga podía ir.

Por todo ello, no me gustan las bodas. Te empeñas en que salga todo perfecto cuando ya lo es sólo por casarte con la persona que amas. Cosa que la sociedad no entiende.

¡Que bien que no creo que me case nunca! =P


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