Contra los zoos.





Me gustan mucho los animales, desde niña. De hecho, zoología es una de mis profesiones favoritas, ciencias del mar en concreto.
Hace años, en un zoo vi un gorila. Estaba sentado junto al cristal y nos miraba con .. expresión de tedio. Y la gente le golpeaba y le intentaba hacer reaccionar pero él no se movía.
Si le mirabas a los ojos, notabas algo muy raro.
Tiempo después, fui a Faunia.
Los perritos de las praderas, libres, me hacían gracia. Y al ver un felino que tienen dentro de un habitat nocturno, me gustó tanto que compré la imagen de él en la tienda de regalos. 
La siguiente vez que volví a Faunia, el felino en cuestión recorría compulsivamente su hábitat. Como si se hubiera vuelto loco.
Alguien me dijo:
- Esa es una enfermedad mental de los animales en cautiverio.
Se me encogió el corazón.
Entonces, volví al zoo.
Un elefante se golpeaba compulsivamente con una pared. Cabeceaba y daba con la pata en la pared, una y otra vez.
- Esa es una enfermedad de los elefantes -me dijo una amiga veterinaria.
Comportamientos cumpulsivos.

Me empeñé en ver el Oceanographic.

Belugas.

Ballenas blancas, ballenas piloto...


Al llegar al tanque, poco menos que una piscina, se me romió el corazón.

No cabían.

Eran dos seres formidables, atrapados, en una piscina en la que no podían nadar.

No volví a pisar un zoo.

Me da igual que la jirafa tenga hijos, que el oso panda haya procreado y estornude. Todo eso me da igual. No son juguetes. Son animales. 


Me acuerdo que en el zoo, una vez, los delfines, temprano por la mañana, salieron al tanque. Y yo estaba en la parte subterránea. Se acercaron al cristal y se pusieron a comunicarse. Te miraban, giraban la cabeza, daban una vuelta sobre ellos mismos, sin dejar de mirarte. Si te reías, sacudían la cabeza. Esos seres sabían que yo estaba allí. Se comunican.

Luego entró un colegio. Golpes, gritos, más golpes. 

Por la tarde les volví a ver y estaban cansados. Ya no respondían a los estímulos.

Bastante "crueles" somos ya con lo de comer animales (y ellos a su vez también, esa parte natural pues... qué le vamos a hacer, la tenemos) pero torturar por diversión, porque son bonitos, porque son fiestas nacionales.. ¡no, hombre, no! ¡¿Acaso no les miráis a los ojos?! ¡¿Es que no véis lo que sienten?!

En fin.
Entrada reivindicativa. 






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