Ser ordenada, regalar y recoger (y consejos del Dalai Lama)


Ayer vi un vídeo que se titula: Los 10 ladrones de tu energía.
Me gustó. Me pareció muy sencillo y no me pareció religioso. Eran más bien como unas pautas de vida. Una de ellas decía: delega lo que te sea posible para dedicarte a tareas que sí te gustan.

"¿Ves?" pensé, "Pues eso es lo que he hecho con el lavaplatos!".

Y aprecié la felicidad de poder ponerlo y dedicarme a otra cosa.

El vestido del que os he hablado, el que tenía que regalar, ya tiene nueva adquisidora. Resulta que me escribió por la aplicación y dijo que "le chifla". Me hizo gracia que usara ese término. El Muso a veces lo usa. Yo no suelo. Es raro que diga que algo "me chifla". Digo que "es genial". Quedamos para dárselo en unos días y ya puestos, le ofrecí otro de Desigual que me queda pequeño.

Lo malo es que ese me chifla a mí.
Pero me queda pequeño.

El caso es que al sacar la percha del armario pensé: "¿por qué haces esto?" No es usual regalar cosas (¿o sí?). Lo normal sería venderlas. Y de los libros mejor no hablamos, los reciclo. Si tengo un libro titulado: "El amanecer romántico de Torcuata en el Valle" y yo no lo leo, y tiene mucho tiempo, y nadie lo lee y nadie lo quiere... me parece que ese libro esta encerrado. Es como algo que pierde su alma al no ser usado para lo que debe ser usado. Así que mejor darle otra vida. Y eso solo se puede hacer reciclando.

Mis amigas lectoras y mis amigos lectores, se horrorizan. "¡Esconde los libros que viene Nelly!". Pero no me entienden. Alguno me dice: "¿Y si fuera tuyo?" ¿Te lo he regalado? "Sí". Vale, haz lo que quieras con él. Aunque a decir verdad reciclo poco, más bien regalo. Ejemplo: cada vez que voy a la biblioteca me regalan cosas. ¿Quieres estos libros? ¿Quieres este pendrive? ¡Toma, esos DVDs son gratis!.

Sí, es raro, sé que es raro, pero pasa. Y yo elegí "El Príncipe y el Mendigo" y ahora lo tengo que regalar porque no lo quiero. Al final todo te llega de un modo u otro, ¿para qué acapararlo? He visto seres queridos vaciando casas de otros seres que ya no están. Y eso hace que te cambie un poco el concepto de mis cosas.

No os equivoquéis, si no ha llegado la hora de renunciar a un objeto, me siento como si perdiera una parte de mí.  Un simple bolí me puede crear un trauma (y el otro día tuve la prueba). Pero ... hay otras cosas que deben seguir su rumbo.

Y esos dos vestidos... son un ejemplo. Y que desprenderme del vestido de Desigual me cueste es un buen ejercicio. 

Pero sobre todo es porque libera espacio. Y porque ayer recogiendo el armario vi que tenía dos prendas que me hacen falta y que he estado a punto de comprar. Lo que yo necesito (y puede ser un poco enfermizo) es saber de qué dispongo y de qué no. Y para eso tiene que haber orden. Y ocho pares de pantalones "que no tiras pero que tampoco usas" no son una buena condición para esto.

Por no tener, no tengo ni ordenador personal. Tiré uno roto, vi que podía vivir sin él. Y cuando se estropeó el portátil lo cambié por un netbook, que todos me decían "a dónde vas con eso"... y voy a escribir 5 novelas en él y que siga funcionando. No necesito más.

En resumen soy una fan del orden. Y creo que la Tierra (la sociedad humana más bien) adolece de mala organización. Pero eso puede cambiar. Veréis, yo tengo unas plantas de Aloe Vera que no paran de echar "hijos". Tanto es así que un día de estos uno de esos tentáculos verdes me agarrará de un pie y tendré una "lucha dantesca" en la terraza. Son seres vivos, y me niego a tirar a un ser vivo, del que además soy responsable. Encima la vecina jajajaj me vino con más plantas porque le daba pena a ella tirarlas también...  En fin.

El otro día en la aplicación gratuita leo: "Hola, necesito plantas, de cualquier tipo, para alegrar mi casa. ¿alguien me da?".

¿Lo veis?

Yo necesito que alguien se lleve las plantas, tú necesitas plantas. No hay que ser muy sabio para ver la maravillosa solución que tiene esto.
Claro que, cuando extrapolo mi teoría mundial a toda la Tierra, alguien más sabio que yo me mira y me dice: "Muy bien, Nelly, quieres que toda la industria que vive de criar plantas cierre y toda esa gente se quede sin empleo".

Es entonces donde yo tuerzo el gesto.

Pero ¿qué es mejor? ¿Seguir consumiendo como locos? ¿¿??
En fin, estos ya son temas más importantes. Mejor me quedo con mi vídeo del Dalai Lama y dono aquello que pueda donar, mientras atesoro los objetos que quiero tener conmigo.

Feliz lunes!! 
Posdata, ¿creéis además que puede existir eso del karma y que si yo hago feliz a esa chica con esos dos vestidos me pasará algo genial? Dicho de otro modo, ¿creéis que si dais algo o hacéis algo por los demás hoy... eso os vendrá devuelto?





3 comentarios:

Davidel dijo...

Buenos días Nelly.
Yo si creo en el karma, absolutamente.
Pero no hay que esperar nada a cambio y lo que te ha de llegar no entiende tampoco de tiempo. Esto no quita de que nos puedan suceder cosas malas. Pero tu forma de ser: bondadosa, alegre, etc atrae a personas asi, situaciones asi y circunstancias asi.
La buena energía atrae lo mismo y viceversa.
Es mi experiencia. Aunque por supuesto, no es tan simple. Es decir hay situaciones en las que podemos decir "el karma no existe por que yo no me merezco lo que me acaba de suceder" el karma no es Dios, es una ley. Funciona como tal, pero no se puede extrapolar a ciertas circunstancias con las que nos encontramos en la vida.
Dicho esto, me voy a planchar.
Que tengas un buen día

Nelly dijo...

Jajajaj!!! Me ha encantado lo de "me voy a planchar" jajajjaja!! 😂😂😂 Me encanta el ambiente que tenemos por aquí!!!! Gracias por compartir Davidel!!!

Davidel dijo...

Es genial 😊😊😊
Buenas noches!!

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