Sueños que son historias: el Teatro


Me apuntaba a un curso de teatro.

Era amateur, de estos que organiza la gente a través de páginas de planes sociales. Lo malo era que me coincidía con un evento literario.

Ambas cosas se celebraban en el mismo lugar. Llegué un poco tarde al grupo de teatro y me encontré con un profesor que me dijo que "iban a estar media hora más, y que me quedara con ellos"..

- No, si es que me tengo que ir -contesté-, solo quería saludar. Vendré a las próximas reuniones.

- Apenas hemos comenzado -dijo el profe de teatro-, quédate. Elige un personaje.

Me tendió el libreto.

Era un libro muy gordo. Muchísimo.

Lo abrí y ... como el grupo era de treinta actores, había como treinta diálogos diferentes. Todos puestos de una forma muy rara (parecía prosa) y con un montón de dibujos de armas, pistolas, etc. a cada lado. El argumento iba sobre pistolas.

Ojeé el libro, pensando: "Si el tema es que yo no quiero apuntarme a esta obra. No me gusta".

- Apenas hemos hecho un trabajo superficial con los personajes -me dijo el director-, elige uno. 

Yo seguía callada.

¿Lo elegía?

Finalmente la respuesta era "No".

Le entregué el libro:

- Esta obra no. Esta obra va de guerra. Yo elijo una que vaya de algo bonito, que vaya de paz.

(Me falto: y amor)

- Como quieras -dijo el profesor-. Pero antes de irte, no sé, preséntate, ¿nos deleitas cantando algo?

"¡¿Yo?!" jajajaj!

"Yo no canto", pensé.

Que manía con eso de cantar. Ni me presento cantando. Ni sé cantar. Ni mucho menos iba a cantar delante de todos esos desconocidos.

- No, yo...  -mirando a todos los presentes, dije-, ¡buenas a todos! Me he unido al taller de teatro pero hoy no puedo quedarme. ¡Pero vendré a otra obra! Un placer!

Y tras despedirme, abrí la puerta y crucé al salón donde era el acto literario. Ya estaban todos comiendo. Alguien me llamó:

- ¡¡Nelly, Nelly, Nelly! ¡Aquí!

Me di la vuelta. Ese joven es de mi trabajo, no del foro literario, pero se ve que el sueño no lo sabe.

- ¿Conoces a Violeta? -me preguntó.

- Sí, claro. ¿Vivet?

- Sí. Me dijo que te avisara. Ha puesto en una mesa un cartel con tu nombre.

- Ah!

Pues vale. No sabía que los sitios estuvieran reservados.

Caminé un poquito y topé con Violeta.

- ¡¡Hooombreeee, cuántos añossss!!

Ella es Vivet, como yo soy Nelly.

- ¡Nelly! ¡Mira te guardé sitio!

- Ah, pues muy bien, gracias. ¿Ya habéis comido?

- ¡Hombre, claro! Ya hace rato.

"Claro, la obra... " pensé. Por eso llegaba tarde.

Me senté y Violeta me pasó un gigantesco plato de shushi. Y había dos más. Miré a Violeta:

- Pero Vivet... ¿¿¿me has guardado este platazo???

- Claro y estos dos.

¡Jajajaj!

- Hombre, no, Violeta. Que yo no como tanto.

Y me desperté.

Este sí ha sido un sueño bonito.
Elijo no participar en una historia de guerra sino en una de paz y amor... veo a viejos amigos... jajajaj, y aunque sobra comida elijo no zampármela toda.

^_^ Mira, un sueño tonto pero bonito.
Le voy a dar un 10. ¡Jajjaja! 
Aunque no entiendo lo de la obra de pistolas y armas... 

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