Diario de un aprendiz budista.


Llevo varios días soñando con viajes. Hoy, por ejemplo, empezaba en París, iba a Alemania, de ahí a Rusia y de ahí a Italia, y de nuevo a París. Andando.



Ayer mi meditación fue más bien un paseo. Es genial cuando no se oye ruido interno y oyes el mundo. Del día de ayer me llamaron la atención dos cosas que no había puesto. La primera cosa es que cuando estaba tomando café en la oficina, coincidí con una compañera a la que le gusta hacer lo mismo que yo, irse a un lugar tranquilo y descansar (solas, sin más gente). Cuando ya me iba, me dijo:

- Es que este es mi momento de poder, estar aquí tranquila... todo en calma.

"¿Mi momento de poder?". Fue el cómo lo dijo. "Momento de poder" ¿¿?? Un momento de poder es... no sé, ser poderoso. Sin embargo, es que ella ni siquiera le dio importancia. Es como quien dice: "mi momento de salir a pasear", me hizo tanta gracia que usara esa forma de dirigirse al lugar y al ambiente... que en fin, se me quedó grabado. Y luego pensé... "Creo que más que momento de poder se refiere a estar tranquila, sin embargo, diría que le ha dado cierto toque espiritual". ¡Jajaja!

Poco después una compañera de trabajo me contó algo triste. No me gusta que me den noticias tristes, me pongo incómoda. Los demás lo notan y ... es un desastre. Pero he aquí que de repente pensé: "imagínate que fueras tú". No me refiero a "intenta entenderla" o "da muestras de que es triste porque es el convenio social" o lo más habitual "¡no quiero oír estas cosas porque no puedo hacer nada y no es justo que ocurran!". No. De verdad que pensé, "eres tú, ponte en su lugar". En vez de huir, le dije:

- ¿Cómo estás tú?

La situación cambió porque hablábamos de un problema externo y de repente yo me interesaba por ella. Más que nada, porque pensé que si fuera yo "estaría destrozada". Pero mucho. Tanto como para no estar allí, hablando tranquilamente. Es posible quizá, que sea un pelín (jajajaj) sensiblera de más. 

- Eres un cielo -me contestó.

Y puso su mano sobre la mía.

No, no soy un cielo. Soy lógica. Y si piensas que eso te pasa a ti pues... ufff. Se siente de otro modo. Así que practiqué esto un par de veces más durante el día, no siempre con el mismo éxito, y llegué a la conclusión (hay cosas que me cuesta imaginar), ahora que lo pienso, ¡empezó todo en la peluquería por la mañana cuando vi a una señora quejándose a otra de su mano escayolada! ¡Uy, pues lo he hecho más veces de las que pensaba! ¡¡Uy, pero sino me había dado ni cuenta!!

En fin, hay cosas que entiendes pero no sientes. Hay otras que sí sientes. Y luego está además las que puedes sentir pero que para ti y para el otro son diferentes. Entonces las pistas son las palabras. 

Qué de cosas.

No creo que esto tenga que ver con el budismo, la verdad, porque he llegado a la conclusión de que me voy a quedar en la inopía, jajaja. He empezado un curso del karma, que dice que el karma es un poquito más complicado de lo que pensamos. Viene a decir que se combinan cosas que no siempre vemos. 

Y por último aprendí que Twitter tiene un estilo de comunicación (cuando se montan broncas) que no me gusta absolutamente nada. Aunque también haya flores, jajaja. Y creo que ya no he aprendido nada más. 

Me puse un poco nerviosa por dos cosas que me dijo aquel que antes me enseñaba, una sobre unos calabacines y otra sobre una pastelería. Pero luego recordé que yo creo en la ciencia. Y eso me tranquilizó mucho. 

^_^ Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.



2 comentarios:

Davidel dijo...

👏👏👏👏👏

Nelly dijo...

Jajajaj 🤗😄

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