Cositas varias


He tenido un sueño hoy pero me han despertado y no he entendido nada. Tenía que ver con el tiempo. Pero no me aclaro. Algo como que el tiempo y el espacio interactuaban pero ¿de qué modo? Ahí estaba la clave y no me he enterado. Era la idea, el concepto lo que no recuerdo. Me decía algo el sueño sobre como se unían... como iban juntos pero como ¿el tiempo daba forma a lo demás? No me entero. Imaginad el Universo contenido en una ¿elipse de 3 dimensiones? o sea, como una esfera pero chata y alargada. Y decía algo del tiempo. El tiempo y esa cosa rara pero... me he perdido jajajaj!!Supongo que esa cosa rara era el Universo. Nuestro Universo.
A saber...

Luego, al abrir los ojos, me quedé pensando, mirando al techo (un rato después) y me di cuenta de que Newton, el gran genio científico, el que descubrió la gravedad... tenía papeles llenos de fórmulas de alquimia... porque también investigó la idea de convertir plomo en oro. Si alguien se acercara a vosotros y dijera: "ey! sé cambiar el estaño por diamante!" (Bueno, a día de hoy, yo seguramente le escucharía por si acaso pero, "generalmente en general", la idea de la alquimia, la magia y demás os sonará a patraña) Y sin embargo, ese hombre se dio cuenta de cómo funcionaba la gravedad.

Lo que me llevó a pensar que todas las figuras que a veces seguimos, no son como nosotros pensamos que son. Newton, en particular, tuvo algún que otro episodio de tristeza/depresión de lo más humano.

Lo que me llevó a pensar en la genialidad oculta entre lo cotidiano y en la pregunta: ¿de no haberse planteado lo de la alquimia habría descubierto la gravedad? Dicho de otro modo: tenemos una mente que funciona de determinada forma (imaginad: ser obsesivo, o temeroso, o inquieto, o introvertido). A priori, ser así o asá, podría suponer (si lo enfocamos en negativo) un problema. Pero, ¿no es ese mismo mecanismo el que te lleva a los grandes descubrimientos o a las cosas positivas? No sé si me explico. Una mente obsesiva ante una idea mala... llevará a cosas malas. Esa misma mente obsesiva ante un problema que nadie resuelve puede dar una solución. Obviamente, no consiguió convertir los metales menos valiosos en oro, pero el tipo descubrió un sinfín de cosas más. Y era la misma mente.

Lo que me llevó a pensar, ¿qué hago yo planteándome estas cosas aquí tumbada, mirando mi lámpara globo de calado árabe? A este paso, la llamaré la lámpara de pensar. Es preciosa, redonda, blanca:



Luego pensé que quien me enseña budismo me ha dicho que lo deje... durante un tiempo.

Y luego pensé... en los objetivos. Me explico: cuando me dijo: "Deja los estudios hasta..." primero pensé en un libro que había leído de una persona muy estudiosa que decía (de pasada) en un párrafo: y también hay que descansar... Me quedé con esa frase. Así que cuando lo dijo pensé en la frase y pensé: "ah, pues sí, pues vale". Casi cinco segundos después me dije: "¡Un momento, ¿y ahora qué hago?!"  Y entonces caí en la cuenta de que le tenía cierto apego a los estudios.

Así que antes de dejar de mirar la lámpara de pensar me acordé de los libros. Cuando daba clases de escritura creativa e incluso en los talleres o cuando sale la oportunidad, comento (muy de vez en cuando) que "para alcanzar el objetivo a veces hay que perderlo de vista". Me explico: 

- ¡No publico! -me dice un conocido- ¿Por qué no publico? ¡El editor es malvado! Debo darme prisa, tengo que acabar esto, tengo que publicar ya, por qué no publico....

