Lo difícil que es "ser humano".

"Descubridora", es la palabra del día.
Ayer era esmerilado.

"Tienes que ser descubridora", dijo el Muso (sacamos de contexto). 

Tengo un pequeño problema y no sé cuál es. Ayer, llegué la mar de feliz al trabajo. Pensé: "tomas tu café como el otro día, desapareces de la Sala hasta que sea hora de entrar. Que no hace falta sentarse ante el ordenador una hora antes... y todo fenomenal".

Para empezar nada más entrar a la Sala (que raro suena ¿eh?) saludé felizmente a mis compañeros mientras me daba cuenta de a quién el saludo era un saludo fugaz y a quién, por ser compañero directo, me acercaba sin darme cuenta. ¡Uy, mira qué divertido, mis pies van solos!. Hasta aquí, fenomenal. Saludé y saludé y noté una ausencia. No vi al Muso.

(("Ah, pues no está. Pues mira, ¿no estabas preocupad@ por verle? Pues no está ya ves..."))

Me giré, saludé a otros más. El saludo es una cosa maravillosa. Y ya si va con sonrisa... digo: "bueno, voy a sentarme..." y de repente me lo encuentro allí, a dos pasos. Y lo primero que pensé fue en el terciopelo. ¿Alguno ha puesto la mano sobre una manta de terciopelo? Mola, ¿eh?. Igualito que el terciopelo. Su presencia.
Estaba enseñando a alguien. Encima se giró y me guiñó un ojo. No puedo con ese saludo. Hay dos saludos que considero maravillosos: uno es el saludo a civiles de los municipales. Eso de que te acerques a preguntar una calle y se lleven la mano a la gorra con ese gesto tan cortés e informal... (de caballero) jajajja... Y otro... es el guiño de ojo. He estado en salas repletas de gente, separada de personas que me importaban mucho y que en silencio, con una sonrisa y un guiño de ojo me hacían ruborizar a quince metros de distancia. ¿Quién diantres ha inventado el guiño de ojos? Debería estar prohibido. 

Por algún motivo incomprensible, me dieron unas ganas de desaparecer ¡¡enormes!! y lo bueno era ¡qué podía hacerlo! Sí!!! Hala, a por mi café. Que es bien temprano. 

 Hasta aquí, un lector ocasional podría pensar: "madre mía, Nelly, estás muy loca". Y yo respondería: "No, soy humana". Y encima "chica". Lo que me dificulta mucho poder comportarme de la manera racional y maravillosa que me gustaría.

Bajo a por mi café. Qué día tan bonito, qué cola de espera tan maravillosa. ((¿alguien tiene miedo de estar en Sala??)) ((Esto es como "levántate cada día sin tener la menor idea de lo que te va a pasar ja ja ja o como vas a sentirte")) Compro mi café. Subo en el ascensor diciéndome a mi misma: "No seas idiota, es un día como cualquier otro".

Me siento. Me tomo mi café.... y ahora debo contaros una escena retrospectiva.
Hace años, siendo universitaria, un médico me dijo: "Ten mucho cuidado con tu piel". Y yo contesté: "¿con mi piel?" y el médico añadió: "Hay gente que cuando tiene nervios sufre dolores de cabeza. A otros les duele el estómago. A ti... todo lo que te pasa, se te agarra a la piel". ¿Por qué os cuento esto? Porque cuando llevaba un rato trabajando y tras haber tomado tres sorbos de café miró mi brazo derecho y veo... ¡¡¡¡tacháaannnnnn!!! ¡Una alergia!

Y ahí sí,... me cabreo.

(("Ya está bien")) me digo mentalmente (("Se va en una hora... Cálmate un poquito, bonita, que no sé qué tiene este día de diferente al anterior, y al anterior, y al anterior... Él está ahí, tú estás aquí, Júpiter gira allá arriba. No hay nada fuera de lo normal. ¿¿Quieres calmarte, puñetas??")).

Sea lo que sea lo que me pasa, "basta", pienso. El brazo se pone aún peor. A puntitos. Fenomenal. Ya me conozco esta reacción. Miro mi otro brazo. Limpio y claro. Y pienso: "bueno, vale, ¿quieres ponerte de los nervios? Ponte. Mientras solo sea en un brazo.. voy a seguir trabajando igual." El otro brazo hace de control. Además, debe de existir una razón lógica para todo esto.

