"Algo en la nevera"

 
Os voy a contar una anécdota (un cuento) que probablemente a muchos os parezca una casualidad. Y lo es. Realmente lo es.
 
Ayer vi al actor.
 
Pero antes de eso, salí a desayunar con un buen amigo mío. Estuvimos hablando de muchas cosas, bueno, lo primero que me dijo después de: "¡Tienes que ir a ver esta obra de teatro!" Fue: "¡Le dije al actor que por su culpa había salido más enamorado aún del teatro y me contestó: qué curioso, tu círculo se empeña en culparme a mí de todo lo que pasa...!"
 
-¡JAJAJAJA! -me reí un montón, y me puse aún más colorada.
 
Tras caminar 15.727 pasos, y enseñarle a mi amigo un nuevo jardín de la ciudad, regresamos. Y mientras regresábamos, hablamos del perfeccionismo. Y me dijo:
 
-Mira, Nelly, entrar por tu casa es como entrar por la casa de mi tía Paz. Que era una señora encantadora de 94 años que... se pasaba el día limpiando.
 
Nos reímos más. Hablábamos del perfeccionismo, de los problemas heredados, de que somos como nuestros padres (o no...) en fin...
 
-Y está bien que tu casa sea así de acogedora pero... si alguien te dice que es más importante limpiar una mampara que ¡¡vivir experiencias!! pues lo mandas a la **** y ya está.
 
Tengo buenos amigos.
Nos conocemos desde hace mucho tiempo, nos unen casualidades (por ejemplo, este amigo es amigo del actor, y yo no lo sabía). Y la verdad es que los quiero mucho. Son familia. Ellos entre ellos son familia y para mí son familia también. Tal es el vínculo. Además, ayer mi amigo me decía: "Es que no me queda nadie ya... más que ellos" y yo le decía: "Como sabes, en esta ciudad, sólo somos 3... así que para mí también sois familia".
 
Y tras este bonito rollo pasteloso que os he contado, yo regresé a casa y antes de que llegara el actor, preparé algo de comer para la semana. De tal manera que al abrir la nevera, que antes había dejado muy colocada con el pensamiento: "Si le da por buscar un bote de refresco o algo va a pensar que tienes poco en la nevera pero muy apañado", y saqué algo para cocinar. De tal manera que me quedé mirando el estante vacío y pensé:
 
"Pues... no sé, ahora va a parecer demasiado vacío".
 
Unas cuantas mandarinas, dos zanahorias, un queso de cabra, unas aceitunas, y una ensalada (junto con dos huevos) es la nevera óptima de una chica soltera que no se preocupa de dar de comer a una familia. A fin de cuentas, yo tengo las cosas congeladas. Y con un poco de arroz y un poco de pasta, paso la semana la mar de bien.
 
Claro, al sacar para cocinar la carne que había en un estante, el resultado era una nevera casi vacía.
 
"bueno, mira" -me dije mentalmente-, "da igual" "La nevera está así... pues está así, a veces hay cosas en la nevera y a veces no. Lo importante es que haya lo que necesites, no lo que piensen los demás.."
 
Bien, me dije a mi misma que qué suerte que me daba tiempo a escuchar la conferencia budista que acababa de llegar a mi móvil:
 
"Miedo, amor y vulnerabilidad"
 
Lo miré y pensé: ¡Qué propio!
 
Me senté a escuchar todo lo que pude porque me dieron tantos nervios cuando él me dijo que salía hacia mi casa que ya poco me pude concentrar.
Y algo más tarde, cuando estábamos hablando, de repente... salió el tema de la seguridad.
 
Bueno, no fue así, más bien yo le dije que los jueves y los viernes del siguiente mes y medio voy a ser profesora, y le expliqué que nadie entiende que sea evasiva y huya de todo menos cuando me das un atril y me dices: "Explica esto".
 
-No sé, tengo una seguridad super rara ahí porque -le miré a los ojos, esos ojos que tiene tan horriblemente feos, jajajajaja-, es como si me olvidara de mí y solo importa el mensaje, ¿entiendes? Da igual lo que ellos digan o piensen, si les caigo bien o mal, el mensaje es lo único relevante, lo único que existe. Es como "yo tengo una información", ¿de qué medio o forma te la puedo dar a ti? Es comunicación, me encanta...
 
Decirle esto a una persona dedicada a narrar en un escenario es... bueno, te entiende.
 
Y de repente hablando de la seguridad me dijo que era un "recurso", que la gente no era "segura" o "insegura" sino que teníamos ese recurso... y como yo ponía cara de no entender de repente va y suelta:
 
-Es como tener o no tener algo en la nevera.
 
¿¿¿¿¿????????
 
Os prometo, internautas, que en ese momento me vino a la mente el Muso (el maestro que me enseña meditación y Dharma) porque es justo eso lo que hacía él.
¿Cómo que... la nevera?
Esas casualidades cósmicas, ese... o sea pensé, ¿¿¿qué????
No es más que una casualidad.
 
-No lo entiendes -me dijo el actor-, imagina que tienes algo en la nevera. A veces está y a veces no..
 
JAJAJAJ!
'¡¡BASTA!!!
JAJAJAJA
 
No dije nada, claro.
Sí, entendía el ejemplo de la nevera.
 
Eso, esto, que os acabo de contar... son las cosas que me pasaban antes mucho con el Muso. Un día, desayuné unas ricas tostadas con aceite de oliva y un poquito de romero. El romero no me gusta mucho, pero le daba como un toque "tipo menta" al desayuno y pensé, "mmmmh, qué rico cosas nuevas...". "Cuánto me gusta el aceite... con pan!!!".
Yo esto.. no se lo conté a nadie. Llegué a trabajar, me acerqué al Muso, no sé qué dijimos sobre los "refugios budistas" y de repente con esa mirada traviesa que pone va y me suelta:
 
-¡Yo me voy a refugiar en el aceite!
 
Os lo prometo.
¿¿??
 
-Qué rico ésta el aceite de oliva -añadió mirándome con esos ojos que... yo no sé que ven, la verdad.
 
Le contemplé con cara de estupor. La misma cara, aunque menos confusa, con la que miré al actor cuando dijo la palabra "nevera"; sólo que él no me conoce y pensó que no le entendía. Estaba confusa, eso es todo. Es tan certero que... =D
Aunque sólo sea casualidad!!! Pero qué casualidad tan buena para entender y aprender sobre la seguridad.
 
 
 


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