Bueno, está sí que es buena. 

Llevo 15 días tomando un jarabe, me cuido, hago deporte... pero cambia el tiempo y tengo un sobreesfuerzo, ¿y qué? ¿38 de fiebre de madrugada y tras tomar parecetamol?

¿Entendéis lo enfadada que estoy?

Claro que escribir con fiebre igual no es buena idea. Ya da igual. He tenido que llamar al médico. No me gusta faltar a trabajar. Pero nada. Sólo falté un día en todo el año pasado y fue por una prueba que no me podía saltar. 

Sin embargo, en una década si que he aprendido algo, y me ha costado mucho, no os penséis, de hecho es la primera vez que lo pongo en práctica. Ayer, desde las 10:07 horas hasta las 15:30 horas no paraba de toser, de una manera que daba lástima. Y creédme, me bebí como cinco litros y medio de agua (más) pero daba igual. Luego en casa me bebí el jarabe, dio lo mismo.

No hablé en toda la tarde.

14 horas de silencio. No salí, no fui al gim. Me tapé. Y ahora de madrugada... fiebre.

Con fiebre no debo conducir. Una vez lo hice con 38,2 y la cosa no fue nada, pero nada bien, a mí la fiebre me ata mucho a la cama. Pero además, debo un respeto a los compañeros. Yo sé que me gustan que las cosas salgan cuadriculadas, pero no puedes estar tosiéndole al de al lado con fiebre por mucho que te parezca a ti que el mundo te necesita. El mundo te necesita estando sano.

Así que recé porque el servicio de citas telefónico fuera automático y no implicara despertar a una telefonista a las cuadro de la madrugada. Por suerte, lo era. 

El problema vino al hablar. ¡Jajaja! Voy a darle mi nombre a la máquina registradora de citas y suena:

-Ne... neeee.... soy neeeeelll....

¿¿Pero qué pasa aquí?? ¿¿¿¿¿y mi voz????

La tos sonaba muy bien. La máquina ha grabado unas toses preciosas.

Pasamos a teclado manual. "No es justo, ¡no es justo!"

Consigo la cita. 

Y ahora os cuento lo que estaba soñando antes. 

Soñaba con el medievo... ah! jajajajaj! eran mis compañeros de trabajo y yo, trabajando en el medievo. ¡Anda, qué divertido! Todos los archivos estaban ahí, sólo que para actualizarlos había una torre de vigilancia, o una catapulta antigua. Jo, qué divertido.

El caso es que estaba soñando eso, cuando de repente, estando en una especie de campamento, vi un pájaro muy raro. Aquello era como un murciélago pero gigante y blanco. Qué cosa más fea.

-Oye, ¿eso qué pájaro es? -pregunté.

Pensad que estaba durmiendo con casi un grado de fiebre, por eso lo escribo. No sé si tiene relación.

Otro compañero medieval lo miró y dijo: "Eso... no parece... no sé"

Cuando esa cosa se aproximo era ... más como una mezcla entre un señor blanquecino y enfermo y un pájaro gigante. Fruncí el ceño. ¿Qué? ¿Qué tipo de animal es ese? No conozco ningún animal de la Tierra con esa forma.

-Eso no es un pájaro -dijo alguien-, eso es un ser....

Era un vampiro.

Madre mí qué feo era. Pero qué feo era. Describió una curva y se posó en el suelo. Yo me escondí. La gente salió por patas, jajajaj, coloquialmente hablando. Me escondí en la base de la construcción medieval en la que estábamos todos. Era como un campamento. Y aquella cosa, aquel ... bicho horrible, blanco y enfermo, con alas, con piel de muerto, con orejas puntiagudas, con sonrisa aviesa, con colmillos, y calvo, cruzó delante de mí. Como había una pared en la que yo estaba resguardada, pues pensé "no me ve, qué suerte". Y justo al dar la vuelta lo que vi asomar por el otro lado no era una criatura horrible, sino un chico guapísimo. Os lo prometo. Jamás he visto un chico así. Era alto, un poco despeinado, tenía buen cuerpo, pelo castaño, mirada interesante...

... Imaginad mi cara con las cejas levantadas, allí agachada y escondida tras el muro.

-Hola -le dije, pues me había visto.

"No entiendo" pensé, "¿es la misma criatura? ¿y cómo es que ahora es tan guapo?"

Un pensamiento interior se escuchó dentro de este sueño:

-Tiene ese aspecto porque es lo que te resulta atractivo a ti. 

¿¿??

El chico se acerco. "¿Eres otro refugiado?" pregunté. "Ven, anda, están todos allí y nos vamos de viaje..."

Pero el chico me tomó de la mano, y me apartó del grupo. Eso fue lo peor de este sueño. Todos allí estábamos juntos. Yo quería estar con mis compañeros. Pero me apartó. 

-Quédate conmigo -me dijo.

La verdad es que era muy guapo.

-No... -le contesté-, tenemos que ir con ellos.

Pero entonces se transformó en esa criatura tan horrible y me mordió.

-¡Eh! ¡Déjame en paz!

Y de vuelta volvía a ser el chico de antes.

-No puedes ir con ellos.

-¡Pues sí puedo!

Y vuelta, lo intenté pero nada. Tiraba de mí en otra dirección.

Mi grupo y el campamento de gente se puso en marcha. Nosotros les seguíamos a corta distancia. Hasta que unos días más tarde, yo me acerqué a ellos. Estábamos todos en un bosque. Y todos con ropas medievales.

-¡Eh! ¡Buenos días! -dije-, ¡hola compis! ¡Ya estoy aquí y....!

¿Sabéis lo que pasó entonces? Esa cosa, esa horrible criatura que estaba en la rama alta de un árbol.. ¡empezó a cargárselos!

La gente gritaba: "cuidado, cuidado, que viene el vampiro...."

Había como una cuerda invisible y yo no podía volver con mis compañeros. Estaba atada a esa otra criatura. 

Me pillé un rebote.

-¡Basta! ¡BAAAASTAAAAAAA!

Me desperté. Ataque de tos incluido. Me tomé la temperatura... y se me rompió el termómetro. Me entró pánico. 

Me desperté de verdad (sí, dos veces, tiene tela, mi primer despertar seguía siendo un sueño). Busqué a tientas el termómetro. Más que nada porque... ¿por qué? ¿tan capaz soy de sentir la fiebre? Bueno, no es difícil.

Mientras lo buscaba tiré tres libros y tuve un ataque de tos. "Tranquila, Nell". Lo encontré, me tomé la temperatura y  cuando vi el resultado... bueno, me dejó de importar el despertador.

No es justo, de verdad, deberíamos ser todos inmortales.

En fin, toca quedarse en casa.

MUDA.

saludos soñadores...