Al cabo de un rato a la altura del codo del otro brazo comienzan a salirme los mismos puntitos. Asustada, me levanto, me dirijo al servicio, tiro el café, y de paso me miro al espejo y me pregunto qué puñetas te está pasando. Que es una alergia a quizá la leche, sí. Que me ha dado hoy por algún motivo que se me escapa: también. 

Una vez me dio en casa al levantar la bolsa de mi mascota. Fui a urgencias, me dijeron: te tienes que deshacer de la mascota. Yo le dije: no no... espere a mañana, de verdad. El especialista me dijo: "oye, mira, esto es serio, te puedes poner mucho peor". Y yo insití: que no, que son nervios.  Y ¿adivináis? Efectivamente, ....mi estado mental influye en mis alergias. 

Un poco más tarde, pasadas las ocho, ocurrió algo que me puso muy triste. Algo que vi venir (típicas cosas del trabajo que atañen a los compañeros) pero que ... no supe parar. Hace tres años, ni tan siquiera habría visto la injusticia (la habría aceptado, incluso le habría dado la bienvenida), hace un año, mi respuesta habría sido la misma que di ayer (aquí es donde está el problema) y habría estado bien. Pero ayer di una respuesta, muy a la desesperada, y por algún motivo incomprensible, me puso aún peor. Porque tenía muy presente lo que me está enseñando esta persona. Y ahora no estoy nada tranquila. Ayer sólo tendría que haber dicho "No", a los compañeros. Y no soy capaz, es lo terrible. (A lo mejor se aceptan recomendaciones de libros que traten de esto... pero mejor historias, porque manuales de asertividad ya tengo muchos)

Aquí esta pasando algo que se me escapa.
Valoro la opción de comprarme una isla desierta, (¡o un planeta!) y fugarme pero... ¿y si luego me aburro?




¿Por qué los seres humanos somos tan complicados? "Tienes que ser descubridora". Ya. Vale, ¿pues no puedo elegir lo que quiero descubrir y lo que no? 

¡Qué paciencia! ¡Si no fuera por el blog estaría más loca todavía!




2 comentarios:

Manuel Delgado dijo...

Nelly, mucho ánimo, son grandes preguntas las tuyas y de muy difícil respuesta:
1- Somos tan complicados porque tenemos libre albedrío, el cual nace de la inmensa complejidad (multicausal, no lineal, un todo emergente inesperado) que brota de nuestras mentes.
2- El precio de adquisición de una isla es muy alto, y más el de su mantenimiento como lugar habitable. Pero por el precio de un billete de avión, que es muchísimo más asequible, tienes la posibilidad de pasar unos días en algunas islas muy bonitas. La diferencia de precio puedes emplearla en comprar libros o en llevar contigo a amigos y amigas.
3- Según la Convención de las Naciones Unidas para el Espacio Ultraterrestre la Luna y los cuerpos celestes, entre los que se incluyen los planetas, no pueden ser propiedad de nadie ni se pueden comprar o enajenar ni tampoco ser reclamados como territorio soberano de ningún estado.
4- La somatización de los estados emocionales es algo tan frecuente hoy en día que al menos yo lo doy por inevitable. Las alergias contribuyen mucho...
5- Las chicas también podéis ser racionales. Al mismo tiempo, hay muchos chicos que se muestran tremendamente irracionales.
6- Decir "No" no se aprende en un libro y por tanto, no tengo ninguna recomendación al respecto. Exige mucha reflexión, probar y equivocarse.
7- Sí, todos somos descubridores. O mejor dicho, exploradores. Descubrir lo que se dice descubrir lo hacemos cuando la exploración tiene cierto éxito. Pero entonces la pregunta es ¿cómo definimos éxito?.
8- Sí, tienes cierta libertad para elegir lo que quieres explorar. Tu inteligencia hace que puedas controlar y dirigir tu atención hacia aquello que desees, aunque siempre debemos contar con otros muchos factores que nos influyen (las emociones, el temperamento, el entorno, etc). En este punto es interesante recomendar el libro de José Antonio Marina "La inteligencia creadora".

9- La escritura, ya sea de un blog, de un relato o de un poema siempre ha sido un bálsamo reparador para aquellos que en ellos se embarcan. El que lo probó lo sabe...

Lo dicho, ¡mucho ánimo Nelly!

Nelly dijo...

Gracias, Manu!! Me ha gustado mucho tu respuesta.

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