Sueños que son historias: 31 entre 20


Bueno!
Escribo esta entrada a modo de protesta.
Llevo varios días soñando con El Muso. Hasta aquí, normal, no le di ni la menor importancia, entre otras cosas porque le veo a diario. Así que al despertar, me decía: "pues muy bien, sueña con lo que te de la gana. (No pienso hacerte ni caso...)". Eso me lo decía a mí misma.
Vale.
Pero lo de hoy es hacer trampa.
Veréis, he soñado que salía de trabajar (lo que es normal) y le decía al muso: ¡¡Espérame, espérame!! (lo que también es normal. "Espérame-y-cuéntame-el-origen-del-Universo", "Espérame-y-dime-algo-fantástico". Etc. Etc.) Pero claro, para abreviar se traduce en un: "¡¡Espérame, espérame!!".
Claro que, tenía que recoger. Y como yo me expando (libros, cascos, dibujos..) a medida que trabajo en un espacio pues... como siempre, que entre unas cosas y otras, salgo la última.
Hasta aquí, todo normal también.
Bajamos las escaleras. Debería llevar una libreta de anotaciones que diga: "Ojo, Nelly, a las bajadas de nivel en un sueño". Pero claro, no la llevaba encima. Entre otras cosas porque mi mente es tan puñetera, que no me entero de cuando sueño y cuando no. Era todo demasiado perfecto y cotidiano.
Llegamos a la calle y entonces alguien saluda al Muso. Era, al parecer, un gran amigo suyo. No sé de qué se ponen a hablar y de repente escuché algo de magia, o de cartas, o yo no sé qué cosas.
- ¿¿¿Qué??? -pregunté.
Y entonces pasó algo. No sé, tiraron algo a un coche, o lanzaron algo y se armó un revuelo tremendo.
- ¡Oye! -dije enfadada-, ¡no habléis de magia y esas cosas que me pongo toda "nervosia"! ¡Que no nerviosa, sino "nervosia" -dije riendo-, ¡¡ya está bien, eh?!! Ni magia, ni esas tonterías...
Algo contestó el Muso, creo.
- ¡Sí, como aquella vez que dijiste eso tan importante! -exclamé.
(¿Veis? aquí es donde esta el problema)
- ¡Como aquella vez... -dije, verdaderamente nerviosa-, ya sabes, aquello tan importante...!
Y ya no sé si lo dijo él o lo dije yo: "Aquello de 31 entre 20"

Y me desperté.
Me desperté de los nervios, es decir, di un salto en la cama.
¿¿¿Quéeeee???
¡Ah, que era un sueño! -me dije. Espera, ¿¿¿31 entre 20, quéeee?????
Cosa más extraña todavía, suena el móvil y resulta que es El Viajero, contestándome a algo que pensé ayer. Imaginaros que ayer pensáis algo que no le decís a nadie, y van y os contestan, por escrito.
Y claro, tan absorta estaba con el sueño que ni siquiera me pareció raro que piense una cosa (la telepatía la aceptamos, jajajajaja) Y ME CONTESTEN POR TELÉFONO. Eso, directamente, lo obvié. Casualidad, me dije. ¿Qué hice entonces?. Respondí: "Viajero, ¿qué es 31 entre 20?"

Con lo cuál El Viajero habrá "flipado" (o no... quién sabe)

Tras mucho pensarlo voy a decir yo lo que es 31 entre 20: N-A-D-A.
Treinta y uno entre veinte no da un número mágico, no da un número famoso, ni da absolutamente nada. Es algo ridículo. Da 1, 55 (lo calculé)
¿Sabéis qué? Es la última vez que veo un reportaje en la tele de misterios y marcianos antes de irme a dormir.

31 entre 20...¡menuda estupidez!

Dicho lo cual, ya he protestado.
Me voy a la radio.
(Sí, salgo en la radio, hablando de libros... que no de magia. Menos mal)
Ciau!!!!!


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