El papel pintado de amarillo - Charlotte Perkins Gilman



Ha llegado hasta mí este libro, cortesía de un compañero de trabajo que me dijo que lo leyó y le gustó bastante. La autora se llama Charlotte Perkins y es un relato que se puede leer de una sola vez. En treinta minutos (hoy que tenía un rato pasé una agradable sesión de lectura al sol). Me recuerda a los cuentos de nuestros talleres de escritura creativa (siempre os animo a venir: Club Ciervo Blanco). Lo mejor es la nota del final. "¿Por qué he escrito esta historia?" 

¡Jajajaja! Veréis, es un canto a la locura, jajajaja. La autora lo escribió en contra de los médicos. Pero allá por la época en la que salió, nada más publicarse, un médico protestó en un periódico: "No deberían publicar esto. Pues solo leerlo puede provocar que te vuelvas loco" ¡Jajajaja!

La autora dice: "no, si yo sufría de nervios y eso... acudí a un doctor y con lo que me recomendó casi me vuelvo loca del todo". El médico le dijo que nada de trabajo, nada de pensar, nada de moverse... vamos, si la aísla más a la autora le da una depresión.

A lo largo de la obra, el personaje principal, se puede ver, va perdiendo la razón. Pero ¡ojo a estas estructuras! Cuando el protagonista es el narrador resulta difícil ver. También resulta difícil construir. Tienes que darle pistas al lector para que se distancie, pero no tantas como para saber enseguida lo que puede pasar. Hay un poder muy grande en los escritores y es que te ponen en la piel de otro.

El libro es entretenido, es un buen relato. Y el final es estupendo, aunque más o menos a poco de llegar a él ya sabes lo que pasa. Juega con la incertidumbre todo lo que puede. Lo que el médico de la época denunció en el periódico no es más que el hecho de que aceptamos la realidad que se nos da. Y como la realidad te la está proponiendo un demente...  ese facultativo temeroso pensó que se podía contagiar. Sí, ...son libros arriesgados. Pero no, no causa locura. Sólo expone que el loco y el no-loco tienen ese punto en común, humano, esa unión. Es lo terrible, genera empatía con el lector. ¿Y si el personaje que creas es un ser malo y rastrero?
Yo tengo un bloqueo con eso, ¿sabéis? (y con los personajes grises, son adultos, no son buenos o malos) En la narrativa juvenil no me pasa. Stephen King no tiene ese problema. Él cruza la línea cada dos por tres, sus personajes no son héroes. En fin, esto daría para otro debate...
¿Sabéis quién hace la misma trampa de conducir al lector más allá de "lo normal"? Váquez-Figueroa en el final de Tuareg. Sólo que a dos páginas de acabarse tuve un momento de lucidez en el que me salí de la historia. Para contemplar que el héroe al que llevaba acompañando tanto tiempo estaba obcecado. "Le da igual a quien matar con tal de matar a alguien, esto no tiene sentido". Luego llegó el final. Hay quien tiró ese libro por una ventana (me lo dijo el autor). Yo no. Ese libro es increíblemente maravilloso. Efectivamente, le da igual a quien matar. Es una enseñanza magistral de la estupidez humana. Lo siento, pero lo veo así. No somos nada lógicos. 

¡Interesante relato! ^_^ Lo podéis leer y comentar, es muy breve. Lenguaje asequible. 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente reseña, espero no volverme Leocadio al acabar este cuento !!!

Anónimo dijo...

Excelente reseña!!!, al acabar de leer el cuento igual me vuelvo algo leocadio

Anónimo dijo...

Excelente reseña!!!, al acabar de leer el cuento igual me vuelvo algo leocadio

Nelly dijo...

Me alegro de que te guste!

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