Comenzaba con una niña que viene de muy lejos. Muy, muy, muy lejos. Algo así como de otro planeta. El comienzo de este sueño recuerda vagamente a Superman.

Está niña tiene poderes. No recuerdo bien cuáles pero era muy fuerte. Muy, muy fuerte. Podía flotar. Podía atravesar paredes. Al llegar a la Tierra interactúa con unos humanos que la convencen para que robe un banco o entre en una casa. Ésta parte del sueño creo que significa que todos nos aprovechamos un poco de los demás.

Así que la niña atraviesa la pared y entra en la casa. Y entonces viene la policía. Como la niña no estaba interesada ni en la caja fuerte ni en el dinero, se mueve de una habitación a otra hasta que da con un monstruo. Pero resulta que el monstruo no era tan malo. Sólo era un poco feo.

Si lo conoces bien el monstruo no era tan monstruo, aunque los humanos lo rechazaban.

Y entonces la niña hizo una pregunta y yo decidí intervenir.

Continúo luego (trabajo)

Continúo ahora...

Lo que la niña preguntó fue:

-¿Por qué estoy tan sola?

Entonces yo bajé esa calle, subí unas escaleras, entré en la casa y llegué hasta el salón. Me acerque a la niña y agachándome hasta poner mis ojos a la altura de los de ella le dije:

- No estas sola - y añadí alguna de esas cosas estúpidas que los humanos decimos a veces a los niños.

Ella seguía con la misma actitud interrogante.

- Pero por qué estoy tan sola.¿Para qué enviarme a un planeta donde estar tan sola?

Y DALE.

Contesté algo bonito. Algo agradable. Algo educado. Ella replicó una frase estupenda sobre los seres humanos. Me sorprendió que una niña tan pequeña dijera eso.

-¿Quién te ha dicho algo así?

- Un vampiro - me contestó.

-¿Qué???

El sueño si recordáis hablaba de super héroes. No de vampiros. Miré a un lado. Miré a otro. Miré arriba y entonces le vi y me quedé perpleja. Había un vampiro en el techo. Pegado a él con manos y rodillas. Me miraba. Estaba allí escondido. Tenía una chupa de cuero, el pelo casi rizado y los ojos violeta.

De un salto cayó al suelo y me miró sonriente.

(continuará)

Bueno, cuento la última parte ahora que puedo. Ya queda muy poco.

El vampiro saludó con la mano. Me lo había cruzado antes, por la calle, pero me pareció un ser humano normal y corriente. Pero ahora tenía los ojos de color violeta. Y estaba claro que era un ser sobrenatural.

- ¿Por qué le dices esas cosas? -le pregunté- ¡La vas a confundir!

El vampiro me dio una respuesta muy sensata que no recuerdo. Sí que recuerdo bien lo que le contesté yo:

- ¡¡ Largo !!

Lejos de perder su buen humor, el vampiro me contestó algo también muy sensato. Pero yo añadí:

- ¡Que te largues ahora mismo! - y recuerdo que no estaba enfadada. De hecho, me reí. Levanté una mano, señalé la puerta. ¡Fuera! ¡Ya! ¡Ahora! Aquí mando yo.

Y él contestó algo más. Y yo dije:

- ¡¡¡Que te largues ya!!

Y me desperté.

¡jajaja!

Qué tontería de sueño.

En fin, aparte de la niña que era como... no sé, como muy neutra y muy inocente, y el monstruo, que no era tan monstruo sino que era feo, y los humanos que se movían por interés... debo reconocer que el vampiro fue el personaje que más me gustó. 

Pobre vampiro.