No falla, me he esforzado mucho y una vez superada una prueba, me he puesto mala. Es curioso cómo el cuerpo te responde, y cuando pasa el esfuerzo, entonces ya se pone malo. 

La característica principal de esta inconveniencia es la falta de voz. Un dolor exagerado de garganta unida a la necesidad de aliviarse tomando agua con chá y miel, agua con valeriana y miel, agua con agua y miel. Y agua. Lo que sea con tal de que el agua pueda tomarse caliente. 

Y como diría Faramir: heme aquí en estas soledades... con un día espléndido y sin poder salir. O digo mal, pues salir puedo (no hay fiebre) sin poder hablar.  Prohibidas las interacciones. ¿Y ahora qué hacemos? Mi mascota se comunica reclamando mi atención. Es curioso, ella no necesita que hable. Y las plantas de mi pequeño jardín vertical, tampoco.

Mientras recogía semillas pensaba "¿y si las pongo a la venta en mi tienda virtual?" Milagros de la tecnología moderna: puedo poner una tienda sin necesidad de establecimiento. ¡Ya llevo 4 ventas! Y todo son cosas que yo no utilizo. Están nuevas...y al parecer a mis congéneres les hace mucha ilusión. Esto me ha llevado a pensar cuán relativo puede llegar a ser el valor de las cosas. Y como cambia, además. 

Hoy, por ejemplo, no hay nada tan valioso como el agua y la miel.

Dicho esto, más vale que empiece a buscar distracciones (ocupaciones sería quizá la palabra más adecuada) para este día de silencio. 

Se me ocurre... leer.

Tengo aquí: "Vives en las cintas que me grabaste", "Lo que aprendí de los lamas", "los cuatro acuerdos toltecas" y sería bueno finalizar con algo de misterio. ¡Ah, pero mis ojos se han parado en Julio Verne! Creo que de todas las historias, no sé porqué, me interesa más Phileas Fogg. Mal llamado "Willy", ¿por qué no se le conoce como Phil Fogg? Parece, a priori, más justo.

También he revisionado West World. La serie que vi hace unos meses. Sigo conmovida por ella. Por William. Y por Dolores. Al verla otra vez me doy cuenta de varias cosas: los recuerdos y el amor es base fundamental de la conciencia. Pero sobre todo es un viaje, el viaje de Dolores hasta que llega a sí misma. Todo esto para hablar de ese mensaje: eres, aquí y ahora. Pues vaya. ¿Y era necesario que Will terminara así? ¡Ojalá escribiera yo esas historias!

Por último, existe otra opción además de salir a pasear en silencio, leer en silencio, ordenar en silencio y escribir (cosa que no ocurre en silencio porque estoy oyendo mi voz interior mientras lo hago), jajaja!  Bueno, esta bien, en realidad este día no tiene silencio. Me oigo yo. Salvo cuando hago meditación, que es algo así como oírte pero "hacia afuera". O quizá "hacia fuera y hacia dentro" a la vez. El que no sepa de lo que estoy hablando que lo pruebe. 

Existe algo más que se puede hacer hoy. 

Pero no sé qué es.

Quizá sería mejor que lo "eligiera" el lector. ¿Qué más se puede hacer... sin voz? 

¿¿...??

¿A alguien se le ocurre?

=)