BUSCAMOS UN LOGO ORIGINAL.

Es lo que tiene poseer una personalidad obsesiva: todo es un mundo.
Y cuando algo te gusta, no es que te guste, te encanta.
Como el Club "Ciervo Blanco". Un grupo de escritores, lectores, aficionados e inquietos de la literatura que organizamos tertulias y talleres. Conste que me costó bastante hacerme organizadora de los talleres de escritura creativa. Tenía un poco de miedo. Pero son geniales. Conocí a gente muy divertida. Escuché relatos fantásticos (como el de la empresa "Torrobo S.A." que tenía un broche espectacular), y nuestro actual Certamen Literario tiene muy buena pinta.
Total, que el otro día se forma un grupo de "wassap", para hablar precisamente de este nuevo Certamen que estamos organizando. Y de repente a las pocas horas abro el "wassap" (vamos a llamarlo así, permitidme la licencia) y veo que algo ha cambiado. ¿Qué es? ¡Ah, sí! El logo o imagen del perfil del grupo ha sido modificado.
Pero, ¿qué es esto? ¿Qué ven mis ojos? ¿Es un ciervo?
(autor: Adrián)



- Adri, ¿nos hemos vuelto masones?

Pregunto porque estas cosas empiezan así, de un modo inocente,....

Entre los miembros del Club hay agitación ante la pregunta. Algunos hablan de imprimir el logo en su nueva "chupa de cuero" estilo motero Harley. Otros de volverse adoradores del diablo...

"Lo que yo te digo", pienso antes de caer en el sueño R.E.M. esa noche, "masones..."

Como un eco lejano antes de que las sombras se adueñen de mi conciencia oigo una idea en mi cabeza que se debe acercar lo suficiente al lóbulo donde se ubica el lenguaje como para ser articulada en palabras:¿Qué son "masones"?

Contesto a mi propio cerebro: "Personas que formaban parte de un Club y cuyo objetivo era hacerse con poder dentro de diferentes estamento sociales..."

Lo siguiente que me pregunta mi cerebro ya no va con palabras. Es una sensación. A la que también respondo: "¡Nah!... no son especiales. Lo eran solo en tanto ellos mismos se lo decían".

Y es verdad, es un grupo de poder que creían que tenían poder y por tanto, lo tenían. No eran especiales por algo particular, sino en tanto pertenecían al grupo.

Ocho horas más tarde, tras un plácido sueño, abro los ojos y clavo la mirada en el techo de la habitación.
"Tengo que conseguir que quiten ese logo"
Me levanto. Activo los datos del móvil.
Protesto.
No me hacen caso.
(Arsenal)
(¿Seguro?)
Muy bien, escribo: "Adrián, como empiecen a llamarte amado líder, te aseguro que yo me doy de baja..."
Risas.
La energía se extiende como una ola entre los miembros.

- A la próxima reunión voy con toga -dice uno.

Finalmente, se cambia el logo del grupo.
Una vieja máquina de escribir con cuernos, remplaza el "logo masónico".
No sé por qué, pero al mirarla recuerdo vagamente la idea de infidelidad.

- ¿No tenemos nada mejor? -pregunto.

Y a los pocos minutos:

- ¡¡Quitar la máquina cornuda!!

- "Quitad" -me corrige un miembro.

((¡jajaja)) Algo dentro de mí da un brinco.
Me digo mentalmente: (¿cómo has podido equivocarte?)
A lo que mi mente contesta: ¿y quién te dice que me he equivocado?

Miro la palabra. Observo mis dudas.
¡Ah, puñetas! Por eso no usé el imperativo...

Se lo digo al miembro del Club.
Otro miembro contesta: "Sí es imperativo".
Yo misma estudio la norma.
Y sí, lo es. Que de forma inconsciente haya usado el infinitivo es cosa mía. Igual que manía de poner tilde a palabras que no la llevan cuando son significativas para mí.
Igual que la manía de poner acentos del revés.
Como los franceses.

Así que aquí estamos, con una máquina cornuda y sin logo para el Certamen Literario.
Y os pido ayuda, lectores, ¿¿alguien se atreve a sugerir, pintar, idear, imaginar, describir o mandar algún logo para Ciervo Blanco Club??


¡¡Danke!!

posdata: sin líos de derechos de autor, somos un Club de inquietos literarios, el que quiera participar que ceda el logo sin esperar contraprestación. No lo vamos a usar para hacernos ricos, ni nada parecido...

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