Y pasan dos, tres años sin publicar, se enfada, me dice que lo deja. ¡Chis pum! allá va la idea de ser escritor. ¿Y el problema cuál es? Lo que os decía del objetivo. Si tú quieres publicar, en el horizonte de tu... (¿vida?) deseos .... Vale, en el horizonte de tus deseos debe de estar esa idea. "Quiero publicar".  Sé que quiero publicar, sé que voy a publicar. Siempre hay un modo. Pero... eso debe de estar ahí como parte del cielo al que miras cuando ves ponerse el sol. No es el cielo entero. ¿Me explico más o menos? Te debe acompañar, no te debe agobiar. Si te agobia, malo. Si te agobia: pierde el objetivo de vista.

Y esa recomendación es buena. 

Por último, aún mirando la lámpara que vino de África y empieza a tener valor sentimental por estos momentos de reflexión, me di cuenta de algo. Cuando descubrí al que me enseña cosas yo tenía ganas de meterle en un frasco y un terror absoluto a perderlo. Eso se llama "obsesión". Era como si todas las respuestas a todas las preguntas de mi vida estuvieran ahí, contenidas en él, y pensé.. un día de estos no vendrá o yo no vendré y entonces ¿qué? ¡Oh, drama! ¡Estaré triste por no haberlo aprendido todo!!!! 

Pasado un tiempo me llegué a preguntar "¿qué pasaría si estuviera el tiempo suficiente a su lado?" "¿habría un tiempo suficiente?" Eso también me lo planteé.

¿Sabéis una cosa? A esa pregunta tengo respuesta. Porque ya ha cambiado todo. Y ya sé lo que pasa luego: sencillamente, se normaliza. Tras el pánico a perder a alguien de quien crees tiene todas las respuestas, si el tiempo fluye de ese modo, y te da la oportunidad, luego eso se normaliza, y puedes seguir aprendiendo pero a otro ritmo. Y ves que no pasa nada y que no era tan grave. Con una importantísima lección aprendida y nueva. Una experiencia: que no hay abandono. No es algo que haya salido mal. No es un: "pues ahora me voy y no te enseño" o "pues el destino te hizo perder el trabajo y te quedas sin verle jamás" ni nada de eso. Es un: tu vida sigue sencilla y ordenada con la magnífica oportunidad de aprender. Y eso está ahí, y no se va. Y no pasa nada.

Y entonces echando la vista atrás me he dado cuenta de que tengo una mente obsesiva (un amigo escritor me dijo que todos los que escribimos la tenemos) pero que esa misma mente que tanto problema da a veces... cambia. Se enfoca en otro punto de estudio, en otro miedo, en otra idea. Y casi diría que son ciclos de unos 8 años pero .. jajaja!! tanto, tanto, no voy a afirmar.


Mi amigo escritor dice que los autores somos obsesivos porque, según él, ¿quién que no lo fuera se sentaría horas y horas a escribir metódicamente historias de seiscientas páginas sobre los mismos personajes? "Si no eres obsesiva con eso" me dijo sonriendo "ya me dirás tú qué es ser obsesivo".

De todos modos, no os recomiendo una mente así.
Os recomiendo, ¡ser felices! y ¡disfrutad del día!





2 comentarios:

Davidel dijo...

Muy interesante tu reflexión. Curioso que sientas lo del ciclo de ocho años, suele ser siete ¿Te suena de que puede ser? La economía mundial, siete años de mala suerte al romper un cristal… en la historia se han basado siempre en ese tiempo para los cambios, muy curioso. Siempre dices, cuándo acabas un libro, que hay que dejarlo reposar. Al igual que todo en la vida cómo has comentado. Einstein era un genio y como tal paso por muchas circunstancias negativas. Creo que la genialidad muchas veces está oculta en nosotros y sale en ciertos estados alterados tal como puede su la depresión, la melancolía,etc… los mejores cantantes siempre han sacado sus mejores discos así o drogados jjj. Decían que los pintores y escritores tenían una norma… tomar una copa de vino antes de crear su arte. Ni una más ni una menos. Eso le hacía despertar su lado más creativo. Probamos un día? Jajaja.
Qué tengas un buen día!!

Nelly dijo...

¡¡Muchas gracias!!

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