Cuando te rompen muchas veces el corazón.


He vuelto a tener pesadillas. Y al despertarme, me dije: "ufff, cerebro, no sé que intentas decirme".

Repasé el día previo, a ver si había hecho algo incorrecto, pero... todo estaba como siempre.

Lo único reseñable es que, cuando iba mover el coche, me topé con un control de policía. Lo que hizo que -por si acaso-, tuviera que bucear en el correo electrónico en busca del último recibo del seguro. Lo encontré entre correos antiguos, justo después de dar con un e-mail que me había reenviado, del muso:

"Solo te causo dolor y sufrimiento. Sigue tú sola"

Vaya.
Lo leí, allí parada, antes de coger el coche y al subir pensé: "Por lo menos ha sido claro". Llega un poco tarde, pero ha sido claro. Y -aunque me dolió, por supuesto-, me agarré a esa nobleza de haber sido claro... con 8 años de retraso. Ahora te enseño... ahora no. En realidad fue no desde el principio. 

Monté en el coche, pasé el control. No me pidieron nada.

Tenía más e-mails. Sobre la culpa, el dolo, la sabiduría... sobre fluir. Yo me reenviaba a mi correo personal los que pensaba o sentía que podían ser importantes. Copias de nuestras conversaciones.

El que había leído tenía quizá dos meses o algo así. Puede que tres, da igual.

Sentada delante del ordenador y tras haberle visto de lejos y siendo consciente de que estoy enamorada como una idiota, me preguntó mi cerebro si eso iba a ser "otro caso más". Me lo preguntó sin palabras. Y yo respondí: "Pues claro. A la caja de Grandes Palos" y mi cerebro me preguntó si entonces no iba a aprender nada.

Puesss.... no.

Y hoy al abrir los ojos, estaba triste.

Claro que es miércoles, y los miércoles siempre se me hacen un poco duros. Lunes y martes, la gente pregunta: "¡Por Dios, Nelly, ¿qué desayunas, que vienes con esa sonrisa pintada en la cara?!".

Tumbada en la cama pensé, mirando al techo, que menos mal que tenía a XX. (Que es científica). Porque, echando la vista atrás, en las dos últimas décadas, y enlazando con la pesadilla que sigo sin entender, lo que habíamos tenido era: un novio universitario con una ex-mejor amiga celosa que no dejaba de malmeter (de ese tardé 5 años en recuperarme), un tipo en una agencia de publicidad que de entrada me dejó claro que no le importaba pues tenía unas 3 amantes en ese momento (y para mí esa no fue mala relación), un capullo integral que olvidó estar casado, y un guía espiritual (¡el colmo!) que al salir del templo budista me dijo que por fin había encontrado a su media naranja, a su pareja cósmica, a la madre de su hija... y sí, todo genial... Sólo que también olvidó decirme que estaba "Casado". Y, diga lo que diga, lo está.

Que no haya papel de por medio a mí no me dice nada.

Con este percal, uno podría entender que no me fiara de nadie.

En la caja de "gente imbécil" jajaja... perdón, a ver, se me está yendo el tono de la narrativa. Tumbada en la cama pensé que acercarte a una persona (el muso) que de sobra sabes que jamás tendrá en ti ese tipo de interés y querer que te enseñe, cuando en realidad estás enamorada (creo) y encima su manera de ser te hace daño... es... una coordenada cósmica peligrosa. Según Einstein, nada de este universo escapa al hecho de tener un asiento cósmico. Por tanto, verá las cosas desde una perspectiva particular, y única.

"Confías en personas que te mienten" le dije a mi corazón, pensativa. O bien "eres tú el que miente"

Sentí algo en el ombligo (u otra parte indeterminada) que me hizo reír.

"Ya, vale. Sí, es verdad que el corazón no miente nunca, pues... sólo por sentir, es verdad". Me explico. Imaginaos que veis una estrella (como yo ayer) o un planeta. Y al verlo te viene a la cabeza toda la belleza del universo, y la sientes, y es verdad... porque la sientes. O sea, es real en tanto es para ti. ¿Me explico? 

Por tanto, el corazón no miente.

"Vale, de acuerdo" reflexioné, "pero ahora imagina que esa estrella y todo lo que sientes... que sí, que lo sientes, y es real, pero de repente te pudieras acercar a esa estrella a cinco metros. Y resulta que lo que para ti es algo brillante y hermoso, tiene una naturaleza que de por sí te va a dejar churruscada y bien muerta. Entonces, ¿qué? Eso es lo que pasa aquí. Que tú ves cosas... que no son. No entiendes la naturaleza real de la estrella...."

Por tanto.... el problema es la ignorancia.

Ahí estábamos de acuerdo mi yo racional y mi corazón. 

Me había hecho daño por empeñarme en ver como "maestro espiritual" a quien no lo es. Qué daño.

Lo bueno de todo esto, es que lo sé arreglar. Es fácil. Se mete en una caja, pasa un tiempo (mucho) prudencial... y al final deja de importarte. Ahora estoy en al etapa, "de duelo" jajajaj. Sí, porque, cuando alguien de repente te dice: "aaah, bah, no soy bueno para ti" y se larga... en realidad se está largando. O sea, de la acción de uno el que lo sufre es el que se queda. Que en este caso soy yo. Pero con experiencias previas de esta índole... (uy, esto me pone triste), tras unos meses, se pasa todo y vuelves a ser la chica sonriente y encantadora de siempre, solo que más sabia. No se dan segundas oportunidades, cuando alguien te hace daño una vez, y dos y tres, entonces por más que el corazón vea ... lo que sea, que en realidad es mío y no de él, todo eso bonito que te inspira alguien, en realidad es algo de tu persona, no del otro. Si un león te inspira ternura... pues... Como decía, no se dan otras oportunidades y ya está.

Que idiota he sido, mira que era todo mentira y no veía nada. De verdad que pensé que le importaba. En fin. 

Luego por otro lado, tendría que hablar con XX a ver ... si en vez de fijarme en gente inadecuada para mí, consigo fijarme en alguien que me vea como compañera. Alguien que sepa vivir sólo y que no busque una relación porque tiene un ego inseguro, o porque no es capaz de independizarse con casi cuarenta años, ... ni nada así. La gente busca a otra gente para suplir sus carencias. Lo veo en mis amigas. 

En mi caso, en vez de deslumbrarme por carácteres fuertes (siempre son fuertes, eso es otro detalle importante) que no se van a quedar a mi lado, no sé... 

Vale, ahora sí que tengo que dejar de escribir... ¡malditos miércoles! 

Saludos!! 






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